Raquel Arbaje: “Aspiro a demostrar que se puede servir sin prepotencia, desde la humildad y el respeto”
Al cumplir su primer año como primera dama, Raquel Arbaje mantiene la alta popularidad que le dieron su espontaneidad y sencillez en la campaña.
No, no lo dijo, aunque se le hizo la pregunta. El comentario de la primera dama que hizo reír y sonrojarse al presidente Luis Abinader se queda en el ámbito privado entre risas:
-¡Eso no lo voy a decir aquí! No, me guardo eso para la posteridad...
La conversación con Raquel Arbaje giró en torno a temas personales, oficiales, sociales, políticos... No rehúye ninguna pregunta, ríe con ganas, es espontánea en las respuestas y a un año de su nueva vida, sigue construyendo una posición que, como le dijo alguien muy sabio... “no tiene guión”.
—¿Se ha acostumbrado ya a no estar nunca sola?
He buscado el equilibrio, entiendo que tiene que haber un cuerpo de seguridad presidencial, pero sigo yendo a mi Mirador, en horas que no hay muchas personas por lo menos una vez a la semana. Creo que he logrado un balance. El presidente me dice “no vayas sola”, pero yo he tratado de seguir siendo la misma Raquel. Procuro tener buen humor aunque tratemos temas tan serios. Puede que me incomode un poco no poder estar en piyama en el frente de mi casa con mis plantas... Y tampoco ha sido una cosa aparatosa, no es que tenga franqueadores... Visto lo que ha pasado en Haití, hay que reforzar el cuidado, aunque no pienso que algo así puede ocurrir aquí.
—El puesto de primera dama es elástico, depende de la personalidad de quien lo ocupa. ¿Cómo lo enfoca usted?
Una persona muy querida me dio un folleto: “La primera dama, un papel sin guión”. Tú vas creando tu propio guión. Eso es lo que he ido haciendo: soy la misma Raquel que se vio ayudando a Luis en la campaña. Somos muy parecidos en la base, en la estructura, en los valores y creo que soy muy espontánea. El politólogo Leonte Brea, que también nos asesoró, nos dijo algo antes de las elecciones: “Antes de subir tienen que saber cómo van a bajar”. Hay que saber que este tiempo de servir es pasajero.
—¿En qué momento supieron que iban a ganar?
Para mí el hecho de ganar significa responsabilidad. Con la experiencia del 16, que no hubo un conteo real de votos... siempre tuve mis pequeñas dudas de que ahora también nos podrían hacer algo. Al cancelarse las elecciones municipales, honestamente, no sabía qué esperar. Luis sí estaba claro de que ganaba, es un hombre muy pragmático que se lleva de las encuestas y entendía que iba a ganar. Pero ni Luis ni yo somos personas de celebrar mucho. Cuando ya se dio el conteo preliminar yo estaba contentísima dentro de la tarima, mis hijas estaban llorando, emocionadas porque habían ayudado a su papá a cumplir su objetivo, habíamos pasado el Covid... Pero finalmente todo había salido bien.
—¿Cómo fue el primer día?
Yo estoy acostumbrada a tener un horario, así que me levanté y me preparé para llegar al antiguo Despacho donde estaba doña Cándida... que no me recibió en ningún momento. A mi me dolió, no lo voy negar.
—Un Despacho que se había decidido eliminar...
El presidente lo eliminó en menos de 24 horas. Pensé que podríamos ir desmontándolo, que sería algo paulatino. Es más difícil hacerlo así de cuajo, por decreto, sin tener una comisión de liquidación hecha. Pero fue una promesa de campaña del presidente y mía. El apoyo familiar fue vital para formar un equipo que me ayudó en esa transición. Y me gustaría destacar una persona clave en la nueva y modesta oficina que ha surgido: Nancy Handal de Mejía, la coordinadora ejecutiva, mi mano derecha. Y Cecilia Reinoso, una joven de 23 años, hija de Amaury Reinoso, un colaborador de Luis desde que empezó a los 22 años los proyectos hoteleros. ¡Es la única persona que llama Luis al presidente!
La política y las redes
El 16 de agosto Luis Abinader asumía la presidencia de la República. Una posición por la que trabajó cerca de quince años en un proyecto político en el que estuvo muy presente al principio su padre, José Rafael Abinader, también político y empresario. Hoy gobierna el país en un periodo complicado en todo el mundo.
—¿Qué es lo que más le gusta del puesto?
Que podemos incidir en el bienestar de las personas. No hago acciones electoralistas pero se puede ayudar desde la oficina de la primera dama. Muchas veces me entero de casos en los que puedo intervenir pidiendo a un funcionario una ayuda, con una llamada. Siempre sin injerencia.
—¿Qué es lo que más le ha sorprendido del poder?
Que hay personas que creen o estaban acostumbradas a que la figura de un presidente o de una primera dama estaba muy arriba. Somos personas de carne y hueso al servicio de la gente. Es un sueño poder demostrar que se puede servir sin prepotencia, en humildad y respeto. Ser humilde no es ser servil. Dice el papa Francisco que la política es la más alta forma de caridad.
Hay personas que nunca pensaron que Luis llegaría a la presidencia y que en algún momento le ignoraron. Hay que tener la madurez para no fijarse en eso, cuando ahora llegan a tocar la puerta.
—Un político no puede dejar de ser político nunca.
Yo me he dado cuenta de eso en Luis. Yo puedo desconectarme hasta cierto punto. Pero para el presidente, para mi compañero de vida, 24 horas son pocas. ¡Cuánto trabaja! Es una máquina... Le digo a veces que tenemos que buscar la vuelta. Pero creo que cuando esta fase pase... será igual. Los expresidentes en nuestros países siguen ligados a la política. Si tenemos la salud y tenemos la energía podemos salir adelante.
