El Hospital Salvador B. Gautier funciona por compromiso del personal

Imperan carencias de abastecimiento, equipos y salas

Consejo médico del Hospital Salvador B. Gautier. (Nehemías Alvino)

SANTO DOMINGO. La precariedad arropa y persiste en hospital Salvador B. Gautier, del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), con permanente falta de equipos médicos, medicinas y servicios de imágenes, pero a pesar de esa situación, la responsabilidad social que dice tener su personal de salud es lo que hace que se mantenga funcionando.

En ocasiones, el hospital no dispone ni de medicamentos básicos, hay mal olor en sus pasillos y entornos, pues hasta los servicios de higiene escasean, como las camas en las áreas de urgencias y cuidados intensivos.

El establecimiento sanitario luce deteriorado y hasta abandonado en distintas zonas, a lo que sus autoridades replican que no es por falta de recursos humanos, sino por poco apoyo de las autoridades gubernamentales.

La subvención del hospital llega de manera irregular con retrasos de varios meses, mientras mantiene una deuda acumulada superior a los RD$ 25 millones.

Aún sin tener la capacidad física y presupuestaria brinda servicios a sus pacientes, la mayoría envejecientes con sueldos de pensiones de RD$ 4,850 al mes, como Napoleón Pérez, que sufrió una trombosis y que asegura que no cambiaría nunca lo que autodenomina su hospital .

Los afiliados del Régimen Subsidiado del Seguro Nacional de Salud (Senasa) son otros que demandan atención médica en el centro de salud que próximamente cumplirá 64 años de fundado, sólo que el dinero que el Estado paga por ellos llega a las arcas del Consejo Directivo del IDSS, y no se emplea para mejorar los servicios.

“Si nos dejaran administrar los recursos que produce el hospital, lo pudiéramos comparar con una tacita de oro, pero no podemos mantenernos al margen de la ley 123-15 que crea el sistema nacional de Salud, no podemos llegar a formar parte de ella”, dijo Severo Mercedes, de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética.

“Aquí no hay ninguna novedad, estamos en la misma situación que hemos estado en los últimos meses, no estamos en el mejor momento, seguimos en transición, donde los procesos se hacen más lentos, pero las cosas fluyen”, señala Emma Bodden, directora del hospital.

Dijo que se ha hablado tanto de las carencias, que pensó que era tema superado, y por eso le resulta natural decir que tienen siete años sin tomógrafo, equipo de gastroenterología, y ventilación mecánica.

Los jefes de hemodinamia, José Reyes; de otorrinolaringología, Freddy Ferreras, y de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética, quienes han declarado el hospital en estado de emergencia, dicen que a pesar de los problemas siguen y seguirán dando los servicios, porque es su responsabilidad.

“Los mejores recursos humanos están aquí, mira ese vive haciendo cateterismo, ese cirugía de cabeza y cuello (se refiere a los doctores Reyes y Ferreras), y yo reconstruyendo mujeres con cáncer de mamas, con labios leporinos y reimplantando manos que vienen amputadas”, señala Mercedes.

La semana pasada en el hospital se hizo un trasplante renal, después de cinco años sin practicar este tipo de intervención quirúrgica de la cual el hospital es pionero en el país.

La directora Bodden indica que gracias al personal de salud se practican dos y tres cateterismo por día y alrededor de 30 cirugías diarias, lo que podrían aumentar si las autoridades correspondientes les dieran los recursos económicos que requiere el centro asistencial.

El Salvador B. Gautier tiene 29 especialidades médicas, de las cuales otorrino y cirugía plástica son exclusivas del nosocomio. El pasado mes atendieron 562 pacientes en el área de cirugía plástica, de los cuales el 75% fueron cirugías reconstructivas de las manos.

“Nosotros estamos trabajando con mucho deseo de ayudar en medio de las limitaciones que tenemos como sistema de salud y tenemos deficiencia día a día, así como una gran demanda de servicios y, como hospital, no somos autónomos y hay macro decisiones que no la puede determinar el hospital y estamos trabajando con lo que tenemos y resolviendo el problema a los pacientes”, dijo el Ferreras.

Afirmó que no son deficiencia exclusiva del hospital Salvador B. Gautier, sino del sistema, y que lo lamentable es que se privilegia la condición médica como un negocio, lo que da paso a que muchas personas comercialicen con la salud en detrimento de los hospitales.

Los jefes departamentales aseguran que la baja captación de recursos del IDSS es la causa de la crisis constante que se reflejan en la red de establecimientos sanitarios del instituto, con el agravante de que su director, Sabino Báez, tiene voz, pero no voto en las decisiones que toma el Consejo Directivo de la entidad, donde la mayoría son ajeno a la salud.

El doctor Ferreras mostró el expediente de un niño que nació con un problema complejo del corazón, con seguro médico privado, pero que su Administradora de Riesgos de Salud (ARS) se niega a cubrir, alegando que las patologías congénitas no forman parte de la cobertura del sistema, obviando el valor de la vida que en este caso, sí es valorada por los médicos del Gautier que lo asistirán.

“Aquí hay un compromiso social de los médicos, y por eso el hospital sigue funcionando, a pesar de la crisis que tenemos, y que nunca hemos negado”, dijo el otorrino, quien asegura que muchas veces llevan equipos que compran con sus recursos para salvar la vida de muchos pacientes.

En la actualidad en el nosocomio hay ingresada una niña de seis años de edad, sin seguro médico y de escasos recursos, a quien le operarán de una de sus manos para devolverle la función que perdió en un accidente de tránsito y que a nivel privado cuesta millones de pesos.