?Los buitres invaden la ciudad capital
?Con frecuencia cometemos la injusticia de atribuir a los animales conductas que son exclusivamente humanas. A un taller sobre juegos ilegales se le dio el nombre de “El Guaraguao”, y en el programa del evento aparecía un dibujo de esta ave. No acabo de entender la relación entre juegos de azar ilegales y aves rapaces. No sé de ningún Guaraguao (Buteo jamaicensis) que haya sido sorprendido con dinero en efectivo y una lista numerada del uno al cien. Con los buitres la injusticia es aún mayor. En una ocasión tuve que salir en su defensa cuando en un seminario sobre “Los Intelectuales y el Poder”, uno de los participantes dijo que los congresistas se comportaban como buitres. Afirmación doblemente injusta porque hay congresistas muy honestos, y los buitres son muy gregarios y no traicionan a sus congéneres.
El Aura o Maura (Cathartes aura) único buitre reportado en la isla, es un regulador ecológico, pues como se alimenta de animales muertos, elimina grandes cantidades de cadáveres que podrían afectar nuestra salud. Su nombre científico Cathartes tiene la misma raíz que catarsis (purificación), por la labor de limpieza que realizan. Los buitres sólo constituyen un problema cuando se desatan epidemias en el ganado, pues pueden ser vectores que lleven la enfermedad de un potrero a otro.
Buitre Pavo (Turkey Vulture) le llaman en inglés por su cabeza roja y el color oscuro de sus plumas. Se especula que es un colonizador natural de nuestra isla a donde llegó desde Cuba a principios del siglo XX, ya que no aparece en ninguno de los reportes ornitológicos hechos antes de esa fecha. En Suramérica le llaman gallinazo y es un personaje frecuente en la literatura hispanoamericana. En la novela “La Casa Verde” de Mario Vargas Llosa, uno de los barrios de la ciudad de Piura, donde ocurre parte de la historia, se llama gallinacera. Aparecen también como actores secundarios en muchos cuentos de García Márquez.
Los buitres americanos tienen muy buen olfato, lo que les permite localizar la carne podrida. En Estados Unidos los han usado para detectar escapes de gas en los gasoductos: si se ve a una bandada de buitres en una zona en la que hay tuberías y no hay cadáveres, es que hay un escape, ya que los buitres confunden el olor del gas con el de la carne podrida.
Cuando publiqué mi primer artículo en Diario Libre en agosto del 2004, precisamente sobre esta especie, su población en RD estaba confinada al este y al noreste del país. En la actualidad ocupan un rango mucho más amplio. En los últimos años se observan bandadas de estos buitres planeando sobre la ciudad de Santo Domingo. La primera bandada la observé hace un par de años sobrevolando el campus de Unibe.
Hoy en día se pueden ver bandadas de buitres en diferentes barrios de la Ciudad Capital: en Gazcue, en Piantini, en Naco, en Mata Hambre y en la Ciudad Colonial. Con frecuencia planean sobre el campus de la UASD.
¿Cuáles podrían ser las causas de esta “invasión”? Son muchas y podrían interactuar entre ellas. Es posible que las poblaciones hayan crecido y este incremento, que conlleva escasez de alimento, las forzara a ampliar su rango de distribución. También es posible que por el exceso de basureros, ahora las áreas urbanas se hayan convertido en apetecibles comederos para los buitres. A menudo estas aves se observan posadas en las azoteas desiertas de nuestros edificios más altos. No me extrañaría que se decidieran a anidar en algunas de ellas. Agradecería a los lectores de esta columna cualquier información adicional sobre estas extraordinarias criaturas.
guerrero.simon@gmail.com
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