Paquetes bomba desvían la atención de la intensa campaña electoral en EEUU

Agentes del FBI hablan con una empleada de la tienda Auto Zone en Plantation, Florida (Estados Unidos), por el envío de una docena de paquetes bomba a figuras del Partido Demócrata. (EFE/ Cristobal Herrera)

NUEVA YORK. La oleada de paquetes bomba enviados esta semana a personalidades demócratas en Estados Unidos, atribuida a un seguidor del presidente Donald Trump detenido este viernes, irrumpió en la campaña para las elecciones legislativas del 6 de noviembre.

A sólo ocho días para los comicios, la intensa campaña electoral, que cuenta por un lado con los demócratas luchando por recuperar control en el Congreso en estas elecciones y, por el otro, con los republicanos bregando por mantenerlo, se vio esta semana empañada por los paquetes bomba.

Estos son unos comicios clave para el Partido Demócrata, que enfrenta el control de los republicanos en Washington, liderados por el presidente Donald Trump, lo que ha llevado al expresidente Barack Obama a insertarse en la campaña en busca de movilizar el mayor número de voto en las urnas a favor de su partido.

El multimillonario George Soros, conocido donante demócrata y la exsecretaria de estado Hillary Clinton, ambos en Nueva York, así como el expresidente Obama en Washington, todos blanco de fuertes críticas de Trump, recibieron dichos paquetes movilizando un gran contingente de agentes de seguridad nacional y local.

También la congresista Debbie Wasserman en California, el senador Cory Bookler de Nueva Jersey y el exdirector de la CIA John Brennan, fueron destinatarios de estos paquetes bomba, lo que sorprendió al país, les mantuvo en vilo y llenó de temor a muchos ciudadanos.

Políticos de ambas partes criticaron las bombas diciendo que ello no tiene cabida en la democracia.

Pero estas críticas se hacen en un país que vive un clima cargado, creado por los propios políticos y sus constantes señalamientos sobre diversos temas como la inmigración, en particular en estos días en que ha habido una masiva entrada a través de la frontera sur y una caravana de miles de personas en camino, o sobre terrorismo.

Mientras, Trump entre cruce de acusaciones les imputa a sus contrarios y a los medios de comunicación por el turbulento ambiente político. Es en este ambiente que los estadounidenses caminan hacia unos comicios.

Con el envío de los paquetes a demócratas, un total de 13, y el arresto en Florida de uno de sus simpatizantes, César Altieri Sayoc, se desató una nueva controversia, -de las tantas que han habido últimamente en el país-, cuando algunos, como la exsecretaria Clinton o el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) le responsabilizó de motivarlos por su retórica agresiva.

Altieri Sayoc, de 56 años, fue acusado de cinco cargos federales, incluido el de amenazar a expresidentes, y se enfrenta a hasta 48 años de prisión.

Tras su arresto, Trump volvió a arremeter contra la prensa, pese a haber prometido que cambiaría su tono, y les acusó de haber usado este arresto “para apuntarse un tanto político” en contra suya y del Partido Republicano.

El mandatario, que también protagoniza una fuerte campaña a favor de sus candidatos en un intento por mantener el control legislativo, ha reconocido que este asunto ha frenado el voto por adelantado de republicanos.

Trump les hizo un llamado a las urnas, para unas elecciones en que se les va la vida a ambos partidos.

Los estadounidenses están llamados a las urnas el próximo 5 de noviembre para renovar los 435 escaños de la Cámara Baja y un tercio del centenar de senadores, así como más de una treintena de gobernaciones y numerosas legislaturas estatales.