Familias en Guerra claman ayuda para reparar sus casas
Se refugiaron en una escuela y salieron para no afectar el inicio del año escolar
Las lluvias dejadas por el huracán Fiona no ha afectado a las familias que viven en las riberas de los ríos Ozama e Isabela ni de las cañadas del Gran Santo Domingo y de los 48 refugiados que había en la demarcación, 36 ya se fueron a sus casas.
La gente se mantiene en sus hogares, en sus actividades cotidianas en ambos lados de los ríos, mientras que las cañadas tampoco se han desbordado como para representar peligro. En esta parte del país las lluvias no han sido tan intensas como en el Este y el Nordeste.
Clemente Aquino, director provincial de la Defensa Civil para el Gran Santo Domingo y encargado de refugio, informó que 12 familias del barrio Los Tres Brazos se mantienen en una iglesia evangélica a donde se refugiaron durante el huracán Fiona.
Indicó que hasta ayer tenían dos albergues, pero no descartó que se habiliten otros si continúan las lluvias y se incrementen los caudales de los ríos y de cañadas.
“Podemos decir que Fiona fue más suave que lo que esperábamos, gracias a Dios nos protege y no fue de mucha magnitud. En San Luis hubo muchos árboles caídos como en otros lugares de la provincia, pero gracias a Dios resolvimos con el equipo que tenemos”.
En la localidad La Curva de Valerio, en el municipio de Guerra, 36 familias se refugiaron desde el domingo en la escuela Pedro María Ballester, pero voluntariamente desalojaron el plantel este martes para no afectar el año escolar que oficialmente inicia hoy.
Sin embargo, la gente retornó a sus hogares, pero con la expectativa de que, si continúan las lluvias, volverán al refugio. Aquí las personas hablan con amargura por las condiciones en que viven.
La mayoría de las casas se inundan y otras están a punto de colapsar debido a que la madera está podrida. Juana Arias Castro, dijo que tiene confianza en que las autoridades les ayudarán a “arreglar el rancho” que ya no sirve.
Juana Santana manifestó que son muchas las necesidades en La Curva de Valerio que ahora con la situación generada por Fiona se han manifestado con mayor intensidad.
Santana tiene cinco hijos y está pasando por una situación difícil, su casa casi se le cae encima porque el agua penetra a su interior con facilidad y, encima de ese problema, no trabaja. Es una sobreviviente de cáncer de seno y se ve obligada a comprar medicamentos muy caros sin tener recursos para poder mantearse viva.
Afirmó que la única persona que se ha condolido de la comunidad es Luisito Pie que en ocasiones ha ido a llevar ayuda.
Brenda Germán llamó a las autoridades a que se conduelan de las familias que viven en la Curva de Valerio. “Vienen gobierno tras gobierno y nunca nos han dado una mano y siempre hemos dicho presente cuando hay elecciones, esta ha sido una de las comunidades más olvidadas por todos los gobiernos”, dijo. Mientras que Dalila Germán manifestó que ellos solo son útiles y necesarios para las elecciones cuando los políticos van a la comunidad a ofrecer para que voten por ellos. La situación de Estela Ricardo es otra manifestación de abandono, lleva años por levantar su casa de bloque y no ha pasado de la zapata. Su vieja casa está doblada por la madera podrida y cuando llueve tiene que poner sábanas en los agujeros.
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