Si queremos playas... ¡salvemos al pez loro! La sobrepesca, la gran amenaza

Los peces hervíboros pastorean los corales y producen la arena que forma nuestras playas. (Marvin del Cid)

SANTO DOMINGO. ¿Caribe? Playas paradisíacas de fina arena blanca en contraste con un hermoso azul turquesa. Lo damos por descontado. Han estado ahí por siglos y estarán otro tanto. ¿O no?

Depende de cómo las tratemos. No son solo el reclamo publicitario que mueve el motor del turismo y es el paisaje que admiramos. La arena de nuestras playas es uno de los muchos componentes del ecosistema marítimo que nos rodea.

Y en este complejo entramado de vida que es una costa, uno de los protagonistas principales es el pez loro, conocido también como pez cotorra.

Esta especie posee dientes fusionados entre sí, que forman una especie de placa continua parecido al pico de un loro o cotorra. La usan para raer rocas, corales y extraer microalgas, que son la fuente principal de su alimento garantizando la viabilidad del ecosistema arrecifal. Esta es parte de la explicación con que el Ministerio de Medio Ambiente argumentaba la prohibición de su pesca que existe actualmente.

Es muy sencillo. Sin pez loro y sin pez doctor, sin esta labor de pastoreo y cuidado de los arrecifes que hacen estas especies, no tendríamos hermosas playas de arena fina.

Un ejemplar de pez loro puede llegar a producir 220 libras de arena al año. Son peces hervíboros indispensables para la salud de los corales, ya que estos pueden resultar asfixiados por las algas. Por esto es tan importante mantener un balance en el crecimiento algal y esto se puede lograr por medio de los peces loro, de acuerdo a un documento de la FAO.

Campaña

Desde hace unos años, primero por iniciativa de conservacionistas y organizaciones como Reef Check y después con normativas emitidas por el Ministerio de Medio Ambiente y el apoyo de empresas, en este caso CCN a través de sus marcas (antes Casa Cuesta, ahora Jumbo), se trata de salvar al pez loro.

Su principal enemigo es la pesca indiscriminada. Además de las normativas legales y las sanciones aplicadas a quienes las incumplen, hay una manera de protegerlo. Si no lo consumimos, no será negocio pescarlo. Esa es la campaña que el Ministerio y Jumbo desplegarán por las playas de todo el país esta Semana Santa. Sin rodeos: no comas pez loro. Las playas hablan.

No es la única especie en veda por estos motivos. El Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales Francisco Domínguez Brito, anunció en junio de 2017 la prohibición a nivel nacional de todas las especies de tiburón y raya por tiempo indefinido. La del pez loro y pez doctor, por dos años y la del erizo negro por 5 años.

Esta Semana Santa, cuando acuda a su destino, verá el mensaje. Las playas hablan, “si quieres caminar por esta arena, no comas pez loro”.

La gran amenaza para el pez loro es la sobrepesca. Es un pescado muy demandado y alcanza altos precios, por lo que los pescadores lo buscan, sobrepasando la captura que permita un equilibrio de la especie, además de que en ocasiones lo hacen con métodos prohibidos.

De acuerdo a un trabajo publicado por Diario Libre, firmado por Mariela Mejía y Marvin del Cid (puede verse en la edición web) entre 2001-2016 se reportó de forma oficial una captura de 1,400,098.42 kilogramos de pez loro en el país, a un precio ponderado de RD$142 el kilogramo como precio primario y un ingreso general de RD$198,813,975.64.

Los kilos representan el 0.62 % de la pesca contabilizada de forma regular en ese periodo, que fue de 225,176,456.07 kilogramos.

220

Un pez loro puede llegar a producir 220 libras de arena al año.