Lula condenado, sin pasaporte y... ¿más cerca de la cárcel?

Al expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva parecen quedarle cada vez menos opciones: esta semana un tribunal de apelaciones confirmó su condena a más de 12 años de cárcel por corrupción y otro juez le impidió salir de Brasil alegando riesgo de fuga.

Pero ¿qué tan cerca de la cárcel dejan a Lula estas decisiones?

Condena confirmada por “caso del tríplex”

El Tribunal Regional Federal Nº 4 (TRF4) de Porto Alegre (sur), que revisa la mayoría de las condenas aplicadas en el caso “Lava Jato”, confirmó por unanimidad el miércoles la condena por corrupción y lavado de dinero contra el expresidente.

Por votación 3-0, Lula fue hallado culpable de recibir un apartamento tríplex en un balneario de Sao Paulo a cambio de beneficiar a la constructora OAS con obras en la estatal Petrobras, cuando aún era presidente de Brasil (2003-2010).

Los tres magistrados también decidieron aumentar a 12 años y un mes el tiempo de prisión.

Pero dejaron claro que la pena sólo podría comenzar a ejecutarse una vez agotados los recursos de segunda instancia, lo que podría demorar varias semanas o meses.

La defensa de Lula puede presentar -y se espera que lo haga- ante el TRF4 un pedido de aclaración de posibles contradicciones u omisiones en el fallo. Este pedido sería analizado por los mismos jueces que dictaron la sentencia y, salvo situación anormal, no tiene potencial para revertir la condena.

Sólo después de juzgado ese recurso, el TRF4 podría decretar la prisión de Lula.

Esto porque en 2016 el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) decidió que la pena de prisión puede empezar a cumplirse ya cuando el reo es condenado en segunda instancia, sin necesidad de esperar el veredicto de tribunales superiores, que puede demorar años.

Este entendimiento, sin embargo, fue adoptado por una estrecha mayoría de 6-5 y es objeto de muchos cuestionamientos, por lo que el STF puede volver a debatir el asunto y rever su decisión.

Riesgo de fuga y prisión preventiva

El jueves de noche, otra decisión encendió las alarmas: un juez federal de Brasilia ordenó confiscar el pasaporte de Lula, por entender que existía “riesgo de fuga”.

Lula debía viajar este fin de semana a Etiopía para participar en un congreso de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los fiscales que accionaron a la justicia pidieron que le prohíban salir del país y hasta del municipio donde vive (en las afueras de Sao Paulo), aunque consideraron que por haber sido condenado y enfrentar otros procesos “justificarían que se decrete la prisión preventiva”.

El juez, finalmente, sólo autorizó la retención del pasaporte.

Un asunto delicado

Su dimensión de ícono internacional de la lucha contra las injusticias y la pobreza, así como su condición de favorito para las elecciones de octubre, son otros factores que convierten al eventual encarcelamiento de Lula en un asunto delicado, pese a su complicada situación judicial.

Este viernes, la oficina del juez de primera instancia Sergio Moro, que lo condenó en julio pasado por el tríplex, afirmó que un documento con un supuesto pedido de prisión “que circula en las redes sociales y aplicaciones de mensajes instantáneos no es verdadero”.

El propio Moro fue quien autorizó a Lula a apelar en libertad, “considerando que la prisión cautelar de un expresidente” podría implicar “ciertos traumas”.

El ministro de Justicia, Torquato Jardim, afirmó además este viernes que se requiere “prudencia” antes de encarcelarlo, ya que la decisión de la corte suprema que permite la ejecución de la pena a partir de condenas de segunda instancia puede ser revisada.

“Sea quien sea el brasileño en cuestión, es necesaria mucha prudencia, porque el STF puede cambiar de opinión e invertir el 6-5. Creo que debemos esperar la decisión final del STF antes de implementar [la prisión a partir de segunda instancia]. Estamos hablando de libertad y un día perdido de libertad es irrecuperable”, dijo Jardim al periódico O Estado de Sao Paulo.

El juez de la corte suprema Marco Aurelio Mello, partidario de revisar la decisión sobre las prisiones después de la segunda instancia, afirmó esta semana que el encarcelamiento de Lula en este momento “incendiaría” el país.