Obama espera destacar “valores en común” con el papa durante su visita a EE.UU.

Vista de las banderas del Vaticano y la estadounidense que ondean en Washington, Estados Unidos por la preparación de la visita del papa Francisco, quien llega hoy de visita a suelo estadounidense. ( EFE/Michael Reynolds)

WASHINGTON. El presidente estadounidense, Barack Obama, confía en que su reunión con el papa Francisco sirva para destacar los “valores en común” de ambos y tenga un “impacto duradero”, dentro de una visita a EE.UU. que el pontífice comienza hoy y que lo llevará a la Casa Blanca, el Congreso y la ONU.

La Casa Blanca destacó ayer la sintonía entre Obama y el papa, quien llegará este martes a Washington procedente de Cuba y visitará también Nueva York y Filadelfia hasta el próximo domingo, en una gira que incluirá la canonización del español fray Junípero Serra y el Encuentro Mundial de las Familias el fin de semana.

Obama “comparte los valores” del pontífice en lo relativo a la “justicia social y económica”, además de sus llamadas a combatir el cambio climático e integrar a los inmigrantes, y quiere hablar con él sobre esas ideas que tienen “en común”, afirmó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

“Eso no significa que estén de acuerdo en todos los temas. Pero durante esta visita no se centrarán en la política, en políticas específicas, sino en los tipos de valores que ambos han dedicado sus vidas a consagrar”, agregó Earnest en su rueda de prensa diaria.

Obama, que ya se reunió con el papa Francisco en marzo de 2014 en el Vaticano, es consciente del magnetismo del santo padre y su influencia moral en todo el mundo, y es probable que aproveche su encuentro de este miércoles para ilustrar las áreas en las que ambos coinciden, en un momento de profunda división política en EE.UU.

“El presidente nos encargó desde el comienzo que nos aseguráramos de que esta visita tuviera un impacto duradero y fuera lo más significativa posible”, dijo Charlie Kupchan, director para asuntos europeos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

“Por tanto, hemos pensado en cómo elevar los objetivos, las aspiraciones que comparten la Administración de Obama y el Vaticano, y cómo podemos dar pasos o forjar iniciativas que impulsen esos valores”, añadió Kupchan en una rueda de prensa la semana pasada.

Pese a esa aspiración, la Casa Blanca ya ha tenido un primer roce con el Vaticano, tras invitar a la ceremonia de bienvenida del miércoles a activistas transexuales, al primer obispo episcopal abiertamente gay del país, Gene Robinson; y a una monja que lidera un grupo que se opone a condenar el aborto o la eutanasia.

Según el diario The Wall Street Journal, el Vaticano está preocupado por la posibilidad de que una fotografía del papa con alguno de esos invitados se pueda interpretar como un respaldo a sus ideas.

El portavoz de la Casa Blanca recordó hoy que esos invitados son solo una minúscula proporción de las 15.000 personas que asistirán a esa ceremonia en el jardín de la residencia presidencial.

Esos invitados representan la “diversa” composición étnica e ideológica del país y a ninguno de ellos se le ha entregado un “test teológico” antes de invitarlos, subrayó Earnest.

El jueves, un día después de reunirse con Obama, el papa se convertirá en el primer pontífice en dar un discurso ante el Congreso estadounidense, donde muchos legisladores esperan escuchar sus posiciones en temas desde la reforma migratoria hasta el aborto.

Sin embargo, la jerarquía católica de Estados Unidos ha advertido de que el papa no se alineará con ninguna tendencia política.

“No obviará los temas importantes, pero su visita es como líder espiritual, como pastor de almas. Afrontará los asuntos desde esa perspectiva y no ofrecerá ninguna solución política, porque eso debe depender de quienes escuchan su mensaje”, aseguró la semana pasada el cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Washington.

Junto a sus visitas a la Casa Blanca y el Congreso, uno de los actos más esperados en el viaje del papa es la misa de canonización del franciscano español Junípero Serra, fundador de las primeras misiones de California en el siglo XVIII.

