Pionyang refuerza control sobre sus ciudadanos para que no deserten, según AI
Seúl, 30 ene (EFE).- Corea del Norte parece haber reforzado en el último año la restricción de movimientos de sus habitantes con el objetivo de limitar aún más el número de deserciones, según denunció hoy jueves en Seúl Amnistía Internacional (AI).
El régimen ha seguido 'restringiendo severamente' la movilidad de los ciudadanos en un Estado en el 'que sigue siendo ilegal abandonar el país sin permiso previo', según recuerda el informe de revisión de AI sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte en 2019.
El movimiento está tan constreñido -para viajar dentro del propio país hace falta un salvoconducto previo de las autoridades- que norcoreanos entrevistados por la organización humanitaria aseguran que 'incluso a la hora de mudarse a otra provincia diferente se les ha requerido del pago de sobornos a funcionarios, incluyendo a policías'.
El documento de AI recordó que distintos medios de comunicación con fuentes dentro del país informaron que a principios de 2019 el régimen comenzó a repartir nuevos documentos de identidad con un chip que dificulta la falsificación de los mismos.
Según cuentan norcoreanos a estos medios, el propio reparto de cédulas y el periodo de renovación -cada ocho años- parece constituir un mecanismo adicional para detectar a aquellos que ya no residen en sus domicilios y que a ojos del régimen o bien han desertado o se han desplazado hacia la frontera con China para tratar de hacerlo.
Durante la presentación del informe, el investigador de AI para Asia Oriental Arnold Fang consideró que en 2019 la situación general de los derechos humanos en Corea del Norte continuó siendo 'notablemente mala' y recordó que el año pasado apenas 1.047 norcoreanos lograron llegar a Corea del Sur, el menor número en 18 años.
'Es una continuación de la tendencia a la baja que hemos estado viendo en los últimos años', dijo Fang, que cree que esta dinámica probablemente es resultado de la combinación de los esfuerzos tanto de Corea del Norte como de China por reducir las deserciones.
El informe subraya además que 'mujeres y niñas que abandonan Corea del Norte continúan estando en riesgo de ser objeto de trata para trabajos forzados y explotación sexual, incluyendo matrimonios forzosos con hombres chinos'.
Pekín considera a los desertores norcoreanos que encuentra en su territorio -prácticamente la única vía geográfica que tienen para escapar- como 'migrantes económicos' y los devuelve a su país, donde encaran encarcelamiento y torturas.
No existen datos oficiales sobre el número de norcoreanos residiendo ilegalmente en China, aunque algunas organizaciones han calculado que a principios de la pasada década el número debía rondar los 4.000-5.000. EFE
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