La seguridad en la cárceles cuestionada por presencia de armas de fuego

Un interno mató a otro de varios disparos en La Victoria

José Alberto Mena Batista alias Gatillo Alegre, de 35 años de edad fue acribillado por otro reo en la cárcel de La Victoria. Fuente externa

SANTO DOMINGO. La muerte de cinco reclusos y  dos agentes penitenciarios en las cárceles de Najayo y La Victoria, el viernes pasado cuestiona la seguridad de los recintos carcelarios a donde penetran con facilidad armas, drogas, alcohol. 

Hasta el momento no se ha explicado cómo dos reos, pistolas en manos, tomaron como rehenes a igual número de agentes de seguridad en un infructuoso intento de fuga desde la cárcel de Najayo, mientras cuatro sujetos aguardaban fuera del recinto a bordo de un vehículo para ayudarles en la huída.

A la salida del centro de reclusión  hubo un intercambio  de disparos contra los agentes que culminó con un saldo de cuatro muertos y 13 heridos, entre ellos un policía que murió ayer.

De forma casi simultánea, en el recinto de La Victoria un hombre identificado como Luis Alfredo De Aza Núñez, condenado a pena máxima por homicidio,  mató de varios disparos en la cabeza y el tórax, a un exteniente de la Policía Nacional que también guardaba prisión por hechos que aún se desconocen.

Mientras se hallaba en su celda, José Alberto Mena Batista alias "Gatillo Alegre", de 35 años de edad fue acribillado por el reo -quien  declaró que llevaba cinco días con el arma dentro de la cárcel- sin que ninguna autoridad de percatase de lo que allí iba a ocurrir.

La muerte se produjo porque alegadamente "Gatillo Alegre" había matado a cuatro compañeros del reo y a un hermano suyo. Sin embargo, otras versiones dan cuenta de que se trató de una muerte por encargo.

Una fuente de la Procuraduría General de la República indicó a Diario Libre que "aún se investigan las circunstancias en las que entraron las armas" a dichos recintos y que supone una complicidad de los encargados de requisar los ingresos a las cárceles.

La Policía Nacional a través de su vocero, el coronel Jacobo Mateo Moquete, informó que ambos casos se encontraban en manos de la Dirección de Investigaciones Criminales (DICRIM) y que no podían adelantar detalles sobre la maniobra utilizada para lograr  entrar  al recinto una pistola sin ser descubierto.