Un negocio de 30 años y otro construido en pandemia, entre comercios afectados por Fiona en Samaná

Agricultores dicen que “no quedó nada” tras el fenómeno

Un negocio afectado por el huracán Fiona. (Diario Libre/ Kevin Rivas)

Carlos Alberto García recuerda cómo empezó hace 30 años con una pequeña guagua su negocio de comida en Samaná. Su trabajo le permitió crecer hasta tener su propio local, el cual desde este martes se encuentra cerrado luego de que los vientos del huracán Fiona arrastraran el zinc del techo.

Al lado de su esposa y su hijo, que comparte con el negocio tres décadas de vida, el comerciante narra que se enteró de lo ocurrido con su negocio, ubicado en las inmediaciones del malecón de Samaná, tras la llamada de vecinos.

Su casa, ubicada en el sector Honduras, compartió la misma suerte que su negocio, lo que obligó a la familia a refugiarse en la vivienda de un familiar cercano.

El martes dejó de recibir entre 3,000 y 5,000 pesos, la cantidad de dinero aproximada que genera su comercio. “Si hubiera dinero nosotros comenzaríamos en 8 o 10 días. Tendremos que coger un préstamo”, dice García al ser preguntado sobre el tiempo estimado en que podrían comenzar nuevamente a trabajar. “Tenemos pérdidas de medio millón de pesos”

Jaime y su hija administran un restaurante en la referida zona, el cual terminó a pesar de tener que enfrentar la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el paso de Fiona por Samaná dejó a esta familia sin producir ingresos.

“Nosotros en el restaurant tenemos pérdidas de medio millón de pesos. El techo (del negocio) era nuevo, con aluzinc y tornillos y (el viento) se lo llevó, imagínate esas casitas de la gente pobre”, sostuvo el comerciante a reporteros de Diario Libre durante un recorrido por la zona.

Sin embargo, Jaime dice que diariamente las pérdidas son mayores puesto que también se dedica a movilizar turistas en embarcaciones desde otros puntos del país.

“Diario pierdo más, porque el turismo está parado, no hay muelles”, señala.

“Como este huracán no había pasado otro (…) cuando duras 15 días sin trabajar, viniendo de una pandemia, te agarra esto (el huracán) más las pérdidas que tienes… es complicado”, reflexiona el comerciante.

Entre agua y árboles

Fátima se encontraba junto a otros empleados en un establecimiento de expendio de bebidas alcohólicas, sacando el agua del mar y restos de árboles que llegaron hasta el interior del lugar, una situación que, a su juicio, es de fortuna, teniendo en cuenta lo ocurrido con el negocio de al lado, el de García y su familia.

Sin embargo, señala que el establecimiento no laborará hasta el próximo lunes, tras una resolución de las autoridades que reduce hasta las 6:00 de la tarde el horario para el expendio de bebidas alcohólicas en siete de las provincias más afectadas.

Un árbol que se cayó por los vientos del huracán Fiona. Por (Kevin Rivas)
Así estaba una playa en Samaná por los vientos del huracán Fiona. Por (Kevin Rivas)

Uno de los empleados comenta que, en su vivienda, en el sector La Bastida, al igual que en el establecimiento, el agua penetró. “Los zincs de las casas se levantaban y las matas se caían arriba de la casa. Yo tuve que recoger mi alambre de luz y ponerlo hoy”, narró.

Agricultores: aquí no quedó nada

En la tarde del martes, los ministros José Paliza y Jesús Vásquez fueron recibidos por agricultores de la localidad Juana Vicenta en momentos que calificaron como “clemencia”, tras el paso del fenómeno.

En el acto, productores de ñame expresaron que el fenómeno afectó alrededor de 3,000 tareas. Los efectos de Fiona perjudicaron la producción de chinola y plátanos, según explicó ante los funcionarios Francisco Payano, en representación de los productores de ñame.

“Aquí no quedó nada”, sostuvo Payano, quien pidió la asistencia del presidente Luis Abinader. “Los agricultores estamos en mucha necesidad”, concluyó.

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) informó la noche del martes que un total de 2,168 viviendas fueron afectadas por el huracán Fiona, de las cuales 613 fueron destruidas y el resto de las casas quedaron con daños parciales.

Egresada de la UASD de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo. Ha participado como colaboradora en programas radiales y como periodista en El Nuevo Diario y Diario Libre.