Pediatra afirma vacunación en niños reduce la probabilidad de hospitalización o muerte

La doctora Nusheen Ameenuddin pide que "se vacunen todos los que puedan, lo antes posible"

Niño recibe una dosis de una vacuna contra el COVID-19 (EFE)

A menudo y erróneamente se ha creído que los efectos del COVID-19 en los niños siempre son leves y que, de llegar a contraerlo, sería de manera asintomática o casi imperceptible. Sin embargo, el coronavirus afecta a los niños de muchas maneras dejando, en algunos casos, secuelas físicas y mentales.

La pediatra de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota,  Nusheen Ameenuddin ha visto de primera mano cuánto ha pesado la pandemia sobre sus pequeños pacientes.

Según cuenta Ameenuddin en un encuentro virtual que sostuvo con algunos periodistas de Latinoamérica, un efecto secundario, particularmente raro y grave del COVID-19 es el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C, por sus siglas en inglés).

La pediatra destacó que entre los niños que contrajeron el síndrome inflamatorio multisistémico, la mayoría no se había vacunado.

El MIS-C ocasiona daños en el corazón y los vasos capilares, así como daño permanente en los pulmones e incluso, puede ocasionar embolias, algo que normalmente no se ven en niños, por lo que se habla de daños considerables que pueden durar toda una vida. “Algunos de los niños que han sobrevivido, quedaron con secuelas permanentes en el cerebro por los problemas vasculares ocasionados. El MIS-C es poco común, pero cuando da, es muy severo”, apuntó.

"Aunque un niño enferme, la vacunación reduce la probabilidad de que esté tan mal que requiera hospitalización o muera, hecho que desgraciadamente ha ocurrido"Nusheen AmeenuddinPediatra de Clínica Mayo

Ameenuddin entiende que la clave para cuidar a los niños, además de la vacuna, es mantener el uso de mascarilla y el distanciamiento social.

“Mi recomendación para todos es ponerse la vacuna desde que esté disponible y haya sido aprobada. Que se vacunen todos los que puedan, lo antes posible”, reiteró la especialista sobre la importancia de vacunar a los menores entre 5 y 17 años.

 “Una vez que la enfermedad entra al cuerpo, no podemos controlar cómo va a reaccionar el organismo de ese niño. Algunos son asintomáticos, otros presentan pocos síntomas y otros severos, por eso es mejor estar prevenidos con la vacuna”, añadió la doctora.

La doctora adelantó que ha recibido los resultados preliminares de ensayos de vacunación que realiza la farmacéutica Pfizer en niños de 3 y 4 años, y hasta ahora, los estudios “han dado muy buenos resultados, esperando que dentro de pocas semanas ya pueda ser aprobada la medida”.

La doctora Ameenuddin también respalda la vacunación en embarazadas, ya que la evidencia científica confirma que no es dañina para el bebé.

Sobre la situación actual que vive en su práctica médica, la especialista afirmó que la variante delta trajo consigo muchas hospitalizaciones y ómicron, un alto número de contagios, pero lo importante es “no bajar la guardia, proteger a los niños y a los pacientes vulnerables. Todos pongamos de nuestra parte con la vacunación y el distanciamiento, no importa si crees que estás sano, joven o atlético porque esto se puede extender”.

Socialización limitada

La doctora Ameenuddin reconoce que, a pesar de la socialización limitada por causa de la pandemia, los niños nacidos bajo confinamiento no han perdido sus habilidades sociales porque “aunque estén en casa, están viendo a los padres sin mascarillas y siguen aprendiendo de sus gestos y establecen relaciones con los integrantes del hogar”.

En la parte de salud mental, se ha observado un aumento tanto en la depresión como en la ansiedad en los niños y jóvenes y un aumento en trastornos de la alimentación y del sueño.

La pediatra pide controlar el tiempo de exposición de los niños a las pantallas, que si bien la tableta o el celular han servido para tomar clases o comunicarse en la distancia con amigos y familiares, no deben interrumpir la rutina de sueño y descanso de los niños por estar conectados.

También recordó que solo en Estados Unidos, cerca de 140 mil niños han quedado huérfanos porque han perdido al padre o a la madre debido al coronavirus. “Perder al padre o a la madre es una experiencia adversa realmente importante que altera el resto de la vida. Por ello, esta enfermedad también afecta mucho a los niños y lo hace de varias maneras distintas”, señaló.

Sobre el retorno a las clases presenciales, Ameenuddin entiende que depende de los recursos que tenga la escuela: si hay ventilación, cantidad de niños vacunados en el salón, distanciamiento social y uso de mascarillas.

“Es una situación ideal que estén de regreso a las aulas, pero, cada comunidad debe responder dependiendo de lo que sea más seguro dependiendo de los recursos y condiciones que tenga cada plantel”, detalló.

Al final del encuentro, la doctora reiteró que todavía se están haciendo muchos estudios y recopilando información sobre el COVID, por lo que algunos efectos secundarios en los niños “posiblemente les afecten durante muchos años”.

Periodista, graduada de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) con honor Summa Cum Laude. Posee un máster en Comunicología Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid. Amante de los viajes, la moda y la música en vivo.