Huracán Laura se fortalece a categoría 4 en camino a EEUU

La gente espera en fila ante las oficinas del departamento de vivienda de Galveston para subir a autobuses que los evacuarán desde Galveston Island a Austin antes de la llegada del huracán Laura, el 25 de agosto de 2020, en Galveston, Texas. ( Mark Mulligan/Houston Chronicle via AP)

DELCAMBRE, Luisiana, EE.UU. (AP) — Laura se convirtió el miércoles en un amenazante huracán de categoría 4 que podría generar una marejada ciclónica de hasta 6 metros (20 pies) de altura que, según los meteorólogos, sería letal y capaz de sumergir a comunidades enteras. El agua del océano coronada por olas de espuma blanca comenzó a elevarse ominosamente mientras el monstruo se acercaba a tierra.

Las autoridades imploraron a los residentes de Texas y Luisiana que evacuaran las zonas costeras, pero no todo el mundo les hizo caso antes de que los vientos comenzaran a agitar los árboles.

La tormenta aumentó su magnitud en casi un 87% en cuestión de 24 horas hasta alcanzar un tamaño que el Centro Nacional de Huracanes describió como “extremadamente peligroso”. Se prevé que el sistema toque tierra entre la noche del miércoles y las primeras horas del jueves como el huracán más potente en impactar Estados Unidos en lo que va del año. Por la noche ya empezaban a sentirse los vientos en la costa texana.

“Parece una bestia”, dijo el investigador de huracanes de la Universidad de Miami Brian McNoldy. “Eso es algo que no quieres ver si estás en su camino”.

Los vientos sostenidos máximos aumentaron a 241 km/h (150 mph) antes del anochecer, y los meteorólogos dijeron que algunas zonas podrían recibir hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de lluvia.

Una de las principales autopistas de Luisiana ya tenía agua estancada al llegar a tierra las bandas externas de Laura con fuerza de tormenta tropical. Miles de costales de arena fueron colocados a los costados de los caminos en la pequeña localidad de Lafitte, y los vientos se fortalecieron mientras las personas salían a abastecerse de provisiones en Delcambre, una comunidad de baja altitud. Trent Savoie, de 31 años, afirmó que no pretende evacuar.

“Con cuatro niños y 100 cabezas de ganado, es muy difícil dejar el lugar”, declaró.

Los gobernadores de Texas, Greg Abbott, y de Luisiana, John Bel Edwards, temen que las alarmantes predicciones no estén teniendo efecto en la población a pesar de que las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatoria para más de 500.000 residentes de zonas costeras.

Al menos 150 personas se negaron a irse a pesar de los ruegos y planeaban soportar la tormenta en casas elevadas o vehículos recreativos en el municipio costero de Cameron, el cual podría quedar completamente cubierto por el agua del océano.

“Es una situación muy triste”, dijo Ashley Buller, subdirectora de preparativos de emergencia. “Hicimos todo lo que pudimos para alentarlos a que se fueran”.

Edwards activó a toda la Guardia Nacional del estado. En Lake Charles, Luisiana, elementos de ese cuerpo condujeron autobuses escolares a través de varios vecindarios para recoger a familias. Justo del otro lado del límite estatal, en Port Arthur, Texas, muy pocos residentes rezagados decidieron abordar los autobuses de evacuación, y las autoridades de la ciudad anunciaron que dos aviones de carga C-130 ofrecían la última oportunidad para salir del área.

Abbott advirtió que las familias que no abandonen la trayectoria de impacto podrían no recibir ayuda durante mucho tiempo después del paso de la tormenta.

Un huracán de categoría 4 puede causar daños tan catastróficos que la interrupción del servicio eléctrico podría prolongarse varios meses en algunas zonas, y áreas extensas podrían quedar inhabitables por semanas o meses. La amenaza de tal devastación representa un nuevo desafío en ayuda contra desastres para un gobierno que aún debe lidiar con la pandemia de coronavirus. Algunas de las zonas bajo órdenes de evacuación en Luisiana también registran una elevada tasa de casos de COVID-19.

El Centro Nacional de Huracanes siguió aumentando los estimados de la marejada ciclónica de Laura, de 3 metros (10 pies) hace un par de días, hasta el doble de ese tamaño, una altura que según los meteorólogos sería letal.

Para el miércoles por la noche, el vórtice de Laura se ubicaba a unos 145 kilómetros (90 millas) al sur de Lake Charles y se desplazaba con rumbo norte-noroeste a 24 km/h (15 mph).

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