El criminal apodado “Kiko la Quema”, mientras vivió impuso sus propias normas en San Cristóbal

José Antonio Figuereo Bautista murió en un tiroteo con la policía el pasado viernes, 8 de marzo, e iba acompañado de una menor

Fotografías difundidas por la Policía Nacional cuando buscaba a José Antonio Figuereo Bautista, alias Kiko la Quema, quien fue ultimado este viernes por agentes policiales. (FUENTE EXTERNA)

Su nombre no es “Kiko la Quema” y no es un héroe. Tenía 45 años, estaba entre los más buscados desde el año 2015 y fueron necesarios más de cuatro meses de la Operación Montaña, que implicó a más de 150 agentes, para dar con él.

El delincuente más buscado en República Dominicana fue ultimado por la policía el pasado viernes, 8 de marzo. El criminal, requerido por la justicia por homicidios, robos, secuestros, sicariato, tráfico de drogas, cobros compulsivos, extorsión, tráfico de armas, invasión de terrenos y lavado de activos, se llamaba José Antonio Figuereo Bautista. Ese era su verdadero nombre.

Figuereo Bautista residía en Cambita Garabitos, un municipio cercano a San Cristóbal. Su vida tomó un camino oscuro desde muy temprana edad, cuando decidió dedicarse a la delincuencia. Escogió mal su camino y muy pronto se empezó a mover por terrenos peligrosos en los que abundaban las drogas y la violencia. 

Su historial como delincuente no dejó muy buen recuerdo. En la demarcación de Cambita Garabitos, su localidad, comunitarios lo han vinculado a la muerte de más de 20 personas. Además de esto, lo acusan de comercializar con gramos y kilos de drogas en las lomas que bordean a San Cristóbal y Baní. 

Búsqueda y captura

El nombre de José Antonio Figuereo Bautista, apodado “Kiko la Quema” por las autoridades y la ciudadanía, empezó a tomar notoriedad el pasado mes de noviembre. 

El caso tomó interés nacional cuando figuras de interés público, como el presidente Luis Abinader y el ministro de Interior y Policía, Jesús “Chu” Vásquez, hablaron sobre el tema. Abinader le exhortó a entregarse y lo calificó como uno de los más buscados.

“Él lo sabe, es uno de los Top One que tenemos en la fuerza de tarea, su lugarteniente está en 29 y gran parte de su personal está cercado también y lo que le conviene es entregarse, porque ya no va a encontrar más apoyo”, advirtió el mandatario.

Unos días después, el ministro Jesús Vásquez hizo un llamamiento similar, afirmando que “lo mejor” sería que se entregara a la policía. 

Sin embargo, aunque la búsqueda del criminal Figuereo Bautista (Kiko la Quema) empezó a estar en boca de todos en noviembre, la verdad es que la policía lo buscaba desde el año 2015.

La Operación Montaña

En esta operación participaron más de 150 agentes, coordinados con un dispositivo de inteligencia, y culminó el pasado 8 de marzo con la muerte de Figuereo Bautista en un enfrentamiento con la policía. 

El delincuente apodado “Kiko la Quema” iba en un Hyundai blanco de cinco plazas cuando fue abordado por los agentes. La inteligencia policial tenía localizados con fotografías con drones algunos de los lugares en los que el criminal podía estar escondiéndose. El 8 de marzo, por fin, los agentes dieron con él y se produjo un tiroteo.

No podía ser otro lugar que la comunidad de Cambita, San Cristóbal. El lugar que lo vio crecer fue también el lugar en el que murió a causa de los disparos de las autoridades. Alrededor de las 9:15 de la noche, la Policía Nacional localizó el carro en el que iba y se enzarzaron en un intercambio de disparos. Según precisó su hermano Santo Figuereo, el hecho ocurrió en la comunidad Arroyo Higüero. 

Tal y como anunció el organismo policial, “La Quema cayó abatido la noche de hoy al enfrentar una patrulla de la institución del orden que trató de apresarlo”.

Figuereo Bautista iba en un carro Hyundai blanco, de cinco plazas. La policía lo estaba buscando desde hacía meses, por lo que él iba preparado para un enfrentamiento armado. Como informaron las fuentes oficiales de la policía, “el enfrentamiento se registró en la carretera la Colonia”. 

Los agentes interceptaron el carro para detener al criminal y fue entonces cuando empezó el tiroteo. Figuereo Bautista tenía un fusil y una pistola “Glock” del calibre 9 milímetros. Armas suficientes como para hacer mucho daño, dar muerte a los agentes o inutilizar un coche. Sin embargo, la policía fue precisa en su intervención y consiguió acabar con el hombre más buscado del momento, un hombre que tenía a sus espaldas múltiples crímenes de asesinato. Un peligro nacional.

