Brasil: Candidatura de Lula parece altamente improbable
Es casi seguro que el tribunal electoral rechazará la candidatura de Lula tal como está, pero sus seguidores esperan una sentencia favorable en las cortes penales mientras las autoridades electorales estudian el caso.
SAO PAULO. Si bien el expresidente encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva ha insistido en que puede ser candidato a la presidencia a pesar de su condena, los expertos en leyes dicen que ello parece muy improbable. Y su Partido de los Trabajadores corre el riesgo de quedarse sin candidato si deja vencer el plazo para presentar una alternativa.
El partido registró la candidatura de Lula a los comicios de octubre con gran alarde el miércoles, a pesar de que el año pasado fue declarado culpable de corrupción y lavado de dinero, una decisión que fue ratificada por una corte de apelaciones en enero. Bajo una cláusula que Lula mismo promulgó mientras era presidente, los candidatos que han sido declarados culpables de algún delito no pueden ejercer un puesto de elección popular durante ocho años.
Sin embargo, esos candidatos no tienen prohibido hacer campaña. El Tribunal Superior Electoral debe aceptar o rechazar oficialmente la candidatura de Lula. Mientras tanto, tiene libertad para hacer campaña y recibir los beneficios que conlleva el estar registrado, tales como los spots televisivos gratuitos. Aunque la cárcel le impide aprovechar totalmente esos beneficios, Lula encabeza las encuestas por amplio margen.
“El hecho de no poder ser candidato no impide que uno trate de ser candidato”, dijo Daniel Falcao, profesor de derecho electoral en el Instituto de Derecho Público de Brasilia. “La ley electoral dice que cuando una persona se registra, es candidato, normalmente hasta el día en que las autoridades electorales dicen que no puede ser candidato”.
La cuestión de si a Lula se le debería permitir postularse ha atraído la atención incluso fuera de Brasil. Varios expertos en derechos humanos nombrados por las Naciones Unidas exhortaron el viernes a las autoridades brasileñas a que garanticen que Lula “pueda disfrutar y ejercer sus derechos políticos mientras está encarcelado”, incluido el no prohibir su candidatura hasta que todas sus apelaciones hayan sido desahogadas.
Según los expertos, es casi seguro que el tribunal electoral rechazará la candidatura de Lula tal como está, pero sus seguidores esperan una sentencia favorable en las cortes penales mientras las autoridades electorales estudian el caso. El Tribunal Superior de Justicia y el Supremo Tribunal Federal _la segunda corte y la corte más alta del país, respectivamente_ podrían revocar o suspender su condena.
Lula y sus seguidores dicen que es una posibilidad real. Siempre han dicho que los cargos en su contra _hacerle favores a una empresa constructora a cambio de la promesa de un apartamento frente a la playa_ fueron fabricados precisamente para impedirle regresar al palacio presidencial.
Él y su partido alegan que detrás de la persecución judicial está una conspiración para revertir los logros de su presidencia de 2003 a 2010, una época de auge económico cuyos frutos fueron compartidos con los pobres y las clases trabajadoras.
“Por ahora nos interesa garantizar la soberanía popular”, dijo el exalcalde paulista Fernando Haddad, registrado como candidato a vicepresidente en la fórmula de Lula. “Y la gente quiere que Lula aparezca en la boleta”.
Pero el Partido de los Trabajadores no puede dejar de prestar atención al reloj. Si Lula es vedado, el plazo para reemplazarlo vence el 17 de septiembre, y en ese caso Haddad probablemente sería el candidato. La primera ronda es el 7 de octubre.
Aunque todas las miradas se dirigen al Tribunal Superior Electoral, el margen de maniobra real de Lula es muy escaso, dicen los expertos.
“Si no la recibe (la absolución de una corte superior), la corte electoral tiene que decidir que está inhabilitado”, dijo Carolina Cleve, profesora de derecho constitucional y electoral en el Centro Universitario Autónomo de Brasil. “Es un criterio objetivo”.
Según el Partido de los Trabajadores, aunque la corte electoral rechace su candidatura deberían permitirle hacer campaña porque aún tendría un recurso: la apelación al Supremo Tribunal Federal.
El partido ha identificado a docenas de candidatos a alcaldías a los que se permitió hacer campaña a pesar del rechazo de sus candidaturas. Pero esos casos empiezan en los tribunales inferiores, mientras que el de los presidenciales va directo al supremo.
Por tanto, es cierto que se permite a los candidatos seguir en campaña después del rechazo de un tribunal inferior, dijo Marilda Silveira, experta en derecho electoral del Instituto de Derecho Público de Sao Paulo. Pero, agregó, el criterio aceptado es que una decisión del Tribunal Superior Electoral es de aplicación inmediata precisamente porque es el supremo en materia de elecciones.
“Están argumentando que pueden continuar con la campaña hasta que el Supremo Tribunal Federal decida, porque para ellos existe una posibilidad real de que haya una decisión preliminar que suspenda la condena”, dijo Silveira con respecto a la posición del Partido de los Trabajadores.
Por SARAH DiLORENZO, Associated Press
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El periodista de The Associated Press Geir Moulson en Berlín contribuyó a este despacho.