Vientos y lluvias por María provocan daños en el Este, Nordeste y el Cibao

Una de las viviendas destruidas en la comunidad de Boba, Nagua, provincia María Trinidad Sánchez. (Bayoan Freites)

LA ALTAGRACIA. Unas 1,694 personas albergadas en 26 refugios oficiales, más de 100 viviendas sin techo y varias comunidades sin electricidad por la caída de postes del tendido eléctrico y vuelos cancelados en horas de la mañana de ayer es el saldo preliminar del paso del huracán María por esta zona.

La situación más crítica se registró en Higüey, Verón y Bávaro, cuyas principales vías de acceso se vieron obstruidas por la caída de árboles y los ríos Duey y Quisimaní inundaron decenas de viviendas en más mas de 20 localidades ubicadas en sus riveras.

En Barriadas como La Florida, Villa Cerro y Los Platanitos en Higüey fue necesario albergar a más de 100 personas en un polideportivo y un centro comunal. Otras comunidades como son El Macao, La Ceyba, y Haití Chiquito también están entre las más afectadas.

El gobernador de La Altagracia, Ramón Güilamo Alfonso, dijo que luego del paso ayer de María por esa demarcación, el elemento más preocupante son las inundaciones por la continuación de las precipitaciones dejadas por el fenómeno.

Las lluvias y fuertes ráfagas de viento asociadas al huracán María se iniciaron desde las primeras horas de la noche del miércoles en toda la zona de La Altagracia y continuaban anoche.

Daños en la Playa

Más de 60 negocios ubicados en la playa El Cortecito de esta localidad resultaron parcial o totalmente destruidos por los vientos y el fuerte oleaje provocado por el paso del huracán María.

Los efectos del fenómeno, que comenzaron en la noche del miércoles, provocaron la caída de decenas de árboles en el lugar turístico, muchos de los cuales cayeron sobre locales.

Según Ariel Carreras, presidente de la Asociación de Dueños de Negocios de la zona, las pérdidas son millonarias.

Samaná y Nagua

Organismos de emergencia confirmaron que 1,280 damnificados pernoctaron en los 47 albergues existentes en Samaná, mientras que el número de desplazados a casas de familiares fue de 600.

Decenas de árboles fueron derribados en las calles y carreteras fruto de las constantes brisas y abundantes lluvias que trajo el huracán María a esta península turística.

El desborde de una cañada que desemboca en el puerto de Santa Bárbara, provocó la inundación total de esa zona. La intervención de los organismos de ayudas del Gobierno desarrollaron una efectiva labor, al establecer las zonas de desastres y llevarles alimentos a los refugios.

En Las Terrenas fueron reportados 560 refugiados.

En Nagua, la zona más crítica fue La Islita, un barrio extremadamente vulnerable enclavado a orillas del río Nagua, y muy próximo a la desembocadura de dicho afluente en el océano Atlántico. En el lugar, los organismos de socorro tuvieron una ardua labor de retiro de las más de 80 familias que allí viven.

Boba es una comunidad a orillas del Atlántico, cercana a la desembocadura del río que lleva su nombre. Este poblado ha sido muy golpeado por las inclemencias de la presente temporada ciclónica, sin embargo sus vecinos aseguraron que los efectos de Irma superaron los de María.

Decenas de casas fueron inundadas por las olas del mar en la comunidad Río Mar de este municipio.

El comité de emergencia de esta provincia habilitó 76 centros de refugios con capacidad para unas 3,400 personas. Sólo en el distrito municipal San José de Matanzas, había más de 300 refugiados.

Puerto Plata

“Yo todo el tiempo me tiro a la candela por las personas de mi comunidad”, expresaba con orgullo Elizabeth Bron, de 65 años, minutos después de haber socorrido a varios niños de la comunidad Villa Islabón en el municipio Sabaneta de Yásica, donde el río homónimo arropó más de una veintena de viviendas producto de los efectos del huracán María que se dejó sentir con mayor intensidad al caer la tarde de ayer.

Vecinos, miembros de la Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos y la Fuerza Aérea intervinieron en esta localidad de Puerto Plata de donde fueron rescatados niños, ancianos y mujeres adultas de alrededor de una docena de familias en medio de la ferocidad de los vientos de 185 kilómetros por hora y el avance de las aguas de los ríos Yásica y Catalina.

Más de 3,500 personas fueron desplazadas en toda la provincia, siendo además de Sabaneta de Yásica, los municipios Altamira, Imbert y Luperón entre los más afectados.

En Altamira hubo deslizamientos de tierra, así como desbordamiento de algunos arroyos y cañadas.

A pesar de estar constituido por varios sectores vulnerables como Playa Oeste, Aguas Negras, San Marcos, Barrio Haití y otros, el municipio cabecera de Puerto Plata no presentó mayores daños ante el paso de María por la costa atlántica.

Como parte de las medidas de prevención, el Aeropuerto Internacional Gregorio Luperón permaneció cerrado durante todo el día y sólo personal de seguridad permanecía en la terminal aérea.

Las mayoría de los establecimientos comerciales de la provincia no abrieron sus puertas, incluso en los polos turísticos de Sosúa y Cabarete, donde los restaurantes cercanos a la costa rellenaron sacos de arena para evitar que la marea penetrara hasta sus locales.