Cabo Rojo podrá recibir más de 400,000 turistas al año

Según el “Estudio de Capacidad de Carga Turística Cabo Rojo-Pedernales”, se necesitarán alrededor de 8,000 empleos, más de 4,000 de ellos obreros y operarios

La primera fase del proyecto turístico propuesto para la zona de Cabo Rojo podrá recibir anualmente a 443,908 huéspedes, una media diaria de 1,216 turistas por día, mientras se requerirá la creación de 8,325 empleos para materializarlo, de acuerdo con las proyecciones del estudio de capacidad de carga turística ordenado por el Fideicomiso Pro-Pedernales y que fuera realizado por la empresa Russa García y Asociados, del cual Diario Libre obtuvo copia.

Según el documento y como ha adelantado el Gobierno, la primera fase del proyecto turístico de Cabo Rojo comprenderá ocho hoteles (4,700 habitaciones) y cuatro ecohoteles -1,100 habitaciones- para un total de 5,800 habitaciones. 

Las proyecciones de capacidad se determinaron a través de un parámetro de medición estándar de 2.5 huéspedes promedio por habitación por noche. 

El escrito establece tres criterios de carga turística. El primero es la capacidad de carga física (CCF), que promedia 1,702 huéspedes por noche y 621,180 al año. El segundo es la capacidad de carga real (CCR), que propone la cifra de 1,216 huéspedes por noche y 443,908 al año. El tercero es la capacidad de carga de manejo (CCM), que proyecta los 1,216 turistas por noche y 443,908 al año.

La capacidad de carga turística es un estudio que permite medir el impacto físico, social y ambiental del flujo de personas en una zona determinada para actividad turística. En concreto, es el máximo númerto de personas que un espacio puede soportar antes de que se impacten los recursos ambientales.

La CCF establece la cantidad de personas que pueden visitar esa área sin considerar sus daños. La CCR calcula el total de huéspedes que pueden llegar a ese proyecto turístico con un potencial daño a los recursos naturales. Mientras, la CCM fija el límite de personas que pueden ocupar el espacio de desarrollo sin dañarlo, por lo cual es el recomendado.

A esos 443,908 huéspedes anuales y 1,216 diarios habrá que sumarle 884 del proyecto vacacional-residencial Islas del Cabo, 1,238 residentes del Pueblo Rojo, 154 personas vinculadas a los proyectos comerciales de la zona, 251 de un complejo institucional que se construirá y 329 de las áreas de servicios. En total, por la zona del proyecto Cabo Rojo-Pedernales pasarían 4,072 personas al día y 1,486,280 al año, entre viajeros y personal flotante, esto sin contar los empleados directos e indirectos del proyecto.

Muchos empleos nuevos

Los datos del estudio señalan que la fase 1 del proyecto ya en ejecución requerirá de 8,325 empleos directos para concretizarlo, mientras se crearán unos 24,975 empleos indirectos, según las estimaciones.

De los empleos directos, el 32 por ciento (2,664) serán operarios de equipos y el 25 por ciento son obreros en diversos niveles (2,081). La obra requerirá igualmente de un 25 por ciento de técnicos medios (2,081), un 10 por ciento de gerencia de primera línea (833), un cinco por ciento de gerencia media (416) y tres por ciento de alta gerencia (250).

Se estima que la totalidad del proyecto de desarrollo de Cabo Rojo-Pedernales cree en sus cuatro fases un total de 18,295 empleos directos y 54,885 indirectos.

¿Plan de alfabetización?

El estudio hace hincapié en la necesidad de capacitar el personal que trabajará en la zona turística, a la luz de que “el Plan de Desarrollo Turi´stico de Cabo Rojo-Pedernales requiere de una mano de obra te´cnica especializada, lo que contrasta con una condición del contexto, pues el analfabetismo en la zona de Pedernales (área de influencia del proyecto), para edades entre 15 y 24 años está entre el 30-40 por ciento, un aspecto muy importante a considerar, ya que para garantizar que la población local se beneficie es preciso desarrollar un plan acelerado de alfabetización, que ponga a esta población en condiciones de ser técnicamente preparada, para que posteriormente se pueda incorporar al proyecto”.

