Trump sí ofreció militares contra “bad hombres” en México

Trump hizo el comentario durante una conversación telefónica de una hora que tuvo con Peña Nieto el 27 de enero.

El presidente Donald Trump habla durante el National Prayer Breakfast, el jueves 2 de febrero del 2017, en Washington. (AP/Evan Vucci)

WASHINGTON. En una conversación telefónica, el presidente Donald Trump sí le dijo al mandatario mexicano Enrique Peña Nieto que podría mandar militares a enfrentar a los “bad hombres ahí” a menos que el ejército de México haga más para controlarlos, en declaraciones que según la Casa Blanca tuvieron un tono “a la ligera”.

Un funcionario de la Casa Blanca confirmó el jueves que las declaraciones, un extracto de la conversación obtenido por The Associated Press de una conversación de una hora, “eran parte de una discusión sobre cómo Estados Unidos y México podrían colaborar para combatir a los cárteles de la droga y otros elementos delictivos y hacer la frontera más segura”.

El funcionario, quien habló con la condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a dar información al respecto, dijo que “la conversación fue “agradable y constructiva”.

Trump hizo el comentario durante una conversación telefónica de una hora que tuvo con Peña Nieto el 27 de enero.

“Tienen muchos bad hombres ahí”, le dijo Trump a Peña Nieto, de acuerdo con el extracto recibido por la AP. “No están haciendo lo suficiente para detenerlos. Creo que su ejército está asustado. El nuestro no, así que podría enviarlo para que se haga cargo”.

Una persona con acceso a la transcripción oficial de la llamada telefónica solo proporcionó ese extracto a la AP. La persona lo entregó con la condición de mantener el anonimato debido a que el gobierno no hizo públicos los detalles de la llamada.

El extracto de la transcripción no aclara a quién se refería Trump con “bad hombres” (”hombres malos”), ni el tono o el contexto de la declaración. Tampoco contiene la respuesta de Peña Nieto. México negó que Trump hiciera dicha amenaza.

Eduardo Sánchez, portavoz de la oficina de presidencia de México, negó que el tono de la conversación fuera hostil o humillante y dijo que había sido respetuoso.

“Es absolutamente falso que el presidente de los Estados Unidos haya amenazado con mandar tropas a México”, dijo Sánchez el miércoles por la noche en una entrevista con Radio Fórmula.

El gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, dijo a la AP que “las expresiones negativas a las cuales se hace referencia, no sucedieron durante dicha llamada telefónica. Al contrario, el tono fue constructivo”.

La llamada entre ambos mandatarios se realizó con la intención de hacer las paces entre el nuevo presidente y su aliado, quienes tuvieron una serie de diferencias públicas por la insistencia de Trump en que México pague por el muro que Estados Unidos pretende construir en la frontera, algo que el país latinoamericano se niega rotundamente a aceptar.

El portal web Aristegui Noticias, de México, publicó el martes una descripción similar de la llamada telefónica, basada en el reporte de la periodista Dolia Estévez. El reporte dice que Trump humilló a Peña Nieto en una conversación muy ofensiva.

La cancillería de México refutó dicho reporte y dijo que estaba basado “en absolutas falsedades”.

Los estadounidenses podrían reconocer la altisonancia característica de Trump en sus comentarios, pero las declaraciones quizá conlleven mayor peso en México.

El analista político y ex vocero presidencial Rubén Aguilar señaló que Peña Nieto parecía haber conseguido un impulso en su bajo nivel de aprobación luego de que los mexicanos lo cobijaron al desafiar públicamente a Trump en la disputa por el muro fronterizo.

Sin embargo, las declaraciones más recientes de Trump podrían socavarlo si Peña Nieto es percibido como “débil”, señaló.

Trump ya ha utilizado la frase “bad hombres”. Durante un debate entre candidatos presidenciales en octubre, prometió librar a Estados Unidos de “capos narcotraficantes” y de “gente mala”.

“Tenemos algunos ‘bad hombres’ aquí y los vamos a sacar”, dijo. La frase se extendió en las redes sociales y los adversarios de Trump dijeron que estaba denigrando a los inmigrantes.

Los comentarios de Trump son congruentes con la postura intransigente del nuevo gobierno en materia de política exterior en general y con el deseo del presidente de romper viejas normas en todo el mundo.

Antes de su investidura, Trump habló con la presidenta de Taiwán, lo que quebrantó una añeja postura de política exterior de Estados Unidos y molestó a China. Su suspensión temporal al ingreso de refugiados y de viajeros de siete naciones predominantemente musulmanas, mientras se revisan los procedimientos de evaluación para disminuir la amenaza de ataques de extremistas, ha ocasionado consternación en varias partes del planeta.

Pero nada ha creado el mismo nivel de disputa que el muro fronterizo, una parte central de su campaña presidencial. México ha reiterado que no va a pagar la construcción del muro y que se opone a éste. Antes de la llamada telefónica, Peña Nieto canceló una visita que tenía planeada a Estados Unidos.

La disputa con México de la semana pasada surgió en relación al comercio, luego de que la Casa Blanca propuso un impuesto de 20% a las importaciones de productos del crucial aliado estadounidense para financiar el muro después de que Peña Nieto canceló abruptamente su viaje del 31 de enero a Washington.

Estados Unidos y México tienen un intercambio comercial diario a través de la frontera de aproximadamente 1.600 millones de dólares, y cooperan en todo, desde migración hasta lucha contra las drogas e importantes asuntos ambientales.

Trump le encargó a su yerno y asesor de alto rango Jared Kushner —un ejecutivo inmobiliario sin experiencia en política exterior— la tarea de manejar la disputa en curso, según un funcionario del gobierno con conocimiento de la llamada telefónica.

Durante una conferencia de prensa con la primera ministra británica Theresa May la semana pasada, Trump describió su llamada con Peña Nieto como “amigable”.

En un comunicado, la Casa Blanca dijo que los dos líderes admitieron sus “claras y muy públicas diferencias” y acordaron analizar el desacuerdo en inmigración como parte de conversaciones más amplias sobre la relación entre sus naciones.

Por VIVIAN SALAMA, Associated Press

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El periodista de The Associated Press Mark Stevenson en Ciudad de México contribuyó a este despacho.