El cultivo del tabaco impacta en el medio ambiente y perjudica el desarrollo
GINEBRA. El cultivo y transformación del tabaco tiene un enorme impacto en el medio ambiente y contribuye no solo al calentamiento global sino que afecta negativamente al desarrollo de las poblaciones productoras, según un estudio presentado ayer.
El informe, elaborado por el secretariado de la Convención Marco para el Control del Tabaco y el Imperial College of London, hace también una evaluación del consumo y como éste afecta al medio ambiente.
Presentado durante la octava Conferencia de los Estados Parte de la Convención Marco para el Control del Tabaco, que se celebra esta semana en Ginebra, el documento quiere ser una voz de alarma sobre el impacto nefasto del cultivo y consumo del tabaco.
La producción requiere un uso considerable de tierra, un alto consumo de agua, la utilización de pesticidas y mano de obra, “todos recursos finitos que podrían usarse para un mejor uso”, reza el informe.
Concretamente, algunos de los impactos negativos son deforestación (una de las causas del cambio climático), abuso de agua y suelo, y contaminación a causa de los productos químicos usados en el proceso de cultivo.
El procesado de tabaco, por su parte, usa mucha energía producida a menudo con la combustión de madera o carbón, dos procesos contaminantes, nocivos para la salud humana y que contribuyen al calentamiento global.
“El daño al medio ambiente ocurre durante todo el ciclo de los productos del tabaco a causa de la deforestación, la contaminación del agua a causa del uso de pesticidas y la causada por las colillas”, cita en un comunicado Vera Luiza da Costa e Silva, jefa de la secretaría de la Convención.
Según el estudio, el cultivo de 32,4 millones de toneladas de tabaco usado para producir 6,48 millones de toneladas de tabaco seco que se introduce en los seis billones de cigarrillos fabricados contribuyen a 84 millones de toneladas de CO2 “aproximadamente un 0,2% de las emisiones que contribuyen al calentamiento global”.
Además, la producción de tabaco usa más de 22.000 toneladas de agua, recurso que podría usarse para otros cultivos o usos más provechosos.
En este sentido, el informe destaca el excesivo impacto medioambiental del tabaco si se compara con otros cultivos.
Por ejemplo en Zimbabue una hectárea de tierra podría producir 19 veces más patatas que la tonelada de tabaco que produce.
Pero además, las consecuencias de la producción las padecen de forma predominantes países en desarrollo, dado que el 90 % de la producción de tabaco se concentra en países pobres.
De los diez principales productores, nueve son países en desarrollo y cuatro -India, Malawi, Pakistán y Zimbabue- son naciones con déficit de comida.
Sin embargo, la gran mayoría de los beneficios acaban en países ricos.
El estudio también ahonda en el impacto individual de ser un fumador cotidiano.
Una persona que fuma 20 cigarros por día durante 50 años es responsable del desperdicio de 1,4 millones de litros de agua.
El informe ofrece varias recomendaciones, incluyendo que se añada al precio final de venta el costo de producción del tabaco.