Los residentes en Villas Agrícolas obligados a cambiar estilo de vida

Colocan verjas, se encierran temprano y piden más patrullaje

Las casas del sector están enrejadas por temor a delincuentes.
Santo Domingo. La delincuencia y la violencia que azotan a Villas Agrícolas, han obligado a sus residentes a cambiar su ritmo de vida y tomar medidas en contra de estos flagelos que han provocado hasta pérdidas en el comercio.

Los comerciantes del barrio, que es señalado como el más violento de la Capital, han decidido cerrar sus puertas a las diez de la noche y en algunos casos, hay farmacias que cierran a las ocho de la noche por el temor de ser asaltadas.

Los estudiantes universitarios se han visto en la necesidad de tomar materias antes de las diez de la noche y la mayoría de los residentes no salen a las calles después de ocho de la noche, salvo que sean casos de extrema urgencia.

Este sector está señalado como el más violento del Distrito Nacional, según el último estudio realizado por el Observatorio Ciudadano del Distrito Nacional, que arrojó 44 homicidios el año pasado.

En ese sentido, el comerciante Negro Soto sostiene que bandas de presuntos delincuentes llegan a Villas Agrícolas y cometen asaltos a colmados, farmacias y personas, y agregó que esta situación se ha vuelto común y ya la gente se ha acostumbrado a ella.

Este propietario de colmado alega que hace cinco años cerraba a la media noche, pero que la delincuencia lo ha obligado a cerrar a las diez.

"Estoy perdiendo dinero, aquí hay temor a los delincuentes y los comerciantes tienen que cerrar temprano por temor a ser asaltados", dijo.

Aquí la mayoría de las casas están enrejadas y sus puertas cerradas a plena luz del día, debido al temor a ser asaltados.

Sonia Alvarado llegó recientemente de los Estados Unidos y una vez en su casa se presentaron cuatro hombres, encañonaron a todos los presentes y la despojaron de tres maletas, un bolso de mano y once mil dólares.

Un dato importante es que los moradores del referido barrio hacen un llamado al Jefe de la Policía Nacional para que refuerce el patrullaje policial y todos coinciden en que el patrullaje es nulo.

"Estamos a merced de los delincuentes, las bandas de otros sectores vienen y nos atracan", dijo Belkis del Rosario, una estudiante de Derecho.

"Nos vimos precisados a poner seguridad era cada dos meses que nos asaltaban. La última vez nos llevaron 60 mil pesos y la Policía viene, hace un allante, se va y no vuelve más", aseveró Maritza Castro, propietaria de una farmacia que ha sido asaltada en cinco ocasiones.

Villas Agrícolas está enmarcada dentro del plan Barrio Seguro, pero sus habitantes dicen que esto nunca ha funcionado y que desde el principio sólo se vio en las páginas de los periódicos.

La calle 30 de Villas Agrícolas es señalada por sus propios residentes como una de las más peligrosas y donde más actos delictivos se cometen, especialmente durante el fin de semana.

"Necesitamos que la Policía lleve a cabo batidas en contra de los delincuentes, estamos cansados y pedimos que nos ayuden a vivir en paz", dijo el comerciante Fausto Morel.

Las rejas en las casas

Una de las medidas que han tomado los residentes de Villas Agrícolas es colocar rejas de hierro en las casas, alarmas en algunos comercios y guardianes. Se encierran a las ocho de a noche y los comercios cierran a las 10: 00 p.m. y en algunos casos a las once. Los atracos suceden hasta de día y la gente entiende que son bandas que llegan de otros sectores. Uno de los mayores males que tiene esta zona, son los puntos de droga que proliferan en el sector y en las principales esquinas sin que nadie le ponga fin a la situación que coge fuerza una vez llega la noche y convierte al barrio en lo que se llama "tierra de nadie". Se quejan del poco patrullaje policial a todas horas.