República Dominicana no mejora en corrupción, según Transparencia Internacional
A pesar de haber subido un punto en relación al año anterior, sigue por debajo de la puntuación del 2015 La clasificación se realiza por puntuación del 1 al 100, a mayor cantidad de puntos, menor corrupción.
El informe publicado hoy por Transparencia Internacional (TI) muestra que República Dominicana se encuentra en el puesto 129 de 180 países en cuanto a corrupción y en lugar 24 de 32 en el continente americano.
La clasificación se realiza por puntuación del 1 al 100, a mayor cantidad de puntos, menor corrupción. En el caso de República Dominicana, para el 2018, el país obtuvo 30 puntos, mientras que en el 2017 fueron 29. No obstante, en el 2016 y 2015, la puntuación fue de 31 y 33 respectivamente. Esto refleja que, a pesar de haber mejorado un punto durante un año, en realidad el país ha retrocedido en materia de corrupción en los últimos cuatro.
Transparencia Internacional urge a los países en el mundo y en especial al continente americano, que en promedio tiene una puntuación de 44 de 100, a adoptar medidas y fortalecer sus leyes e instituciones contra la corrupción. Entre los países de este continente con menor corrupción se encuentra Canadá (81) en primer lugar, Estados Unidos (71) en segundo y Uruguay (70) en tercero. Los países con mayor corrupción son Nicaragua (25), Haití (20) y Venezuela (18).
Sin embargo, alerta diciendo que: “Desde el presidente Trump (EE. UU.) y el presidente Bolsonaro (Brasil) hasta el presidente Jimmy Morales (Guatemala) y el presidente Maduro (Venezuela), la región de las Américas está experimentando un aumento en algunos líderes y estilos de liderazgo que favorecen algunas de las siguientes tácticas:
- Socavamiento de los medios de comunicación libres e independientes, especialmente cuando la cobertura desafía los mensajes de los líderes.
- Silenciamiento y control de la sociedad civil y organizaciones internacionales.
- Aumento en la supresión de los votantes y la privación de derechos.
-Un aumento en el lenguaje anti-inmigrante, anti-LGBT, anti-indígena y racista.
- Aumento en las promesas públicas para enfoques simplistas y de "mano fuerte" para resolver problemas sociales profundos y complejos, incluida la corrupción.
-Interferencia o uso contundente de las instituciones nacionales para debilitar el sistema de controles y equilibrios y aumentar el poder ejecutivo.
-Aumento de los conflictos de intereses e influencia privada”.
La organización dice que ahora más que nunca, ciudadanos y activistas junto a líderes con pensamiento reformador y progresista deben intensificar sus esfuerzos en defender legislaciones anticorrupción, vigilar los discursos políticos que de manera falsa atacan la corrupción, para luego debilitar la democracia e impulsar poderes autoritarios o individuos populistas al poder.
Tambien señala que deben defender la libertad de expresión, los derechos civiles y cualquier intento de control de los medios de comunicación o grupos de la sociedad civil.
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