Las palomas mensajeras: son un mito y realidad

Fue utilizada en la antigüedad para distintos fines

La paloma mensajera ha llevado mensajes para anunciar guerras.
SANTO DOMINGO. Un periódico hispano dio la curiosa noticia de que un preso recibía mensajes de los miembros de su banda valiéndose de una paloma mensajera. Insinuaba la nota de prensa que los reclusos recibían drogas por la misma vía. ¿Es esto posible? Sí, es posible enviar mensajes y drogas usando a las palomas como "mulas". Pero para un preso es casi imposible, a menos que las autoridades carcelarias sean cómplices.

Esto refleja las falsas creencias que existen sobre estos antiquísimos correos alados. Cuando pregunto a mis estudiantes si saben cómo funciona el servicio de palomas mensajeras. La respuesta más frecuente es que son palomas entrenadas para llevar mensajes a diferentes direcciones. Si es así, los increpo: ¿cómo saben ellas a qué lugar deben ir en cada ocasión? ¿Acaso el entrenador les susurra en el oído: "Jacinto de la Concha # 34, segundo piso" y las echa a volar? Además, ¿Cómo identifican ellas al receptor de la carta? Cantinflas propuso cruzar palomas con cotorras para obtener un híbrido que diera los mensajes de viva voz.

Como sucede siempre, la explicación científica no es fascinante. Por eso los científicos nunca son populares. La paloma mensajera es una variedad de la paloma doméstica (Columba livia), seleccionada por el hombre durante siglos sobre la base de dos caracteres: sentido de orientación y capacidad de vuelo. La clave principal radica en que las palomas son aves sedentarias que tienden a volver a su palomar. Es este rasgo conductual que el hombre ha aprovechado para usarlas como correos. De modo que ellas no llevan mensajes, sino que simplemente regresan a su casa. Otra cosa, sólo pueden llevar mensajes a un único sitio: donde está su palomar. En el caso del prisionero, tendría que existir un palomar en la prisión, a cuyas palomas tendrían acceso los cómplices del pillo. Estos se llevarían algunas de estas palomas, las cuales liberarían con el mensaje o la droga adherida a su cuerpo. A veces se trata de un dispositivo atado a una pata; pero cuando se necesita transportar cosas más grandes, se usa una mochilita en el lomo.

Las palomas mensajeras fueron usadas en la antigüedad para fines militares (indicar la posición del enemigo) y para anunciar catástrofes (cataclismos naturales o derrotas bélicas). Cuentan que cuando Napoleón fue derrotado en Waterloo, mucha gente se hizo rica en Inglaterra. Si Napoleón ganaba, lo aconsejable era vender; pero si perdía, el precio de las acciones subiría y lo sensato entonces era comprar. Aquellos especuladores que tenían emisarios con palomas en el continente, se enteraron antes que nadie del triunfo de Wellington y compraron a precio vil. Para una paloma mensajera que puede volar mil kilómetros en una etapa, cruzar el Canal de la Mancha es apenas un paseo.

Aunque la tecnología moderna ha reducido el uso de estas aves, aún son imprescindibles en un sistema de defensa, ya que resultan invisibles a cualquier sistema electrónico de rastreo.

En Francia, aunque existe una asociación de columbófilos civiles, las palomas mensajeras siguen siendo propiedad del ejército. Un hospital francés usa estas aves para transportar muestras de sangre de un hospital a un laboratorio. Liberan una paloma cuyo palomar está en el laboratorio con la sangre, la cual recorre los 30 km que la separan del laboratorio más rápido que cualquier otro medio de transporte, pues vuela en línea recta, sin semáforos, tapones ni policías. Los columbófilos franceses con orgullo recuerdan a una paloma que hizo un viaje memorable de Saigón al norte de Francia (11 mil km) en unos siete días.

guerrero.simon@gmail.com