Impacto negativo del COVID-19 en los pacientes con cáncer
La doctora Mariana Rico proyecta un aumento de casos avanzados por detección tardía
La pandemia del COVID-19 afectó significativamente a los sistemas de salud en América Latina haciendo que las prioridades típicas como la vacunación, la salud de la mujer, el cáncer y las enfermedades cardiometabólicas, pasaran a un segundo plano.
Al descuidarse la detección temprana, el acceso oportuno a consultas médicas e interrumpirse los tratamientos de todo tipo de cáncer, un estudio desarrollado por Roche determinó que en los años venideros se dispararán los costos, tanto para los pacientes como para los gobiernos, para cubrir la demanda debido a los casos no detectados a tiempo o con seguimiento inadecuado.
El 93 % de los médicos encuestados en 11 países latinos, incluyendo a República Dominicana, informó que se están diagnosticando pacientes en etapas cada vez más avanzadas, lo que significa un peor pronóstico y opciones de tratamiento limitados.
La directora médica de Americas Health Foundation y autora del estudio, Mariana Rico, afirmó: “El impacto del Covid se sintió en la mortalidad, en el suministro de servicios y en lo económico, para el paciente y los sistemas de salud”.
De acuerdo a la especialista “la mejor manera de detener el cáncer es detectándolo de una manera temprana y oportuna”.
El cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina y en República Dominicana, superado por las enfermedades cardiovasculares.
En Centroamérica las mamografías se redujeron en un 97 %.
“Eso significa que seguramente vamos a tener en los próximos años mujeres con cáncer de seno más avanzado, con menos posibilidad de cura”, dijo Rico.
“Los pacientes están llegando en etapas más avanzadas porque no se diagnosticaron en esos dos años”, reiteró Rico en la entrevista a Diario Libre.
El monto total por retrasos en los diagnósticos se estima en 10 mil millones de dólares, un incremento del costo de tratamientos a cinco años y 89 % de los encuestados con pérdida de ingreso y aumento del gasto de bolsillo debido de la pandemia.
Lo que propone
Para solventar la situación, Rico propone fortalecer la prevención y el diagnóstico temprano; hacer campañas reenfocando la importancia de chequeos y exámenes y mejor distribución de recursos, no solo en las grandes urbes, sino que los pacientes de provincias puedan recibir igual calidad de servicios sin trasladarse a otras ciudades.
Añadió: “La transformación en Salud requiere esfuerzos coordinados entre los sectores público y privados. Hay que reevaluar los presupuestos de Salud y la distribución correspondiente a pacientes con cáncer, porque existe una demanda excedente”.
“Lo que va a hacer la diferencia en la sostenibilidad del sistema de salud es tener a pacientes menos enfermos porque cuando ya llegan a etapas donde el tratamiento es de alto costo, no es sostenible tener muchos pacientes en esta etapa”, explicó la doctora.
Rico reconoció que el cáncer es una enfermedad sensible al tiempo, y que muchas veces, “si le doy el medicamento desde el principio, aunque sea más costoso, voy a evitar seguramente más gastos a largo plazo”.
Según estimaciones proporcionadas en el análisis de impacto económico y social del estudio (el cual se elaboró mediante un modelo con 18 variables, incluyendo la proporción de pacientes afectados por COVID-19, nuevos casos de cáncer estimados para 2020, 2021 y 2022, PIB promedio per cápita durante 10 años, meses promedio de interrupción en el tratamiento) el impacto económico generado por retrasos en el diagnóstico y tratamiento en América Latina está estimado en cinco mil millones de dólares.
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