Unas 25.000 personas, entre ellos miles de hispanohablantes y el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, asistirán a la misa el miércoles por la tarde en la Basílica de la Inmaculada Concepción en Washington, para presenciar la primera canonización en suelo estadounidense de la historia.

La gran mayoría de los habitantes de Washington tendrán solo dos oportunidades de ver al pontífice durante su visita: durante su trayecto en papamóvil desde la Casa Blanca hasta la catedral católica de Saint Matthew el miércoles, o en su breve saludo desde el balcón del Capitolio el jueves.

El papa llegará la tarde del jueves a Nueva York, donde el viernes pronunciará un discurso en español en Naciones Unidas y visitará la Zona Cero para recordar a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Al final de su viaje, el papa asistirá al Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, donde también se reunirá con presos de una cárcel.

En última etapa de viaje en Cuba, papa pide a patrona reúna a su pueblo disperso

El papa Francisco oró hoy ante la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba, a la que pidió, como “madre de la reconciliación”, que reúna a su pueblo “disperso en el mundo”.

“Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas para que este pueblo abra de par en par su mente, su corazón y su vida a Cristo”, pidió el pontífice en su plegaria en el Santuario del Cobre al que acudió al poco tiempo de llegar a Santiago de Cuba, tercera y última etapa de su viaje a la isla.

A la oración de Francisco en la basílica menor del santuario, donde llegó procedente del Seminario San Basilio Magno que será su residencia hasta hoy, asistieron doce obispos cubanos, el cardenal Jaime Ortega, máxima autoridad católica en la isla, y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

El rezo del pontífice fue un momento de recogimiento al que no asistieron fieles, aunque numerosas personas acudieron a la colina sobre la cual se levanta el santuario y aguardaron bajo la lluvia la llegada de Francisco.

Ante la pequeña estatua de la Caridad, junto al altar, el papa besó el pie de la imagen y le hizo una ofrenda a la patrona de Cuba: un florero de plata con flores también de plata desde el tallo y pétalos de cerámica.

Posteriormente rezó, primero de pie y después sentado en sillón, ante la Caridad del Cobre, ante la que leyó dos oraciones: la de San Juan Pablo II al coronar la imagen de la Virgen de la Caridad y la oración del Plan Pastoral.

Al finalizar la plegaria, unos niños entonaron ante Francisco una versión coral de “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, del cantautor argentino Fito Páez que el pontífice les agradeció.

El origen de la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre se remonta a 1606, cuando tres pescadores -dos indios, Juan y Rodrigo de Hoyos, y un esclavo negro, Juan Moreno- encontraron una imagen de de madera que flotaba en el agua en la Bahía de Nipe (noreste).

La pequeña estatua tenía la inscripción “Soy la Virgen de la Caridad”; después fue llevada a la mina de El Cobre, donde en 1684 fue edificado el primer santuario.

Fue en ese lugar donde, en 1801, se leyó el “Manifiesto por la libertad de los esclavos de las minas de El Cobre” y ahí es de destacar la labor especial del capellán del santuario, Alejandro Escanio, a favor de los esclavos.

En 1868 el héroe de la independencia de Cuba y defensor de la abolición de la esclavitud Carlos Manuel Céspedes se trasladó en peregrinación al santuario y oró por la libertad de su país ante la imagen.

El 12 de julio de ese año se celebró en el lugar una misa en acción de gracias por la liberación de la isla, en presencia de oficiales del Ejército libertador.

El papa Benedicto XV, en 1916, vista la creciente devoción de los cubanos por la Virgen de la Caridad del Cobre, la proclamó patrona de Cuba y, en 1927, se inauguró el santuario actual; el 20 de diciembre de 1936 el entonces arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Valentín Zubizarreta, coronó a la imagen como Madre y Patrona.

El 30 de diciembre de 1977 el papa Pablo VI otorgó al santuario del Cobre el título de Basílica Menor; durante su viaje a Cuba en 1998, el papa Juan Pablo II coronó a la estatua de la Virgen con el Niño y la ceremonia incluyó el canto del Himno Nacional cubano.

Al pie de la imagen en aquella ceremonia se depositaron el escudo de armas y la bandera cubanos, símbolo de la devoción popular de los isleños por su patrona.