La muerte en busca de la belleza

La “industria” de la cirugía estética en la República Dominicana realiza alrededor de 40,000 procedimientos al año, según la Sociedad Dominicana de Cirujanos Plásticos. La prensa nacional registra 34 casos de muertes de mujeres en los últimos doce años.

Dulce Almonte, madre de Julia Arias, quien murió durante una cirugía plástica. (Jessica Gómez)

“Él era muy famoso en su página de Instagram, muchas mujeres se habían ‘hecho’ con él y él siempre les enseñaba los videos y les decía: ´Mírala, muñeca… muñeca´. Esa era la frase de él, que las iba a dejar muñecas… muñecas”. 

Dulce Almonte todavía lucha por contener las lágrimas al recordar el trágico destino de su hija hace ya cuatro años. Julia Arias Almonte, de 27 años, creyó en el mundo de la estética y buscó moldear su figura a través de la cirugía plástica. Sin embargo, los resultados no cumplieron sus expectativas, aunque nunca pudo apreciarlos por sí misma. Perdió la vida en el quirófano tras una intervención que su madre describe como “excesiva”: abdominoplastia, lipoescultura y transferencia de grasa a los glúteos. 

Dulce aún recuerda las palabras  que una vez le dijo el médico que operó a su hija. “Me dijo que yo iba a ver que él me la iba a entregar muñeca, muñeca”. Tras el suceso, le recordó esas palabras al médico. “Me la  entregó muñeca, muñeca, pero  en una caja”, le reclamó.  

La historia de Julia se une a una lamentable lista de 34 casos registrados en la prensa nacional durante los últimos doce años, relacionados con procedimientos estéticos. Estas prácticas, que proliferan en el país con una legalidad cuestionada, están fuera del control de las autoridades.

Según el doctor Juan Gerardo Mesa, director de la Dirección de Habilitación del Ministerio de Salud Pública, el control de estos procedimientos, como de otros servicios médicos, ha sido insuficiente desde la creación de la Ley 42-01 en 2001, que rige el sector de la salud. 

Mesa asumió su cargo en 2021 y encontró más de 4,000 licencias estancadas. Sin embargo, añade que esos centros estaban todos operando, algunos con licencia vencida y otros que, simplemente no la tenían, lo que planteaba serias preocupaciones sobre la seguridad de los procedimientos.

Aunque se ha procesado la mayoría de las solicitudes pendientes durante su gestión, Mesa admite que aún existe un gran número de establecimientos de salud no habilitados y que la Dirección no puede atender las nuevas solicitudes a tiempo. 

En el ámbito de la cirugía plástica, solo hay doce centros de tercer nivel de atención habilitados en el país, que son los únicos autorizados para realizar estos procedimientos. Otros ocho están en proceso de renovación de licencias. Los centros de primer y segundo nivel, que incluyen spas y centros de estética, masajes o recuperación, no tienen un registro claro en la Dirección de Habilitación.

Tampoco se atreve Mesa a estimar la cantidad de centros dedicados a estas especialidades que operan sin permiso, pero hace poco acudió a un operativo en el sector Gascue y en una calle encontró más de 40 establecimientos de salud, de los que más del 60  % no estaba habilitado.

Más de 40,000 cirugías 

A pesar de la limitada cantidad de centros habilitados, la “industria” de la cirugía estética en la República Dominicana realiza alrededor de 40,000 procedimientos al año, según la Sociedad Dominicana de Cirujanos Plásticos, Estéticos y Reconstructivos de la República Dominicana (Sodocipre). Su presidente, Sergio Guzmán, considera que la cifra puede ser mayor si se toma en cuenta que una paciente puede ser sometida a varios procesos al mismo tiempo.

La cantidad de centros que están habilitados luce pequeña frente a la cantidad de procedimientos que se realizan en el país.

“Nosotros, como Sociedad, no llevamos un registro exacto de cuántos procedimientos hace cada miembro. También tienes que saber que hay muchos ahí, personas que son intrusos, que realizan procedimientos, y puede ser que ese número sea un poquito más elevado porque no estamos contando con nada de eso. Eso es por fuera y es bastante”, agrega el secretario de Sodocipre, Carlos López Collado.

También dice que esas operaciones en ocasiones se ocultan. “Muchas veces, muchas de las cirugías las hacen los intrusos que las camuflan con cirugías generales o ginecológicas”.

Impulso turístico

El sector de turismo de salud también ha contribuido al auge que ha experimentado la cirugía plástica, con miles de pacientes internacionales que visitan el país cada año para procedimientos médicos y estéticos. A pesar de los riesgos y las complicaciones evidentes, la demanda sigue creciendo, impulsada por factores como el bajo costo de los procedimientos en comparación con otros países.

