Epidemias que acompañan a la historia de la Humanidad

Una mujer es vacunada con una de las dosis contra la covid-19. (EFE/ Pablo Martín)

Las epidemias nos han acompañado a lo largo de la historia y algunas han dejado dramáticos lastres y provocado profundas heridas a la Humanidad. Médicos y científicos luchan desde la Antigüedad por descubrir la naturaleza de estas enfermedades y encontrar las vacunas que den alivio a la vida.

Autor de diferentes libros y artículos relacionados con diversos campos temáticos y sociológicos, José Luis Betrán Moya es historiador, investigador y filósofo. En su obra “Historia de las pandemias”, se interna en el campo de las epidemias que han diezmado a la población desde que se conocen hasta la actual y explica a Efe el desarrollo y la lucha de la ciencia por atajarlas.

“Desde la época del neolítico hasta nuestros días, sobre todo desde que comienza a haber una importante densidad humana y hay una proximidad entre personas, la enfermedad ha sido un elemento recurrente para el ser humano. A partir de la Edad Media, en 1348, se inicia la gran oleada de peste que se extiende prácticamente en toda Europa hasta comienzos del siglo XVIII y se convierte en la epidemia de mayor duración en la historia”, señala el historiador.

LA PRIMERA GRAN EPIDEMIA DE LA HISTORIA RECIENTE

“En Occidente, las epidemias de cólera del siglo XIX han sido de las más dañinas en cuanto al nivel de mortalidad ocasionada -continúa Betrán- pero, sin duda, la epidemia que tiene un precedente más inmediato a la que estamos viviendo con la covid, sucedió en los momentos finales de la I Guerra Mundial con la mal llamada “gripe española”, entre 1918-1919, que tuvo una letalidad realmente extraordinaria y fue la primera gran pandemia mundial de la historia reciente, por la rapidez y por la mortalidad tan elevada que ocasionó”.

A partir de los viajes de Colón al Nuevo Mundo y los procesos de colonización, entre una población virgen que no había recibido el impacto previo de algunas enfermedades, éstas tuvieron una gran letalidad entre la población indígena, por ejemplo, “la viruela o el sarampión, pero también desde el mundo americano llegaron al Viejo Continente algunas enfermedades, en ocasiones a través del fenómeno de la esclavitud en América, durante los siglos XVII y XVIII, y en el retorno de los barcos de mercancías hacia Europa, como fue el caso de la fiebre amarilla”.

“La tipología de enfermedades epidémicas es extraordinaria y, realmente, lo extraño dentro de nuestra historia desde comienzos del siglo XX es que haya quedado bastante al margen de una realidad que, con anterioridad, prácticamente hacía que cada generación como mínimo en su vida tuviera el azote de una enfermedad en forma de epidemia”, mantiene el historiador.

EPIDEMIA, PANDEMIA Y ENDEMIA

Epidemia y pandemia son dos conceptos en medicina donde la primera define una enfermedad que, en un tiempo relativamente breve, produce una relación muy elevada de casos y, en ocasiones, de muertes, generalmente sobre zonas muy concretas desde el punto de vista de la extensión geográfica.

José Luis Betrán especifica que “la pandemia procede del concepto griego ‘pan’ que significa todo, y demia, derivado de ‘demos’, que significa pueblo, por lo que implica una extensión geográfica mucho más amplia y, por tanto, que la enfermedad se extiende a uno o varios continentes. Esta es básicamente la diferencia con la epidemia y lo que hace que, tanto en el caso de la gripe de 1918-19, como en el caso de la actual situación de Covid, que es a nivel planetario, la consideremos como un caso de pandemia”.

También hay que diferenciarlas de las endemias que son enfermedades que están localizadas en un determinado lugar y son permanentes. Por ejemplo, “en aquellas zonas de África donde el paludismo sigue siendo una realidad endémica, una enfermedad que no tiene unos ciclos de tiempo previos sino que permanecen a lo largo del tiempo asentadas entre la comunidad de habitantes de esas zonas”, señala Betrán.

De entre estas hay que diferenciar, por ejemplo, un resfriado, una gripe tradicional que, según el investigador, “se pueden considerar como enfermedades endémicas porque fluctúan a lo largo de los años sin que desaparezcan, pero no presentan tipos muy elevados de incidencias salvo determinados meses del año”.

