Moscovitas eligen entre monumento de fundador del KGB y del príncipe Nevski
Moscú, 25 feb (EFE).- Los moscovitas eligen a partir de hoy en una votación popular entre la instalación en el centro de la capital rusa de un monumento del fundador del KGB, Félix Dzerzhinski, o del príncipe medieval Alexandr Nevski, héroe de las guerras contra teutónicos y suecos.
Cualquier interesado puede votar en el portal Ciudadano Activo si quiere que el monumento que se erija en la plaza de Lubianka, donde está la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), represente a Nevski (1221-1263) o a Dzerzhinski (1877-1926).
La consulta describe a Nevski como un gran príncipe, mientras a Dzerzhinski lo define como un revolucionario, aunque pasó a la historia por la creación de la temida policía secreta tras la Revolución Bolchevique (1917).
La iniciativa correspondió a la Cámara Pública de Moscú, que quiere acabar así, de una vez por todas, con la controversia sobre el retorno de la estatua de Dzerzhinski al lugar donde estuvo entre 1958 y 1991.
De momento, va ganando la opción de Nevski, aunque con escasa distancia -51 % frente a 49 %-, con la participación de más de 100.000 moscovitas, que tendrán hasta el 5 de marzo para votar.
En los últimos días casi todos los políticos se han mostrado a favor de Nevski, entre ellos la Iglesia Ortodoxa, o, en su defecto, se han pronunciado por la restitución de la fuente de bronce que presidía la plaza hasta 1934.
Nevski, canonizado por la Iglesia, pactó en su momento con los tártaros (mongoles), lo que impidió que las temibles hordas invasoras asiáticas conquistaran todo el territorio de lo que hoy es conocido como Rusia.
Sus mayores victorias las logró frente a los guerreros teutónicos y los suecos, que querían hacerse con el control del lucrativo comercio en el mar Báltico.
'Quien con espada vendrá, a espada morirá', supuestamente dijo en una ocasión Nevski en una advertencia dirigida a los reinos occidentales.
En los últimos meses surgieron dos iniciativas para devolver a la plaza la estatua de Dzerzhinski, cuya retirada el 22 de agosto de 1991 dio la vuelta al mundo y confirmó que la URSS tenía los días contados.
'Ningún otro político en la Rusia actual podía haber controlado la situación y evitado la completa desintegración del país entre 1917 y 1920', comentó recientemente a Efe Alexandr Mijáilov, jefe de la organización Oficiales de Rusia, que incluye a veteranos del Ejército y de los órganos de seguridad del Estado.
Desde su retirada en 1991, la estatua ha permanecido en un parque al aire libre (Muzeón), donde se exponen monumentos de dirigentes soviéticos que no resistieron la ira de las masas.
De Dzerzhinski, que está enterrado junto a Iósif Stalin en la necrópolis situada tras el mausoleo de Lenin, apenas hay rastro en el resto de la ciudad. EFE
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