Un agente de las autoridades, en la rueda de prensa en la que se detalló la Operación Montaña, explicó cómo había sido el tiroteo y qué miembros de la organización están detenidos. “Estos son los miembros de la estructura criminal que ya han sido apresados y sometidos”, comentó. Sin embargo, también comentó que hay dos miembros de la organización que aún están en búsqueda siguen prófugos: Sandy Rosario Colón (Sandy Pistola) y Dauris Santana (La Sustancia).

La menor de 15 años

El delincuente Figuereo Bautista, apodado “Kiko la Quema”, no iba solo en el vehículo cuando fue ultimado. Una menor de 15 años iba con él en el Hyundai esa noche. Ella, identificada como R.N.S, salió ilesa del tiroteo.

Familiares del criminal, entrevistados al día siguiente de los hechos, aseguraron desconocer quién era la menor que andaba con él. Sin embargo, se cree que el delincuente la usaba como supuesta pareja sentimental, pues al ser menor de edad, tan solo una adolescente, la relación era más bien un abuso.

La Policía detalló que Figuereo Bautista acostumbraba a pagar a los tutores de las adolescentes determinadas sumas de dinero para tener encuentros sexuales con ellas. Gracias a la investigación, se determinó que cuando las menores no eran cedidas por sus padres, iniciaba una serie de amenazas y realizaba disparos al aire para intimidarlos.

Además, la Policía Nacional identificó a una adolescente de 14 años que se encuentra embarazada del hoy occiso, durante un operativo en las zonas montañosas de la provincia de San Cristóbal.

La organización criminal

El apodado “Kiko la Quema” construyó a lo largo de los años una red de contactos, personas peligrosas y conflictivas, que acabó por ser una organización criminal. Esta organización es acusada de delinquir en varios sectores de Cambita Garabitos, como Lucinda, La Guama, Arroyo María, El Cacao (donde fue ultimado), La Toma, Muchas Aguas, Cambita Centro, Loma La Colonia y Loma El Guineo. 

Esta red criminal que encabezaba era perseguida por delitos como homicidios, robos, secuestros, sicariato, tráfico de drogas, cobros compulsivos, extorsión, tráfico de armas, invasión de terrenos y lavado de activos. 

Según la Policía Nacional, los integrantes de esta supuesta organización criminal son Carlos Manuel Soriano de León, alias “Trepe/Culebra”; Sandy Rosario Colón (“El Mono/Sandy Pistola”); Junior Rodríguez (“Pupi el Sicario”) y Yesica Rodríguez Upia, nombrada como “la Patrona”.

También nombraron a otras personas: José Miguel (con el seudónimo “el Güero”), Deivy, Miguel Eliezer, Carlos, Jonathan, “Chino”, Starlin, “Chuchú”, Luis.

Los agentes confirmaron que el listado es aún más grande, aunque por el momento no se han revelado más integrantes.

El entierro del criminal

Como si se tratara de un héroe (que no lo fue), los residentes del municipio de Cambita El Pueblecito, en San Cristóbal, acompañaron los restos del criminal más buscado en los últimos cuatro meses. 

El pasado sábado, cientos de ciudadanos tanto a pie como en motocicletas, carros y yipetas, marcharon junto José Antonio Figuereo Bautista, alias “Kiko la Quema”, a su última morada en el Cementerio Municipal de Cambita.

La procesión salió a las 5:10 de la tarde desde el barrio La Torre, desde su residencia. A lo largo del trayecto hasta el cementerio, algunas personas salían de sus casas y negocios para ver la marcha fúnebre. Mientras pasaba el ataúd, algunas personas rompían en llanto y otros capturaban el momento con sus celulares. 

Debido a la cantidad de vehículos, se formó tráfico y el trayecto duró poco más de una hora, en lugar de 13 minutos.

En los últimos momentos de la ceremonia se rezó la oración del Padre Nuestro y los asistentes empezaron a exclamar: “¡Que viva Dios y el humo!”.

Así fue como sus familiares y amigos despidieron al criminal más buscado del país, un tipo que se hizo sentir como una suerte de Robin Hood. Un hombre acusado de múltiples asesinatos, que usaba las drogas y el tráfico de armas para financiar sus actividades y que, de una forma violenta, imponía su autoridad mediante la fuerza en las zonas humildes de San Cristóbal, aunque muchos todavía aseguran que han perdido a su mayor protector.

Periodista español y escritor. Se graduó en la Universidad de Navarra.