Grupo Nuevarquitectura 34 años después
Pasó de ser una iniciativa universitaria a un organismo generador de opinión pública, con la llegada al grupo de dos importantes personajes, Omar Rancier y Emilio Brea, en 1980 y 1981, respectivamente.
En justicia y desde cualquier punto de vista, el capítulo de la crítica y la difusión de la arquitectura dominicana sólo puede exponerse usando como referencia el antes y el después del Grupo Nuevarquitectura (GNA). Fundado en 1979 por Fátima Karam, Angelita Burgos, Edda Grullón, Nouris Bello y Sheila López, un grupo de arquitectas recién egresadas de la de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Fue concebido como un círculo de estudios de retroalimentación que buscaba profundizar intelectualmente sobre su profesión. Pasó de ser una iniciativa universitaria a un generador de de opinión pública con la llegada al grupo de dos importantes personajes, Omar Rancier, quien se integra en 1980 y Emilio Brea en 1981. Ambos hacían sentir sus voces en diversos medios con posiciones críticas (Rancier, en el Listín Diario y la Revista CODIA; Brea, en el semanario Isla Abierta del periódico HOY). Inician así una prolífera carrera como los críticos par excellence de la arquitectura dominicana.
Con dedicación y enfoques independientes, este binomio fortalece los objetivos del grupo y empieza con intensidad una incansable labor de difusión y crítica con la realización de importantes eventos y la publicación de las Hojas de Arquitectura que se publicaron semanal e ininterrumpidamente desde 1982 a 1984 en el periódico El Nuevo Diario y cuya recopilación fue publicada en 1984 bajo el título "100 hojas de arquitectura".
En 1982 se une al grupo Gustavo Moré, quien asume la coordinación de un órgano de divulgación para el grupo, Arquivox (1984). De 1989 en adelante, se realizan los primeros Encuentros de Urbanismo y Arquitectura en Las Antillas (itinerantes), los cuales se sumaron a una serie de encuentros y tertulias que sirvieron de plataforma para generar un debate sobre la arquitectura dominicana y caribeña.
Son muchos los logros alcanzados por el GNA en sus 34 años de vida, siendo uno de los más importantes haber logrado establecer por decreto el día de la arquitectura dominicana (3 de noviembre, día del natalicio de Guillermo González Sánchez); también las bienales de arquitectura de Santo Domingo y del Caribe y la obtención del Pabellón de Venezuela en el Centro de los Héroes, como la sede para la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana.
Su entrega desinteresada y amor a la profesión sirvió de estímulo para un grupo de jóvenes continuaran la labor de difundir nuestra arquitectura en proyectos editoriales aún vigentes hasta nuestros días como Arquitexto (1986) y Archivos de Arquitectura Antillana AAA (1996) y así como muchos otros grupos especializados que siguiendo su ejemplo, hoy le reconocen con gran admiración su legado.
Con dedicación y enfoques independientes, este binomio fortalece los objetivos del grupo y empieza con intensidad una incansable labor de difusión y crítica con la realización de importantes eventos y la publicación de las Hojas de Arquitectura que se publicaron semanal e ininterrumpidamente desde 1982 a 1984 en el periódico El Nuevo Diario y cuya recopilación fue publicada en 1984 bajo el título "100 hojas de arquitectura".
En 1982 se une al grupo Gustavo Moré, quien asume la coordinación de un órgano de divulgación para el grupo, Arquivox (1984). De 1989 en adelante, se realizan los primeros Encuentros de Urbanismo y Arquitectura en Las Antillas (itinerantes), los cuales se sumaron a una serie de encuentros y tertulias que sirvieron de plataforma para generar un debate sobre la arquitectura dominicana y caribeña.
Son muchos los logros alcanzados por el GNA en sus 34 años de vida, siendo uno de los más importantes haber logrado establecer por decreto el día de la arquitectura dominicana (3 de noviembre, día del natalicio de Guillermo González Sánchez); también las bienales de arquitectura de Santo Domingo y del Caribe y la obtención del Pabellón de Venezuela en el Centro de los Héroes, como la sede para la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana.
Su entrega desinteresada y amor a la profesión sirvió de estímulo para un grupo de jóvenes continuaran la labor de difundir nuestra arquitectura en proyectos editoriales aún vigentes hasta nuestros días como Arquitexto (1986) y Archivos de Arquitectura Antillana AAA (1996) y así como muchos otros grupos especializados que siguiendo su ejemplo, hoy le reconocen con gran admiración su legado.
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