—¿Qué le pasa a este gobierno con las redes?
Las nuevas plataformas han tomado más auge todavía en los últimos cinco o seis años. Y hay nuevas, por ejemplo Instagram, que era una plataforma social y ha tomado la segunda posición también en información. Yo usaba mucho el Facebook en la campaña. Era una cuenta personal en la que había relatos, la huelga de hambre de algunos candidatos a alcaldes o diputados, por ejemplo. Y luego al ser oposición por tanto tiempo... uno se acostumbró a usar mucho las redes sociales.
—Eso explica algunas cosas...
Esa es una razón pero luego descubrías que se daba una cercanía. Al principio del gobierno veía todo lo de las redes y quería ser una ayuda rápida, pero sin injerencia en los ministerios. Surgieron las famosas frases como “Estamos atentos”... Hay que entender que subimos con el Covid, en pleno Covid. El famoso “Estamos atentos” surgió porque nos habían dicho por las redes que estaban dando permisos de tránsito falsos y cuando veo a esta joven, con la que hoy me disculpo aquí porque no la conozco, la rubia del toque del queda... quise ayudar a que se respetara la institucionalidad. Las redes te dicen cosas, falsas o no. Pero tengo una asesora magnífica en comunicación y me ha puesto las redes un poco más formales.
—Pasaron quince años en la oposición. ¿Cómo ha cambiado la política en este tiempo?
La política dominicana ha cambiado mucho y los políticos también, en quince años. Ahora veo más políticos preparados y veo una juventud con más deseo de participar en la política. Me ha tocado compartir con cantidad de mujeres con deseo de participar. El PRM es el partido con más mujeres líderes: Faride, Gloria, Carolina y quien sabe si la Vicepresidenta en un futuro también. El partido se iba a llamar Partido Revolucionario Mayoritario, ese era el nombre a registrarse. Leonel Fernández se impuso a través de los organismos adecuados, insistió en que nosotros no podíamos usar la palabra mayoritario.
—Desde el Gabinete de la niñez y la adolescencia que preside, ¿a qué tema va a dar más importancia?
Me preocupan terriblemente los embarazos adolescentes. La eliminación del matrimonio infantil no deja de ser importante, pero no se trata solo de eso. Realmente se trata de deconstruir toda una cultura.
—¿Y desde qué institución se puede avanzar?
Debe ser interinstitucional. El Gabinete de niñez y adolescencia es un enlace intersectorial y de canalización, si hay algún tranque o alguna gestión que pueda hacer fluir los proyectos. Estamos en la misma mesa el Ministerio de la mujer, Salud Pública, el Servicio Nacional de Salud. El organismo rector al que tenemos que dar la forma y la fuerza necesaria es el Consejo Nacional para la Niñez, Conani, que fue desmantelado en los años de los gobiernos del PLD.
El lema de nuestra oficina es “uniendo voluntades”. Como el presidente está tan enfocado en temas como el de la creación de empleo, deposita en mi esa parte de vulnerabilidad y de niñez.
—¿Es usted feliz?
¡Sí! Aunque Luis trabaje mucho yo no puedo pedirle más a la vida, tal vez nietos... Sí, claro que soy feliz. Estoy contenta, lógicamente uno tiene momentos de nostalgia o añoro poder decir que me voy a un viajecito con mi marido. De hecho entiendo que un presidente puede decir abiertamente “voy a tomar cuatro o cinco días, necesito unas vacaciones” sobretodo si cuenta con un equipo de gobierno confiable.
—¿Le gusta el equipo de gobierno?
Me encantan varios de los ministros. Respeto grandemente a nuestra vicepresidenta. Para mi es un soporte, es una mujer de una valía enorme, coincidimos en tantos aspectos que nos falta tiempo para poder armar y desarmar temas de familia y de gobierno. Ella trabajó en el sector externo en 2012 de don Hipólito y fue entonces cuando pudimos conocernos. Es una mujer muy querida en el área académica y empresarial, muy respetada.
—Si pudiera ver cumplido solo un proyecto de los que ha emprendido, ¿cuál sería?
Desde el Gabinete de la niñez y adolescencia hay muchos temas que me importan y todos son difíciles. Desde luego, si tuviera que elegir, desearía que lográramos una sociedad en la que hombre y mujer se respetaran, la nueva cultura de una nueva masculinidad.
Y le digo algo que me mueve mucho pero no me corresponde: yo quisiera que cada madre soltera dominicana tuviera su vivienda. Una casa segura, de concreto. Es terrible la situación que se vive cuando viene un huracán o una tormenta. He sostenido reuniones con el Gabinete de construcción, ahora será Ministerio de la vivienda, y he podido plantear esa cuestión. No es fácil y para eso hay que tener un terreno propio, de ahí el interés de este gobierno con los planes de titulación. Insisto, el tema me importa, siempre desde la no injerencia en el trabajo de los ministerios.
—Les tocó pandemia en campaña y más pandemia al llegar al gobierno...
Ha sido muy duro para todos. Dentro de todo, creo que fue una suerte pasar el Covid en campaña. Nos dedicamos en el confinamiento a ayudar de 8 a 2 de la mañana pidiendo colaboración, hacíamos llamadas, gestiones... hasta vi a mi hija graduarse en plena campaña y en plena pandemia. La campaña fue dura. También se quiso armar un pequeño expediente a Luis Abinader, el famoso caso del técnico de Claro y el coronel. Pero yo sabía muy bien quién era Luis y que sabía decir tres buenas palabras. Luis tuvo que amenazar. Llegábamos pensando que lo peor era la deuda que dejó el partido anterior y entonces entró la tormenta Laura, y luego más Covid... pero todo está saliendo bien. Poco a poco. l
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