En 2019, se llevó a cabo el primer estudio diagnóstico sobre Turismo de Salud y Bienestar en República Dominicana, arrojando resultados reveladores. Durante 2018, el país recibió alrededor de 47,725 pacientes internacionales por turismo de salud y asistió a otros 69,550 turistas en busca de atención médica, sumando así un estimado de 117,275 pacientes internacionales. En 2017, estas cifras fueron de aproximadamente 41,500 y 65,000 respectivamente, alcanzando un total de 106,500 personas atendidas.

13.9 %

De los 12.8 millones de procedimientos quirúrgicos realizados en el mundo, se hicieron a hombres.

Las cifras no solo representaron una mayor atención médica, sino también ingresos significativos para el país. En 2018, los ingresos promedio ascendieron a RD$13,305,488,919.75, mientras que en 2017 se estimaron en RD$11,109,973,950.00.

Uno de los factores que contribuyen a esta tendencia es la creciente popularidad de la cirugía estética en República Dominicana. 

El país  se ha destacado como un destino líder en procedimientos estéticos en la región, en parte por el factor costo, señalado antes. 

Además de la cirugía estética, se ha observado un incremento en otras áreas médicas, como cirugías ortopédicas y tratamientos de pérdida de peso, cardiovasculares y robóticos.

No obstante, este crecimiento también ha llevado consigo ciertos desafíos y preocupaciones en cuanto a la seguridad y la calidad de los procedimientos médicos. Se han reportado casos de complicaciones y riesgos asociados con el uso de sustancias no autorizadas y la realización de procedimientos por personas no debidamente calificadas.

Intrusismo e inyecciones

La trágica pérdida de vidas ha sido una realidad en algunos casos, lo que ha suscitado denuncias de mala práctica médica y procedimientos realizados en condiciones no adecuadas. Además, se ha destacado la presencia de pacientes extranjeros y dominicanos residentes en el extranjero que optan por someterse a cirugías estéticas en República Dominicana.

Frente a estas preocupaciones, algunos individuos han buscado la justicia a través de acciones legales. Un caso particular involucra a una madre que presentó demandas legales tras la muerte de su hija debido a un procedimiento quirúrgico. Sin embargo,  ha enfrentado obstáculos en la obtención de justicia debido a la falta de cooperación y la percepción de represalias.

Este panorama no solo resalta los desafíos presentes en la industria de la salud y bienestar en República Dominicana, sino también la importancia de abordar estos problemas para garantizar la seguridad y la calidad de la atención médica ofrecida en el país.

El presidente de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud (ADTS), Alejandro Cambiaso, sostiene que el sector sigue creciendo y estima que, el año pasado, los ingresos por turismo de salud pudieron rondar los 15,000 millones de pesos. No obstante, prefiere esperar a que se presente en noviembre próximo el segundo diagnóstico que realizan para tener datos más concretos.

Del primer estudio se desprende que, la mayor demanda de servicios médicos y asistencia de Turismo de Salud en el país se basa, principalmente, en: tratamientos odontológicos, cirugía plástica y servicios ambulatorios.

La liposucción, aumento de senos, cirugía de párpados, rinoplastia y abdominoplastia encabezan la lista de los cinco procesos más realizados.

Desde el extranjero

“Diría que como un 70 % de las cirugías es para personas que viven en el exterior. La gran mayoría la hacen personas que son dominicanas que viven en el exterior, hacen sus ahorros y vienen, y hay una fracción menor de extranjeros”, dice López Collado.

Entre las no residentes en suelo dominicano se cuentan también varios de los casos fatales a los que la prensa ha dado espacio. De los 34 registros de muertes que contabilizó este medio, 17 corresponden a personas que llegaron del extranjero. 

El más reciente es el de la puertorriqueña Jacqueline Román González, de 42 años, que falleció tras salir de una cirugía estética realizada en una clínica dominicana.

Medios internacionales indicaron que la mujer fue sometida a una lipopapada, cirugías de pecho, glúteos y abdomen, procedimientos por los que habría pagado unos US$$20,000.

“No recomendamos hacer tres procedimientos mayores al mismo tiempo”, comenta el doctor Severo Mercedes, titular de la Residencia Nacional de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (Renacip), del Hospital Salvador B. Gautier.

“En la República Dominicana, un problema alarmante es que cada día hay más pacientes con lesiones irreversibles provocadas por el uso de sustancias que no son metabolizadas por el cuerpo”.

Mercedes habla de lo que los especialistas llaman alogenosis iatrogénica, enfermedad que deriva de la aplicación de los llamados biopolímeros con fines estéticos y cuyo uso, en gran medida, lo atribuye al intrusismo en el área de la cirugía plástica.

“Eso está por lo que hoy llamamos la ´nalgomanía´, mujeres que quieren la nalga grande, aunque le inyecten, no importa lo que le inyecten, y es muy, muy frecuente que nosotros recibamos pacientes con esos problemas”. 

