Israel excarcela 550 palestinos en segunda fase del canje de prisioneros
La mayor parte, 505 (entre ellos cuatro mujeres), regresaron a sus hogares en Cisjordania
Palestina (ANP), ondeando banderas palestinas y entonando cánticos populares para animar el ambiente.
El secretario general de la Oficina del Presidente palestino, Tayeb Abdel Rahim, fue el encargado de recibirlos acompañado de destacadas personalidades de diferentes facciones políticas, incluida Hamás, pues Mahmud Abás se encuentra de visita oficial en Turquía.
Los presos llegaron a la capital administrativa de Cisjordania a bordo de doce autobuses, en medio de los gritos de júbilo de sus vecinos.
En la franja de Gaza los liberados lo hicieron en un único autobús, al que se acercaron familiares y curiosos, aunque no hubo ningún acto oficial de recepción, en parte porque no se esperaba a ningún miembro del gobernante Hamás y por la hora tardía de su llegada.
"Nuestro pueblo se contentará con la liberación de cualquier prisionero, sea de día o a medianoche", afirmaba poco antes en un comunicado el portavoz del brazo armado de Hamás, Abu Obeida, que declaró concluido el canje con Israel.
Esta segunda lista de reclusos fue confeccionada exclusivamente por Israel (como marcaban los términos del intercambio), por lo que no incluye miembros de Hamás o de la Yihad Islámica.
Salvo dos convictos por delitos de sangre, la mayoría estaban sentenciados a penas de cinco años como máximo, con gran parte cerca de cumplir su condena, y 300 pertenecen al movimiento nacionalista Al-Fatah, que encabeza el presidente Abás.
El pasado viernes el Tribunal Supremo eliminó el último escollo para que se pudiera concretar el canje, al desestimar una demanda que solicitaba el aplazamiento de la excarcelación, presentada por una organización derechista y dos familias de víctimas israelíes.
En la primera fase del acuerdo, Israel excarceló a 477 presos palestinos (incluidos responsables directos de atentados que dejaron decenas de muertos) a cambio de Shalit, que había sido capturado cinco años antes por tres milicias palestinas, entre ellas el brazo armado de Hamás.
Tras años de negociaciones infructuosas para lograr su libertad a través de mediadores como Egipto y Alemania, el acuerdo pudo concretarse hace dos meses y supuso uno de los más costosos en número de presos y sus delitos que ha tenido que afrontar el Estado judío a cambio de la liberación de un soldado vivo.
El secretario general de la Oficina del Presidente palestino, Tayeb Abdel Rahim, fue el encargado de recibirlos acompañado de destacadas personalidades de diferentes facciones políticas, incluida Hamás, pues Mahmud Abás se encuentra de visita oficial en Turquía.
Los presos llegaron a la capital administrativa de Cisjordania a bordo de doce autobuses, en medio de los gritos de júbilo de sus vecinos.
En la franja de Gaza los liberados lo hicieron en un único autobús, al que se acercaron familiares y curiosos, aunque no hubo ningún acto oficial de recepción, en parte porque no se esperaba a ningún miembro del gobernante Hamás y por la hora tardía de su llegada.
"Nuestro pueblo se contentará con la liberación de cualquier prisionero, sea de día o a medianoche", afirmaba poco antes en un comunicado el portavoz del brazo armado de Hamás, Abu Obeida, que declaró concluido el canje con Israel.
Esta segunda lista de reclusos fue confeccionada exclusivamente por Israel (como marcaban los términos del intercambio), por lo que no incluye miembros de Hamás o de la Yihad Islámica.
Salvo dos convictos por delitos de sangre, la mayoría estaban sentenciados a penas de cinco años como máximo, con gran parte cerca de cumplir su condena, y 300 pertenecen al movimiento nacionalista Al-Fatah, que encabeza el presidente Abás.
El pasado viernes el Tribunal Supremo eliminó el último escollo para que se pudiera concretar el canje, al desestimar una demanda que solicitaba el aplazamiento de la excarcelación, presentada por una organización derechista y dos familias de víctimas israelíes.
En la primera fase del acuerdo, Israel excarceló a 477 presos palestinos (incluidos responsables directos de atentados que dejaron decenas de muertos) a cambio de Shalit, que había sido capturado cinco años antes por tres milicias palestinas, entre ellas el brazo armado de Hamás.
Tras años de negociaciones infructuosas para lograr su libertad a través de mediadores como Egipto y Alemania, el acuerdo pudo concretarse hace dos meses y supuso uno de los más costosos en número de presos y sus delitos que ha tenido que afrontar el Estado judío a cambio de la liberación de un soldado vivo.
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