Cuaderno de bitácora del Arca de Noé (Día 4)
(Cuaderno de Bitácora del Arca de Noé es una serie especial de EFE coordinada y editada por Olivia Alonso, con el testimonio diario en primera persona de un médico voluntario en el hospital de campaña de Ifema, en Madrid).
Madrid, 30 mar (EFE).- Es domingo y no tengo que ir al Arca de Noé. Por supuesto, esto no se debe a que este hospital de campaña no funcione hoy, sino a que han diseñado jornadas laborales de seis días seguidos y uno libre. Aunque me incorporé el martes a este recinto de Ifema, el lunes había trabajado como médico de familia en el Centro de Salud, así que ayer completé mi primer ciclo.
Creo que este hospital está haciendo una labor muy importante de valoración, de control y de contención de la epidemia porque hay muchas personas contagiadas que no pueden estar en su casa y ¿si no pueden estar en sus domicilios y los centros sanitarios no tienen plazas, qué haces con ellos?
La mayoría de los ingresados en Ifema están relativamente bien, aunque también hemos tenido algunos con muchas complicaciones y otros que han entrado en estado crítico y se les ha tenido que trasladar a UCI de hospitales de Madrid.
También pienso que este centro cumple una labor muy positiva para tranquilizar a los enfermos. Este virus es muy traicionero y la gente vive su contagio con mucha inquietud y miedo porque es difícil predecir el comportamiento de la COVID-19 y, por tanto, cómo evolucionará la enfermedad en cada uno.
No provoca los mismos síntomas en todas las personas. En algunos casos es asintomático, en otros produce mucha tos seca y no da fiebre; en otros provoca mucha fiebre sin que haya tos. Es un virus difícil.
¡Esto es muy jodido para la gente! Puedo imaginar el susto y el agobio que tienen los contagiados que están aislados en su casa con esta incertidumbre.
Como os he contado, el momento crítico del contagio -cuando se han desarrollado síntomas- se vive en torno al octavo día, momento en el que puede haber un proceso inflamatorio y aparecer una neumonía, que ponga las cosas muy difíciles.
Por eso, es importante tener una historia clara de todos los pacientes. Aquí, en este hospital de campaña se ha elaborado un protocolo definido de valoración y seguimiento de los enfermos, pero nos encontramos con muchos problemas cuando llegan nuevos ingresos.
Ya os he contado que hemos detectado que cada hospital madrileño sigue un protocolo distinto a la hora de tratar el coronavirus y se aplican criterios muy distintos para derivar a los pacientes a este recinto ferial.
A veces llegan pacientes que no sabemos cuántos días llevan con síntomas porque no viene en la historia con la que han sido remitidos desde los hospitales, lo que nos obliga a extremar su observación.
El hospital de campaña de Ifema empezó a funcionar el pasado sábado, 21 de marzo. En esta primera semana ha habido algunos problemas de organización, principalmente a la hora de elaborar los cuadrantes de turnos del personal, lo que complica la tarea diaria.
También hemos vivido aglomeraciones cuando hemos ido a recoger los pijamas, gorros y mascarillas con que trabajamos. Hemos esperado apiñados en un pasillo sin guardar las distancias de seguridad entre nosotros, lo que creo que es una negligencia por parte de los responsables.
Hasta ayer, todavía seguíamos haciendo las historias en papel, ya que no se había habilitado aún el sistema informático con el que vamos a trabajar a través de tablets. Espero que esto cambie esta semana.
A partir de mañana voy a trabajar en otro pabellón. El hospital de campaña comenzó a operar en el pabellón 5 de Ifema, que es donde he estado esta semana. Parece que desde el lunes iré al número 9, que, según me han contado, está mejor acondicionado y los enfermos tienen mayor privacidad.
Espero que con la apertura de nuevos pabellones para acoger a más enfermos puedan empezar a trabajar unos 200 médicos de Atención Primaria que fueron convocados los pasados viernes y sábado y que no llegaron a atender a pacientes, al no haber ingresos suficientes.
El que te hagan ir para no hacer nada, como me sucedió a mí el pasado martes, te provoca mucha impotencia. Sobre todo porque sabes que se está sacando a los médicos de familia de los centros, que en muchos casos están cerrando y dejando a la gente de los barrios, que siguen con sus patologías o problemas de salud puntuales, sin asistencia.
Pero este es otro asunto, del que ya iremos hablando. EFE
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