El negocio del tráfico de niños haitianos

Algunos deambulan en labores impropias de su edad

SD. El tráfico de niños, niñas y adolescentes haitianos hacia la República Dominicana para incorporarlos al trabajo infantil, en complicidad con una red de traficantes y choferes dominicanos y de militares establecidos en la frontera, se ha convertido en un dolor de cabeza para los organismos internacionales.

Muchos de esos niños salen de las escuelas aprovechando el período de vacaciones, en tanto que otros nunca retornan a las aulas porque son utilizados para pedir en las calles de Santo Domingo y pueblos del interior o sencillamente se quedan a vivir con familiares residentes por muchos años en el país.

Dentro de esa inhumana práctica se ha llegado hasta usar recursos del Estado dominicano para traficar con menores. Un ejemplo es el caso de una ambulancia que venía desde Haití cruzando la frontera con la sirena sonando. Dentro del vehículo se descubrió un grupo de 15 niños. El conductor fue sometido ante la Justicia dominicana por presunción de culpabilidad.

La situación ha puesto en alerta a instituciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que llaman la atención del Gobierno dominicano sobre la reiterada práctica de tráfico ilícito de menores haitianos, que deja grandes ganancias a sus organizadores.

La red de traficantes de menores (conocidos como "passeur") cuentan con la ayuda de transportistas privados y se calcula que cerca de tres mil niños cruzan anualmente la frontera dominico-haitiana con esos fines. Dada la situación que padece en la actualidad el vecino país, la cifra ha aumentado de forma extraordinaria y se evidencia en la cantidad de niños, niñas y adolescentes que deambulan por las calles dominicanas en labores de mendigos.

Dicho tráfico se realiza en la mayoría de los casos con el conocimiento y consentimiento de los padres, según consta en un estudio realizado por UNICEF conjuntamente con la OIM .

Un trabajo de campo realizado en distintos pueblos haitianos, básicamente los que están ubicados en la zona Norte, revela que las personas que organizaban los viajes recibían en el año 2002 entre 300 y 400 gourdes haitianos (US$60 a 80) para hacer pasar a una persona hacia RD, sea adulto o niño.

Cuando el menor viaja con uno de sus padres, el pasaje lo cubren éstos, pero en algunos casos en que el traficante se haga responsable del menor, no necesariamente paga por el transporte. "El niño considerará a éste su benefactor, le debe reconocimiento, y le dará una parte del dinero que gane. En general, el "passeur"" es quien administra sus ganancias hasta que retorna a su familia en Haití", expresa la investigación.

En otros casos un vecino puede decidir hacer el viaje con el menor o menores y pagar el pasaje. "En este caso, la vecina recibe parte de las ganancias de ese menor, porque será utilizado para trabajar o mendigar, o sea, alquila un niño".

Llama la atención que un 50% de los casos, se trata de niños que asisten a la escuela y que son usados para esos trabajos durante el período de vacaciones, pero estando en RD tienden a extender su estancia. Otros han abandonado las aulas por razones económicas.

Los derechos

Según la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1989, es obligación del Estado proteger al niño contra el desempeño de cualquier trabajo nocivo para su salud, educación o desarrollo, fijar edades mínimas de admisión al empleo y reglamentar las condiciones del mismo, así como tomar medidas para evitar la trata, venta y tráfico de menores.
##ctrlnotaampfooter##