En cambio, “el caso de enfermedades pandémicas como la Covid aparecen durante un determinado periodo de tiempo, 1, 2 o 3 años, y luego pueden desaparecer perfectamente durante años o décadas para después volver a aparecer. Por tanto, el concepto básico fundamentalmente de la pandemia es la gran intensidad por la cual esa enfermedad infecciosa afecta a un número elevado de individuos en tiempo breve y en un espacio geográfico delimitado o que afecta a todo el planeta”.

NATURALEZA DE LAS EPIDEMIAS

Betrán distingue las enfermedades epidémicas o pandémicas según su naturaleza. “Enfermedades muy dañinas como el cólera o el tifus están relacionadas con el aparato digestivo y con todo lo que signifique, por ejemplo, el consumo de aguas en mal estado, que siempre ha sido un factor de trasmisión”.

“Otras tienen que ver con la trasmisión por el aire al aparato respiratorio y es el caso de la Covid, la viruela, la tuberculosis, así como la peste, para las que cuanto mayor es la concentración humana, mayor es la capacidad de infección que se produce entre los seres humanos”, añade.

Según el historiador, “habría que sumar otro tipo de enfermedades que dependen de condiciones de hábitat, como el caso de la peste negra bubónica en la Edad Media que está muy relacionada con la convivencia de ratas en hábitats domésticos o la pulga, que era la causante de trasmitir el bacilo a través de su picadura”.

HISTORIA DE UNA LUCHA CONSTANTE

Unos de los factores que revoluciona el mundo científico a partir del siglo XVIII tiene que ver con el desarrollo de los microscopios que permiten ver esos pequeños mundos habitados por esos microrganismos que son los virus o las bacterias y a través de ellos se conoce el factor de la enfermedad.

Hay un antes y un después en todas estas enfermedades que han tenido una larga historia en la vivencia de la humanidad. “Su evolución fundamental -subraya el investigador- tuvo lugar a partir de los descubrimientos de la medicina a finales del siglo XIX, cuando médicos y científicos como Louis Pasteur, en Francia, o Robert Koch, en el caso de Alemania, comienzan a relacionar el origen de la enfermedad con la existencia de algunos seres microscópicos que provocan las enfermedades”, afirma.

Pero para Betrán, “el salto importante será a finales del siglo XVIII cuando el medico inglés Edward Jenner hace el primer gran descubrimiento al practicar la inoculación de la llamada vacuna de la viruela, enfermedad que en Europa causaba el mayor número de muertos, especialmente entre la población infantil”.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX es cuando se comienza a conocer la naturaleza real de todas estas enfermedades “y, de esta forma, elaborar un sistema de vacunas eficaces que son las que permiten poco a poco erradicar enfermedades que habían sido históricamente muy letales, como el cólera, la peste, el tifus o, incluso, ya en el siglo XX, la gripe”, comenta el experto.

Otro de los factores que inciden en la propagación de las enfermedades es la evolución demográfica de la población mundial. “A principios del siglo XX éramos unos 4.000 millones de personas en todo el planeta, actualmente estamos superando casi los 8.000 millones. Son elementos que históricamente no se habían dado en la Humanidad hasta nuestros días y que provocan que las enfermedades tengan una rapidez de transmisión desconocida”, clarifica el especialista.

VACUNAS CON MAYOR O MENOR RETRASO

Betrán aclara que “hay enfermedades que han podido ser descubiertas con relativa rapidez y por tanto conseguir un remedio en forma de vacunación y otras, como el sida, que aparece a principios de los años 80 del pasado siglo en el mundo, pero para la que hasta hoy en día no se ha conseguido obtener una vacuna”.

“En la actualidad, la Covid ha puesto en jaque todo el sistema económico a escala global y, sin embargo, hay que tener en cuenta la rapidez con la cual se han puesto los medios suficientes para poder realizar el descubrimiento de unas vacunas en un tiempo muy breve y, por lo que esperamos todos, eficaz para poderlo solucionar”, concluye José Luis Betrán.

Por: Isabel Martínez Pita.

EFE/REPORTAJES

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