Ecuador moviliza sus efectivos para socorrer a víctimas del terremoto

El evento ha dejado al menos 77 muertos y 588 heridos; Pedernales es la ciudad más afectada

Un rescatista busca en los escombros de una casa destruida en Pedernales. (AP)

QUITO. El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, anunció hoy que han sido movilizados “10.000 efectivos de las fuerzas armadas y 3.500 policías a las zonas afectadas” por el terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher registrado ayer en la costa norte del país.

“Hemos movilizado 10.000 efectivos de las fuerzas armadas y 3.500 policías a las zonas afectadas”, informó Glas en su cuenta de la red social Twitter.

El vicepresidente agradece además el “patriotismo y solidaridad” de “las fuerzas de seguridad, médicos y trabajadores” que se movilizaron para socorrer a las víctimas de esta tragedia, que ha causado por ahora al menos 77 muertos y 588 heridos.

Un agradecimiento que hizo extensible a “alcaldes y prefectos de todo el país que enviaron maquinaria y víveres, así como a empresarios que se solidarizaron”.

Por su parte, la Policía de Ecuador informó a través de Twitter de que cinco helicópteros y 83 autobuses pusieron rumbo a las zonas afectadas para trasladar a los equipos, entre los que figura uno de perros especializados en localizar personas atrapadas en escombros.

En su cuenta en la red social, la Policía advierte también de la existencia de una decena de carreteras cortadas o con problemas en la red viaria de Ecuador.

Pedernales: Epicentro de una tragedia

La ciudad turística de Pedernales, un popular balneario de la costa ecuatoriana, es hoy el epicentro de la tragedia.

En la zona hay casas destruidas, gente atrapada y desaparecida entre los escombros, niños que gritan por sus familiares y adultos que lloran desconsolados y asolados porque vieron morir a algunos de los suyos aplastados por la caída de los edificios.

Luis Barba Menéndez es uno de los damnificados que, entre sollozos, cuenta el “infierno” que vivió a eso de las 19.00 (22.00 GMT) del sábado, cuando su tierra se sacudió “como nunca” se había hecho sentir.

“Usted no se imagina cómo fue esto”, dijo Luis a Efe y cortó por el llanto el relato sólo para balbucear: “Hay gente todavía atrapada, que nos ayuden, señor”.

“No podemos comparar lo que ha pasado, nos hemos quedado sin casa, pero felizmente mi familia no fracasó, salimos, pero el pueblo de Pedernales ha desaparecido”, añadió.

El terremoto, relató, “fue largo, fue como un viento que atormentó a todos ... A mí me botó patas arriba”, agregó y dijo que, con su familia, como toda la población, ha pasado la noche y la madrugada “en media calle, para sobrevivir”.