La lluvia obliga a cancelar la barbacoa anual de los Obama por el 4 de julio

Casa Blanca en Washington (Facebook/The White House)

WASHINGTON. La lluvia obligó hoy a cancelar, por segundo año consecutivo, la barbacoa anual que el presidente de EE.UU., Barack Obama, y su esposa Michelle organizan cada año para homenajear a familias militares con motivo del 4 de julio, el Día de la Independencia en el país.

La Casa Blanca informó en un comunicado que el acto con cientos de militares y sus familias en el jardín sur de la residencia presidencial estaba cancelado “debido a la posibilidad de inclemencias en el tiempo” en la capital estadounidense.

Este es el último 4 de julio de Obama en la Casa Blanca, y este sábado el presidente expresó sus ganas de pasarlo en una barbacoa con las familias militares.

“Durante los últimos siete años y medio, (esa barbacoa) se ha convertido en una de mis tradiciones favoritas”, aseguró Obama en su discurso televisado semanal.

Pese a ello, la Casa Blanca mantuvo en pie una recepción más tardía en la residencia que incluirá conciertos de la cantante Janelle Monáe y el rapero Kendrick Lamar, y en la que tanto Obama como la primera dama darán un discurso.

La familia Obama celebra hoy además el 18 cumpleaños de la hija mayor del mandatario, Malia, quien acaba de graduarse en el instituto y ha decidido tomarse un año sabático antes de empezar sus estudios universitarios en el otoño de 2017 en Harvard.

Los estadounidenses celebran hoy el 240 aniversario de su independencia del Reino Unido, una fiesta nacional donde la tradición es comer barbacoa y contemplar los fuegos artificiales.

El 64,5 % de estadounidenses asisten a un picnic o barbacoa en esta jornada y consumen, en total, alimentos por valor de 6.770 millones de dólares, según la Federación Nacional de Ventas (NRF, en inglés) de Estados Unidos.

Además, solo en esta jornada se usan 285,3 millones de toneladas de fuegos artificiales, según la Asociación Estadounidense de Pirotécnica.

Algunas de las principales ciudades del país, como Nueva York, Washington y Chicago, reforzaron su seguridad a lo largo del fin de semana y la jornada festiva como precaución tras los ataques de la última semana en Bagdad, Dacca y Estambul.