Un problema más que grave
Comienzan las conversaciones sobre un plan a 30 años y una inversión de US$8,500 millones
Los problemas que enfrenta República Dominicana con respecto al agua se concretan en una lista muy sencilla: escasez, contaminación, mala administración, falta de ordenamiento ecológico, impacto del cambio climático en el ciclo hidrológico y escasa inversión en investigación y desarrollo tecnológico. Es un diagnóstico del Gabinete del Agua, expresado en su propuesta “Compromiso para un pacto por el agua. 2021-2026”.
En este contexto, la creación desde Presidencia de un Gabinete del Agua parece una buena iniciativa y los equipos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo han entregado el primer documento para “arreglar las cosas”, en palabras del ministro Ceara Hatton.
Es un proyecto pensado a largo plazo, que llevaría una inversión de 8,500 millones de dólares hasta 2036. La cifra asusta, pero si entiende que es un recurso vital para la supervivencia, cuya escasez llega a desatar guerras en otras latitudes y que el país ha sido capaz de invertir en Educación más de 20,000 millones de dólares en los últimos años, no parece irrealizable.
18 instituciones
En el sector del agua, como ocurre (¿ocurría?) en el del transporte, la multiplicación de instituciones con algo que opinar sobre el tema hace imposible una gestión coordinada y una estrategia definida. Desde la deforestación en las altas cuencas, al agua potable servida en casa, todo debe tener una conexión
Son 18, con el Ministerio de Salud Pública y el Inapa como principales responsables del diseño y aplicación de políticas en el sector de Agua Potable y Saneamiento (APS). El Inapa en concreto atiende a 24 de las 31 provincias del país, en las que vive el 40% de los habitantes.
Rigen diferentes aspectos del manejo del agua el Ministerio de Medio Ambiente, la Junta de Regantes, la Caasd, Asocar, Coramoca, Coraasan etc...
Se impone, piensan en el Gabinete del Agua, una reingeniería de todos estos organismos para dejar claro quién manda sobre qué aspecto del ciclo.
En las tuberías
Los datos que proporciona el Ministerio de Economía son bastante desalentadores. Solo el 26 % de los hogares dominicanos recibe agua por 24 horas. El 84% de los hogares tiene inodoros, pero apenas el 20% está conectado al sistema de alcantarillado. Esto resulta en que el 95% de las aguas residuales se descargan sin tratamiento.
Y como sucede con la luz (el otro gran problema de la vida diaria y de la competitividad nacional), la mala condición de las redes de distribución ocasiona pérdidas graves: hasta el 48% del agua potable que se sirve se pierde, de acuerdo con la presentación “Brecha y riesgo hídrico en el territorio nacional” que hizo el ingeniero Gilberto Reynoso, que dirige el Gabinete.
En la agricultura
El 82% del agua utilizada en agricultura se desperdicia por los ineficientes sistemas de riego. Es importante entender que dos tercios del agua que se utiliza en todo el país es un recurso económico, (agricultura, industria, turismo). Es decir, es un insumo para la producción económica al que se destina el 60% del agua disponible. De esos dos tercios, el 90% va dirigido a riego y la pecuaria, y el otro 10% para la industria y el turismo. Las necesidades de agua de este sector crecerán significativamente en los próximos años.
¿Qué nos espera?
La semana pasada, la noticia más comentada del foro donde se presentó este Plan fue la contaminación en la playa de Boca Chica. El mapa presentado mostraba el recorrido de las aguas residuales, que sin pasar por plantas de tratamiento, caen al Caribe. Las corrientes las llevan a estancarse en la playa más famosa de la capital.
La falta de plantas de tratamiento es un problema mayúsculo para un país que aspira a que su desarrollo turístico siga siendo el motor de la economía, además de que afecta la salud de los ciudadanos. El crecimiento demográfico, el desarrollo habitacional seguirán presionando.
Además, el problema de la salinización y contaminación de las aguas subterráneas no parece tener una solución fácil. La deforestación y el daño de las extracciones de materiales de los ríos tampoco son ninguna noticia nueva.
Las presas
La capacidad de almacenamiento de las presas dominicanas es baja. Un dato técnico que apuntan los especialistas es que esta capacidad es proporcional al grado de desarrollo hidráulico de un país. El 40% es un nivel alto, señala el informe del Plan. República Dominicana tiene un 9%, nivel bajo. La falta de mantenimiento adecuado, la sedimentación que reciben debido a la deforestación y la alta tasa de evaporación hacen que nuestras presas necesiten una buena revisión para incorporarse con todo su potencial a los objetivos de este proyecto.
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