La tragedia aérea, un peligroso e impredecible giro en el conflicto ucraniano
"La tragedia del Boeing es el resultado de la escalada del conflicto armado en Ucrania"
MOSCÚ. El supuesto derribo de un avión malasio que se estrelló ayer con casi 300 pasajeros en el este de Ucrania ha abierto una etapa de gran incertidumbre en el conflicto que vive ese país y agravará sin duda las ya deterioradas relaciones entre Rusia y Occidente.
La caída de un avión comercial internacional que sobrevolaba el cielo de Donetsk, una de las regiones rebeldes enfrentadas al Gobierno prooccidental de Kiev, bien podría ser un episodio ideado por un guionista imaginativo si no fuera por las graves implicaciones políticas que se intuyen.
Desde los primeros momentos tras conocerse que el Boeing 777 de la compañía Malaysian Airlines se había estrellado en el conflictivo este de Ucrania, el Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos se acusaron mutuamente de haber derribado el aparato.
Poco después, los servicios de inteligencia de EEUU aseguraron que fue alcanzado por un misil, y hoy la embajadora de ese país en la ONU, Samantha Power, dijo que "el avión (...) fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania".
En la misma línea, una fuente de la OTAN dijo hoy que "se ha visto que Rusia sigue permitiendo el cruce a través de sus fronteras hacia Ucrania de mercenarios y de armamento pesado".
Moscú ha denunciado desde el comienzo de la crisis política en Ucrania, que llevó al derrocamiento del régimen prorruso de Víktor Yanukóvich, la injerencia occidental en el proceso.