Esfuerzo de conservación del gavilán de La Hispaniola da buen resultado en Punta Cana

Peregrine Fund y la Fundación Ecológica Puntacana unieron esfuerzos para salvar esta especie en peligro crítico de extinción

Gavilán del La Hispaniola en Punta Cana. (Foto: Marvin del Cid)

PUNTA CANA. Ave de presa llevada casi a su extinción por la reducción de su hábitat y la ignorancia de la gente. Cazada por miedos infundados o por simple diversión, sumado a la amenaza constante de la larva de la mosca Philornis, responsable de la mayor mortalidad de pichones.

Esa es la suerte que ha corrido el Gavilán de la Hispaniola (Buteo ridgwayi), la especie endémica más amenazada de la República Dominicana. Se calcula que existen alrededor de 300 aves en estado silvestre aisladas en el Parque Nacional de Los Haitises.

La organización internacional The Peregrine Fund tiene en el país, desde el año 2000, un programa para el rescate y preservación de la especie. A esta lucha se han unido la Fundación Ecológica Puntacana, el Zoológico Dominicano (ZOODOM) y la Fundación Propagas.

Peregrine Fund y La Fundación Ecológica Puntacana se asociaron en un intento de aumentar la población de estos halcones través de la dispersión asistida, junto con un programa de educación ambiental global.

Desde 2009 en Punta Cana se ha trabajado para reintroducir al gavilán en la Reserva Ecológica Ojos Indígenas. El objetivo final es crear una población silvestre autosostenible en la región de Punta Cana.

Cada reintroducción comienza con biólogos de The Peregrine Fund monitoreando nidos de gavilán en el Parque Nacional Los Haitises. Pichones de gavilán son tomados de nidos cuidadosamente seleccionados y transportados a Punta Cana, donde se colocan en una caja denominada de “hacking” dentro de la reserva.

Cada gavilán está equipado con un transmisor de radio y una banda de metal numerada para que puedan ser monitoreados mediante telemetría de radio e identificados a través de un telescopio o binoculares. Durante varios meses los biólogos y voluntarios monitorean los halcones y les traen comida diaria. Pronto, los gavilanes comienzan a tomar vuelos de prueba y familiarizarse con su nuevo entorno. Con el tiempo, empiezan a cazar por su cuenta y abandonarán el área de la hacking para buscar nuevos territorios cercanos.

El proceso de liberación lleva cerca de tres meses desde el momento en que las aves se colocan en la caja hasta cuando se convierten en independientes y puede mantenerse en estado silvestre.

El año pasado Diario Libre dio seguimiento a dos gavilanes rescatados en Bayaguana y que fueron reintroducidos exitosamente en Punta Cana.

2015: excelente año para la especie en Punta Cana

El año pasado se liberaron un total de 30 nuevos individuos en la región, con lo que se elevó el total a 78 desde 2009, cuando se inició el proceso. Todos ellos lograron su independencia, lo que quiere decir que ya no dependen de alimentación asistida. Todos cazan por su cuenta. Se confirmaron 4 fallecimientos y uno de los nuevos gavilanes fue trasladado al ZOODOM, luego de sufrir una lesión por colisión mientras cazaba. El zoológico se encargará de esta ave y será integrada a su programa educativo.

Actualmente se monitorean 50 de los más de 70 gavilanes en Punta Cana.

La larva de la mosca Pholornis en constante amenaza

El biólogo argentino Martín Quiroga fue llevado a Punta Cana el año pasado para estudiar la mosca y sus parásitos, a fin de poder controlarlos y con esto asegurar la supervivencia del gavilán.

El género Philornis es un grupo de moscas cuyas larvas son parásitas exclusivas de aves y que pueden causar daños muy severos que afectan el desarrollo y supervivencia de los pichones. Si bien afecta una gran variedad de aves en todo el continente americano, en la República Dominicana está afectando severamente al gavilán. Los efectos sobre esta especie son muy negativos, y la mayoría de los pichones morirían de no recibir la asistencia.

Los trabajos sobre Philornis en el laboratorio de la Fundación Ecológica Puntacana están centrados en dos aspectos principales: lograr reproducir el ciclo de vida en cautiverio (que posibilitará desarrollar métodos de control a largo plazo como la liberación de machos estériles o disrupción de la reproducción con feromonas, etc.) y en el estudio de compuestos naturales que puedan actuar como repelentes de estas moscas y evitar así el parasitismo de los gavilanes (método de control intermedio hasta encontrar soluciones a largo plazo).

Mosca Philornis en el laboratorio de Fundación Ecológica Puntacana. Por (Foto: Marvin del Cid)
Pichón de gavilán de La Hispaniola mientras se le retira una larva de Philornis, en el Parque Nacional Los Haitises. Por (Foto: Marvin del Cid)

El tendido eléctrico

A diferencia de Los Haitises, en Punta Cana hay muchas líneas de tendido eléctrico que representan un peligro constante para las aves, es por esto que se ha encontrado una solución en la zona para evitar que los gavilanes y otras especies mueran electrocutadas.

Para esto se han colocado protectores plásticos en los postes de tendido eléctrico que evitan que las aves mueran al momento de posarse cerca de las líneas.

Jake Kheel, director ambiental de la Fundación Ecológica Puntacana, explica el gran esfuerzo que ha significado adquirir y colocar los protectores en la zona donde se distribuyen los gavilanes.

Para lograr este propósito han contado con el apoyo logístico y económico del Grupo Puntacana, The Walt Disney Foundation, EDM International, Inc, Power Line Sentry, Avian Power Line Interaction Committee (APLIC) y The Peregrine Fund.

Luego de la implementación de los protectores el riesgo de que un gavilán muera electrocutado se ha reducido drásticamente.

Un gavilán vuela cerca de los protectores del tendido eléctrico colocados en Punta Cana. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un gavilán se posa si peligro a electrocutarse. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un trabajador coloca uno de los protectores en uno de los postes de tendido eléctrico. Por (Foto: Marvin del Cid)
Thomas Hayes de The Peregrine Fund con uno de los protectores especiales para las líneas eléctricas. Por (Foto: Marvin del Cid)

Los resultados

Thomas Hayes, biólogo y director de The Peregrine Fund en República Dominicana, reporta que en el 2015 se identificaron 6 nuevas parejas de gavilanes, llevando a ocho el total en la zona, la mayor cantidad registrada. Cuatro de estas parejas intentaron anidar y solo una consiguió exitosamente producir el cuarto gavilán nacido naturalmente.

Durante el monitoreo de los nidos, en uno de los fallidos intentos se detectó una hembra infestada de larvas mientras incubaba, por lo que fue necesario asistirla hasta su recuperación y reintroducida de nuevo. Se espera que este año intente de anidar de nuevo.

En la temporada de anidamiento del 2016, que arranca en marzo, se espera que más parejas logren anidar exitosamente en Punta Cana.

Visite nuestra sección especial: Biodiversidad de la República Domincana

Una hembra de gavilán se posa cerca del nido en Punta Cana, donde se encuentra el único pichón de la temporada 2015. Por (Foto: Marvin del Cid)
Uno del los gavilanes rescatados en Bayaguana en 2015 se prepara para volar por primera vez desde la caja de hacking luego de ser rehabilitado. Por (Foto: Marvin del Cid)
Gavilán marcado con el número 44 se posa en la reserva de Punta Cana. Por (Foto: Marvin del Cid)
Dos gavilanes se alimentan en una de las plataformas colocadas especialmente, mientras aprenden solas a cazar. Por (Foto: Marvin del Cid)