Waldo Ariel alerta sobre las secuelas del dengue grave en el corazón
El virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti puede producir miocarditis, pericarditis y arritmias
El cardiólogo pediatra Waldo Ariel Suero alertó este lunes sobre las secuelas cardiovasculares en pacientes afectados con dengue grave y el compromiso en otras partes del cuerpo de esta enfermedad infecciosa transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti.
A través de un comunicado, el recién electo presidente del Colegio Médico Dominicana (CMD) afirmó que “el compromiso cardiovascular, altamente demostrado sobre la incidencia de lesiones cardíacas por dengue es muy variable, según varios estudios consultados al respecto, esta varía desde un 11.4 % hasta un 62.5%”.
Este virus puede expresarse de diferentes formas clínicas, una proporción importante de los casos cursa de manera asintomática, otros con síntomas leves y un grupo reducido presentará gravedad.
Los pacientes que se encuentran en los extremos de la vida (bebés y ancianos) y los que repiten con otro serotipo de los cuatro existentes, son los que tienen un peor pronóstico.
“Los casos de dengue grave pueden comprometer diferentes órganos, tales como: tejido linfático, hematológico, riñones, pulmones, corazón, hígado (el más afectado), páncreas, secuelas a nivel neurológico, la piel, entre otros”, destacó el galeno.
Suero señaló que el compromiso cardíaco del dengue fue descrito por primera vez en 1943 por Hyman, en soldados americanos que se encontraban combatiendo en el Pacífico en la Segunda Guerra Mundial.
“Las manifestaciones cardíacas del dengue son más frecuentes de lo que se piensa. Produciendo un abanico de síntomas y efectos cardíacos que son más comunes en los adultos que en los niños enfermos con dengue grave”, agregó.
El virus del dengue puede penetrar al miocardio y producir una miocarditis (inflamación del músculo cardiaco) con o sin pericarditis aguda y con o sin derrame pericárdico (hinchazón e irritación del tejido delgado en forma de saco circundante al corazón o pericardio), que en ocasiones puede pasar desapercibida y cursar de manera asintomática, con una evolución benigna y en otras pueden causar alteraciones enzimáticas, electrocardiográficas, como trastornos del ritmo y la conducción, o signos de disfunción ventricular que puede llegar a la falla cardiaca grave con o sin edema pulmonar y shock cardiogénico.
Otras manifestaciones cardíacas incluyen la presencia de arritmias, taquicardia, bradicardia, bloqueo auriculoventricular de primer y segundo grado transitorios, extrasístoles auriculares y ventriculares, hasta episodios aislados de taquiarritmias como la fibrilación auricular.
La mayoría de estos hallazgos cardíacos son autolimitados y desaparecen a los pocos días de superar el dengue. Los pacientes con disfunción cardíaca grave por el miocardio comprometido ameritan un tratamiento más prolongado.
Suero recomienda que a todos los pacientes con dengue grave se les realice una evaluación cardíaca completa, por un profesional competente, donde se incluya además del examen clínico, un electrocardiograma (EKG), radiografía del tórax, ecocardiograma, enzimas cardíacas, entre otros estudios.
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