Una árabe gana el primer certamen de Miss Trans Israel 2016

Talin Abu Hana, de 21 añosm posa luego de ser anunciada como la ganadora del Miss Trans Israel 2016, el primer concurso de este tipo que se celebró en Tel Aviv. (AP/ Oded Balilty)

TEL AVIV. Una árabe de nacionalidad israelí, Talin Abu Hana, se alzó hoy con el título de Miss Trans Israel 2016, el primer concurso de este tipo que se celebró en Tel Aviv y que sirvió para reivindicar la normalización de este colectivo en el entorno social de este país.

Talin Abu Hana, de 21 años, árabe de familia cristiana de Nazaret, al norte de Israel, obtuvo el citado galardón que le llevará a competir en Miss Trans Star Internacional, un evento anual que se celebrará en Barcelona el próximo mes de septiembre.

Abu Hana se había ganado las simpatías de jurado y público con el desparpajo con el que saltó al escenario y una inspiradora intervención en la que habló de la belleza de todos al margen de sus circunstancias.

Poco antes, entre los bastidores del Teatro Nacional Habima de Tel Aviv, y después sobre el escenario en traje de baño, de noche, de novia o vestidas de manera informal, las once candidatas a Miss Trans Israel 2016 se movían nerviosas pero muy emocionadas por formar parte de un evento que muchas calificaron de “histórico”.

“Es la primera vez que una competición así se hace en Tel Aviv. Y en Israel. Estamos muy, muy orgullosos de que esté pasando aquí, una ciudad que fue elegida la mejor ciudad gay del mundo hace unos años”, cuenta a Efe Mira Marcus, responsable de prensa del evento patrocinado por el Centro de la Comunidad Gay del Ayuntamiento de la ciudad.

“Es muy especial. Cada hombre y mujer de Tel Aviv sienten que pueden ser ellos mismos, que pueden expresarse como quieren y tienen la oportunidad de hacer lo que quieran. Es de lo que va Tel Aviv; de ser libre, de ser tú mismo. Y de lo que va esta competición”, resume.

Prepararse para el desfile les llevó horas: rulos, planchado de pelo, pruebas de maquillaje, uñas perfectas, selección de los vestidos, etc. Ir de un lado para otro, sin separarse de sus teléfonos móviles, mientras un equipo de maquilladores y peluqueros trabajaba con ellas.

Pero en realidad, el camino para llegar al escenario es cuestión de años, de una larga lucha por ser quienes se sienten y no quien la naturaleza había determinado.

Eilin Ben-Zaken, condecorada como Miss Fotogenia, procede de una familia de judíos ultraortodoxos de Jerusalén con la que no tuvo contacto entre los 15 y los 21 años porque no entendían que ella no se identificara con el cuerpo de niño en el que nació.

“Pero después mi madre comprendió y retomamos la relación. Hoy vendrá a verme”, contaba a Efe en su camerino esta joven de 27 años que se dedica a la repostería.

Daniel Laron, de 21 años, es maquilladora profesional. Su familia tampoco estuvo a su lado al principio del proceso de transformación, durante el que dice, sintió “la soledad”.

“Decidí participar en el concurso porque quiero que todos los transexuales de Israel se sientan seguros y que el resto sepa que somos buenas personas”, relata a Efe.

Cuenta que cuando tenía catorce, quince años “fue maltratada por gente primitiva” y su objetivo es que las próximas generaciones de transexuales “no sufran lo que yo sufrí”.

“Espero que haya más aceptación de cómo somos, que la sociedad israelí vea que los transexuales también somos talentosos, buenos. Cada chica en esta competición es hermosa y especial a su manera”, pero es realista y explica que la israelí es una sociedad pequeña, tradicional, con retos por delante para aprender a aceptarles.

Carolin Jury sabe lo que esto significa. La segunda árabe con nacionalidad israelí del concurso no cuenta con el apoyo de su familia, musulmana y conservadora, con la que perdió relación hace años.

“Somos de diferentes colores, de maneras diferentes, pero solo quiero que todo el mundo nos acepte”, reclama Jury.

Un certamen único en Oriente Medio, en el que todas, a su manera, han debido sortear barreras y hoy se consideran ganadoras contra la intolerancia y la estrechez de miras.