Estudio revela merma en fauna de bosques tropicales por calentamiento global
MADRID. El calentamiento global está diezmando las poblaciones de artrópodos de bosques tropicales como el de la sierra de Luquillo en Puerto Rico y dañando, en consecuencia, la cadena alimenticia de esos ecosistemas, lo que implica riesgos para la supervivencia de muchas especies, según un estudio divulgado ayer.
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y realizada por el Instituto Politécnico Rensselaer de Troy (Nueva York), se basa en datos recopilados entre 1976 y 2013 en tres hábitats protegidos del área tropical de Luquillo, situada en el noreste de Puerto Rico.
Al igual que en otros lugares tropicales del planeta, en esa zona la temperatura promedio ha aumentado dos o más grados centígrados desde mediados de la década de 1970.
Tras analizar los datos recopilados con trampas pegajosas para cazar artrópodos, los autores del estudio descubrieron que las tasas de captura eran hasta un 60 % menores en 2013 frente a las de 1976.
Además, hallaron disminuciones simultáneas en la biomasa de lagartos, ranas y aves insectívoras.
“Las poblaciones de insectos en el bosque de Luquillo están cayendo estrepitosamente y, cuando eso sucede, los animales que comen esos insectos no tienen suficientes alimentos, lo que deriva en descensos en la reproducción y la supervivencia”, explicó Brad Lister, autor principal del estudio.
“Nuestros resultados sugieren que los efectos del calentamiento del clima en los bosques tropicales pueden ser incluso mayores de lo previsto”, advirtió Lister, miembro del Departamento de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico de Rensselaer.
Los animales de sangre fría que viven en climas tropicales son particularmente vulnerables al calentamiento global, ya que están adaptados a temperaturas relativamente estables durante todo el año.
Y los bosques tropicales albergan a dos tercios de todas las especies de la Tierra, por lo que los hallazgos de esta investigación tienen importantes implicaciones para los esfuerzos de conservación dirigidos a mitigar los efectos del cambio climático.
La semana pasada, el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC) alertó en un informe de que limitar la subida global de temperaturas a 1,5 grados centígrados va a requerir “cambios sin precedentes”.
De acuerdo con ese informe, al ritmo actual de emisiones ese aumento de la temperatura se alcanzará entre 2030 y 2052.
El Acuerdo climático de París alcanzado en 2015 persigue que la temperatura del planeta no haya aumentado más de 2 grados al final de siglo con respecto a los niveles preindustriales y, a ser posible, que se adopten las medidas necesarias para que no se superen los 1,5 grados de incremento.