Mercedes habla de los casos que ve desde el Hospital Salvador B. Gautier, y se apoya en un estudio que hizo en 2015, cuando publicó un artículo científico al respecto, que indicaba que el 7 % de las personas que se someten a cirugía plástica padece de alogenosis iatrogénica, que en ocasiones es causa también de muertes.

Entre las denuncias de familiares de las víctimas que se han publicado en los medios de prensa hay casos variados. Una mujer a la que le habían realizado 25 perforaciones, otra a la que le perforaron un pulmón, una a la que sometieron a seis procedimientos al mismo tiempo. 

En el caso de Julia Arias, la hija de Dulce Almonte, el informe de la autopsia, fechada el 3 de enero de 2019, indicó que la mujer sufrió un embolismo de tejido graso post-procedimiento quirúrgico, “con atelectasia pulmonar, edema pulmonar e insuficiencia respiratoria como mecanismo terminal”.

“Algo muy importante es que, se habla de la cirugía, de lo que se hizo (la mujer), pero del dolor familiar no se habla, de los hijos huérfanos que sufren por su madre… Yo puedo decir que me quitaron a mi hija, pero se la quitaron a su niña, que tenía siete añitos y lleva cinco años viviendo sin su mamá”, dice Almonte.

Desistió

Por la muerte de Julia, interpuso una querella penal, desestimada bajo el alegato de que no había causa evidente de culpabilidad de muerte por negligencia directa. Optó luego por la vía civil y la sala ordenó al Colegio Médico Dominicano presentar una terna de profesionales para hacer un peritaje sobre el estado de salud de Julia antes y durante el procedimiento quirúrgico.

Dulce dejó el tema así y desistió de los tribunales. Ha preferido concentrarse en el cuidado de su nieta, la que, tras años de sufrimiento mutuo y silencio, empieza a abrirse y a comentar las gratas experiencias compartidas con ese ser amado común que, expresa, ambas extrañan demasiado.

¿Cuánto cuesta una cirugía plástica?

Mujeres que se han sometido a cirugías en el país y que fueron consultadas por Diario Libre pagaron entre 5,000 y 10,000 dólares por sus intervenciones que, en su mayoría, implicó varios procesos.

Una pagó US$5,500 dólares por una abdominoplastía, una lipo 360 (que implica reducción de grasas en área del abdomen y las partes baja y superior de la espalda) y una cirugía de levantamiento de glúteos conocida como BBL (Brazilian Butt Lift).  Otra pagó  US$5,000 por una abdominoplastía y una tercera dijo que se realizó una abdominoplastía y lipotransferencia en glúteos que le costaron US$10,000. Una cuarta mujer pagó RD$100,000 (alrededor de 2,000 dólares) por una abdominoplastia, aunque aclaró que, en su caso, se lo realizó en un hospital público del país.

En Estados Unidos, país que lidera la cantidad de procedimientos estéticos realizados a nivel mundial,  el costo de solo la abdominoplastia es de unos US$5,500, el de una liposucción es de US$4,230 y el levantamiento de senos de US$4,860, según los precios que se facilitan a través del portal es.bookimed.com

En México, que también se encuentra entre los países de la región en que más cirugías estéticas se realizan, los precios para las mismas intervenciones son de US$3,268; US$1,368 y US$3,200. 

Los precios en Colombia, de acuerdo a una página especializada en salud en ese país, fluctúan entre los US$4,900 por una cirugía de aumento de senos; US$5,396 por una abdominoplastia y 2,450 por una liposucción.

En Venezuela, varios médicos que publican sus precios en línea cobran en promedio 3,500 por una abdominoplastia, 2,500 por una liposucción y el aumento de mamas entre US$2,000 y US$3,800. 

Para el año 2021 en el mundo se realizaron 12,840,688 intervenciones estéticas a manos de cirujanos plásticos, según la Encuesta Internacional sobre procedimientos estéticos y cosméticos que realiza la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética.

La liposucción, aumento de senos, cirugía de párpados, rinoplastia y abdominoplastia encabezan la lista de los cinco procesos más realizados.

La encuesta destaca que Estados Unidos es el país con la mayoría de procedimientos, con 7,347,900 trámites al 2021, entre los quirúrgicos y no quirúrgicos.

Le sigue Brasil con 2,723,640; Japón con 1,745,621; México con 1,270,605 y Alemania con 1,082,892, para completar el top de los primeros cinco.  La encuesta se basa en datos suministrados por las sociedades de cirujanos de cada país y deja fuera aquellos cuya información no alcance el número de respuestas requeridas.

Periodista y docente universitaria, con un máster en Comunicación Corporativa. Es redactora senior en Diario Libre. Acumula experiencia en el periodismo de investigación, de datos y como reportera, laborando en periódicos dominicanos y colaborando con medios internacionales. Es miembro de la comunidad periodística Connectas Hub.

    Licenciada en Comunicación Social, egresada de la UASD y periodista en Diario Libre.