Nueva trampa antimosquitos logra reducir casos de malaria

Cebos de olor sintético, fijados fuera de las casas y que funcionan como electricidad producida con paneles atrapó hasta 70% de estos insectos

En esta foto del 11 de febrero el 2016, el microbiólogo del Laboratorio de Mosquitos del Condado de Dallas examina mosquitos colectados en una trampa en Hutchins, Texas. (AP)

LA HAYA, Holanda. Científicos holandeses y kenianos concibieron una trampa que atrae con olores humanos a mosquitos portadores de malaria, que ya permitió disminuir los casos de esta enfermedad, según un informe publicado el miércoles por la revista The Lancet.

Estos cebos de olor sintético han permitido atrapar hasta el 70% de la población local de mosquitos portadores de malaria y disminuir en un 30% los casos en los hogares que los emplean.

El estudio se llevó a cabo durante tres años en la isla keniana de Rusinga, en el Lago Victoria, con la participación del conjunto de sus 25.000 habitantes.

Los cebos, fijados fuera de las casas, funcionan con la electricidad producida con paneles solares instalados para el estudio. La población contó también con la protección de mosquiteras y con la distribución de medicamentos antimalaria.

“La trampa olorosa también puede ofrecer una solución para enfermedades como el dengue o el zika”, que se contagian por la picadura de un mosquito, aseguró en un comunicado la universidad holandesa de Wageninge.

Participaron también en el estudio el Centro Internacional keniano de Fisiología y Ecología de los insectos y el Instituto Tropical y de la Salud Pública suizo.

El nuevo invento reduce además la necesidad de recurrir a otros productos químicos para controlar la población de mosquitos.

“Luchar contra la malaria sin insecticidas es mi gran sueño”, declaró Willem Takken, de la Universidad de Wageningen, en colaboración con colegas del Centro Internacional keniano de Fisiología y Ecología de los insectos, y el Instituto Tropical y de la Salud Pública suizo.

Según la universidad holandesa, “cada minuto, un niño muere de malaria” y esta enfermedad “cuesta 12.000 millones de dólares (10.740 millones de euros) cada año a África” en términos de costes de salud y pérdida de producción.

Actualmente, no existe ninguna vacuna contra la malaria, una dolencia que en 2015 mató a 438.000 personas, según la OMS.