Mujer que sobrevivió explosión en San Cristóbal: “Fue el mismo Dios que me sacó”

Rosa María Morillo narró cómo un lunes de aparente calma se transformó para ella y para su hija

La vivienda de Rosa María Morillo en San Cristóbal. (Diario Libre/Francisco Arias)

Para Rosa María Morillo, el lunes 14 de agosto transcurría en aparente calma. No realizó sus labores acostumbradas de limpieza en casas de familia y se dedicó a varias diligencias. La última fue acudir a una tienda de plásticos de San Cristóbal, en compañía de su hija. Dicha visita culminó con una explosión que dejó quemaduras en gran parte de su cuerpo y la muerte de más de 30 personas. 

Desde su vivienda en el barrio La Piscina, la mujer de 29 años, madre de tres niños, narró a Diario Libre que tras inscribir a uno de sus hijos en un curso e ir a la escuela para intentar conseguir útiles escolares, se dispuso a caminar con Ruth Esther (Carla), de seis años, por la calle Padre Ayala para comprar unos plásticos para el techo de zinc de su vivienda. 

“Yo estaba en la orillita (de la tienda), iba a dar unos pasos para entrar a pagar cuando doblé el plástico, que lo sacudí, ahí fue que pasó. Yo nada más dije Carla, ven”, detalla la mujer, quien salió disparada de donde se encontraba tras la explosión. 

“El plástico que tenía se me prendió encima, yo traté de defenderla (a la niña), ella se quemó menos que yo”, relata la mujer. “Yo estaba prendida, revolcándome, porque yo solté a la niña. No me podía apagar y me estaba muriendo” detalló. 

Morillo, quien dijo que era cristiana años atrás, señaló que mientras era afectada por las llamas recordó la única petición que le ha hecho a Dios. “Yo siempre le dije a Dios: Señor, si algún día voy a morir y no estoy en la iglesia lo único que te pido es que me de tiempo a decir que me inscribas en el libro de la vida y perdones mis pecados, eso me llegó a la mente mientras dejaba de respirar”, narró.  

“Sentí algo que me cogió y me sacudió y el fuego se apagó. Cuando veo a Carla, ella está parada mirándome y me mandé con ella”, continuó la mujer.

Rosa María explicó que con sus heridas caminó por la avenida Constitución pidiendo ayuda hasta que un motorista la llevó a ella y a la infante a un centro de salud. 

Indicó que en el trayecto al hospital preguntaba a su hija si estaba herida, mientras la menor decía que no. La niña se encuentra estable en el Hospital Robert Reid Cabral. 

“Dios me sacó de ahí”

Consultada sobre si tenía idea de la magnitud del siniestro, Morillo responde que no, dijo que aún no ha visto noticias o imágenes de cómo quedó la zona afectada, mientras a su lado vecinas le dicen que las autoridades continúan recogiendo escombros. 

“Yo no sé cómo fue que salí, eso fue el mismo Dios que me sacó”, reflexiona la mujer, quien manifestó que este lunes deberá volver a un centro de salud para revisar sus quemaduras.  

Las secuelas 

Tras el incidente, Morillo explicó que en ocasiones se levanta con temor. “Yo digo me estoy quemando, todavía no lo asimilo. Si eso era yo que estaba en una orilla qué será de la pobre gente que estaba dentro, eso es duro”, indicó. 

La mujer manifestó que puede comer bien, aunque no de todo y que hasta el momento ha recibido alguna ayuda económica y de medicinas. 

Ante las hipótesis de que el siniestro fue causado por un tanque de gas, a juicio de Morillo la explosión tuvo otra causa. “Para mí que el fuego empezó por debajo de la tierra, porque cuando explotó, hubiera sido un tanque se viera la llama, nada más se escuchó (el estruendo), es como si tiraras una granada y ya”, sostuvo. 

Egresada de la UASD de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo. Ha participado como colaboradora en programas radiales y como periodista en El Nuevo Diario y Diario Libre.