Un año de la guerra que cambió la partida geopolítica en el Cáucaso Sur
Bernardo Suárez Indart
Moscú, 27 sep (EFE).- Hace hoy un año estalló la última guerra entre azerbaiyanos y armenios por el control Nagorno Karabaj, contienda en la que venció Azerbaiyán y que cambió la partida geopolítica que disputa en el Cáucaso Sur con Turquía y Rusia como actores claves.
'Azerbaiyán modificó totalmente la situación a su favor, al crear una nueva realidad: es vencedor tanto en política interior como el ámbito regional', dijo a Efe el director del Instituto del Cáucaso con sede en Ereván, Alexandr Iskanderián, al resumir los 44 días que duró la guerra que se cobró miles de muertos.
CAMBIO RADICAL EN LA CORRELACIÓN DE FUERZAS
Según el experto, el 'segundo vencedor fue Turquía, que desde hace tiempo tiene presencia en Azerbaiyán y Georgia en el plano económico, pero que ahora se ha instalado en el Cáucaso Sur en el ámbito de la seguridad estratégica'.
Rusia, que actuó de mediador para alcanzar el acuerdo de alto el fuego en noviembre y desplegó tropas de paz en la región, 'tiene que tomar en cuenta el fortalecimiento del papel de Turquía', agregó.
Y es que la victoria militar de Azerbaiyán, que en el curso de la guerra de 44 día recuperó parte de Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes ocupados por los armenios durante casi 30 años, cambió radicalmente la correlación de fuerzas en la región.
'Si antes el Cáucaso Sur se consideraba una zona de influencia principalmente de Rusia, en que el último decenio dominó sin contrapeso, ahora ha surgido otro gran actor: Turquía', dijo a Efe el politólogo azerbaiyano Shahin Hadyiev.
En la actualidad, agregó, el tándem azerbaiyano-turco, es un factor que tienen que tener en cuenta Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea e Irán, un país también con ambiciones regionales.
LAS TROPAS RUSAS, GARANTES DE LA PAZ
La presencia de las fuerzas rusas en la zona del Karabaj que se mantuvo bajo control armenio, así como en el corredor de cinco kilómetros de ancho que la une al territorio de Armenia, es considerada crucial para mantener la paz en la región.
'Es difícil pronosticar si las fuerzas de paz rusas seguirán en la región. La situación es muy dinámica. Pero, globalmente, Rusia nunca llega para marcharse al cabo de cinco años', dijo Iskanderián, en alusión al plazo de permanencia de las tropas de Moscú en el Karabaj contemplado en el acuerdo de alto el fuego.
Coincide con esa visión el director de la revista Rusia en la Política Global, Fiódor Lukiánov, para quien la reanudación de acciones militares en el Karabaj es 'extremadamente improbable' mientras allí permanezcan tropas rusas.
ARMENIA, CADA VEZ MÁS ATADA DE RUSIA
Un año después del inicio de la guerra, el problema de Nagorno Karabaj no se ha resuelto de manera definitiva, tampoco el intercambio de prisioneros de guerra.
Pese a los llamamientos internacionales, las partes tampoco han comenzado las negociaciones para delimitar y demarcar la frontera entre Armenia y Azerbaiyán para evitar futuros conflictos.
Azerbaiyán considera que la parte de Karabaj que quedó bajo control armenio le pertenece, por lo que tarde o temprano Bakú pondrá esta reivindicación sobre el tapete.
A su vez Ereván afirma que el estatus de Nagorno Karabaj no se ha resuelto aún e insiste en negociaciones.
'En caso de que Rusia se fuera, Armenia quedaría en una situación de riesgo existencial', advirtió Lukiánov.
A su juicio, Rusia se ha convertido en un 'factor insoslayable' en la política interna armenia.
'Armenia está interesada en que las fuerzas rusas permanezcan en el Karabaj y sean garantes del actual status quo, Rusia en principio también, pero menos que Armenia, y por ello debe interesar de algún modo a Moscú', dijo a Efe el experto ruso.
En su opinión, una mayor profundización de la integración económica entre ambos países podría ser un buen incentivo para el Kremlin, que está interesada en unos lazos económicos más fuertes con Armenia, pues estos 'incorporarán definitivamente a Armenia a la esfera rusa'.
Para Iskanderián, uno de los resultados de la derrota en la guerra ha sido el cisma que se ha producido en la clase política y la sociedad armenia.
'Esto se percibe en tanto en el Ejecutivo como el Parlamento. Parte de la sociedad se ha resignado y parte, no', dijo.
AZERBAIYÁN RECONSTRUYE LOS TERRITORIOS RECUPERADOS
Mientras los armenios aún no han superado la herida de la derrota, Azerbaiyán deja ya su huella en los territorios liberados.
Nada más concluida la guerra, Bakú lanzó un programa de reconstrucción de núcleos urbanos y de infraestructuras, principalmente de transporte.
Para ello incluyó en los presupuestos de este año una partida de 2.200 millones de manates, unos 1.300 millones de dólares.
Se construyó una nueva carretera, la 'Vía de la Victoria', de 100 kilómetros de longitud, para unir las ciudades de Fizulí y Shushá, esta última en Nagorno Karabaj, situada a apenas 11 kilómetros de Stepanarkert, capital de la parte del territorio controlado aún por los armenios.
Además, en solo siete meses fue construido un aeropuerto internacional en Fizulí, y actualmente se construyen otros dos: uno junto Lachín y Kalbajar, y el otro en Zangilán, tres distritos fronterizos con Armenia. EFE
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(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 12763822, 12766816 y otros)
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