Alfabetizar en Pedernales “puede resultar una oportunidad para los jóvenes de la zona, para que accedan a fuentes de empleo seguro y calificado”, expresa la publicación, que sostiene que “para las fases 1, 2, 3 y 4, el 82 por ciento de los cargos solicitados corresponden a personal de un nivel entre técnicos y obreros, alrededor de 6,800 trabajadores sólo en la fase I, en el área de operaciones y con diversos niveles de responsabilidad”. 

Agrega que debe prepararse la población en áreas como “atención al cliente, recepción, ama de llaves y camareras de habitaciones, mantenimiento en general (eléctrico, plomería, piscinas, jardinería, etc.), alimentos y bebidas (cocina básica, cocina de primera, bartender, repostería, panadería, camarero de restaurante, manipulación de alimentos, etc.), administración y contabilidad (manejo de inventarios, control de costos, manejo de recursos humanos, informática básica), idiomas (inglés, francés), guianza turística, ventas y mercadeo, educación y gestión ambiental e interpretación de la naturaleza”.

¿Y la vivienda?

Toda esa gente necesitará dónde vivir porque a pesar de que la población de Pedernales ha crecido de manera sostenida, lo cierto es que exite un déficit de mano de obra y, por encima de todo, un déficit habitacional, el cual actualmente ronda el 82 por ciento.

“No hay un mercado inmobiliario suficiente de compra-venta de viviendas, lo que dificulta las posibilidades de accesos habitacionales para personas que puedan llegar, por efecto de las obras del proyecto. La oferta actual ya es precaria, incluso para los habitantes de las áreas de influencia”, dice el documento.

“Se estima que por cada empleado dentro del proyecto, vienen a residir en la zona un promedio de cuatro miembros de la familia, y que también alguno de ellos podría ser parte de los trabajadores requeridos. Sin embargo, para efectos de cálculo se debe estimar que en empleos directos para la fase 1 se necesitarán 8,325 trabajadores, de los cuales 2,500 podrían ser del propio Pedernales y de los pueblos cercanos, 4,325 serían de otras ciudades más lejanas y tendrían que vivir en Pedernales, pero el resto de los cargos, que suman 1,500 empleos, corresponden a la alta y media gerencia, quienes se supone vivirán en las unidades habitacionales construidas dentro de Cabo Rojo”, agrega.

La carga ambiental

El estudio matiza la sensibilidad ambiental del área y llama a que las construcciones sean desarrolladas según los lineamientos para zonas inundables y de humedales, desde la fase de diseño.

“La pérdida y la fragmentación de hábitats son una de las causas que ocasionan la merma de la biodiversidad, por lo que es necesario contribuir a la creación de corredores ecológicos, que realicen una conectividad entre las áreas sensibles, que permitan garantizar la conservación de la biodiversidad que se encuentra en el sitio de estudio, con el objetivo de favorecer al mantenimiento de las características ecológicas de los diferentes ambientes, enfocado en las especies endémicas y nativas”, establece el estudio.

Otro de los temas críticos es el manejo del agua y los desperdicios sólidos, aspectos que los grupos ambientalistas han señalado como críticos para evitar un impacto negativo en la zona de desarrollo.

“Se realizarán los cálculos necesarios para permitir que los instrumentos de gestión, acorde con el manejo integrado y de sostenibilidad de los recursos hídricos, sean establecidos para garantizar la calidad, cantidad y régimen del flujo de agua requerido para mantener los componentes, funciones, procesos y la resiliencia de los ecosistemas de humedales, esto con la finalidad de conservar el caudal ecológico de los mismos”, indica el documento, el cual proyecta una producción diaria de 46.22 toneladas de basura al día.

Según los cálculos de los expertos, en la primera fase del proyecto de Cabo Rojo, la mayor producción se basura será generada por los desperdicios orgánicos y los restos de comida, por lo que se promueve una alta apuesta al reciclaje.

De hecho, el estimado del estudio sostiene que el 88 por ciento de los desechos que se generen podrían ser reciclables, por lo que se insta a “planificar las áreas relativas a los centros de acopio”y a la “posible reutilización y la comercialización” de ese material.

Periodista puertorriqueño y subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue director asociado.