Dominicano acusado de terrorismo podría ser condenado a cadena perpetua
También se acusa de complicidad a un jovén estadounidense
NUEVA YORK.- El supuesto terrorista dominicano Carlos Almonte, de 26 años, y su cómplice Mohamed Alessa, de 23, serán sentenciados el 4 de febrero de 2013 en una corte federal de New Jersey, según fechó el magistrado Dickinson R. Debevoise a cargo de la causa.
Almonte, residente en Elmwood Park y Alessa en North Bergen, están acusados de conspiración para atacar instalaciones militares y civiles del gobierno estadounidense en New Jersey y otros estados y fueron arrestados en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy el 5 de junio del 2010 cuando estaban a punto de abordar aviones por separados para viajar a Egipto y Somalia, en cuyos países, según la acusación se reunirían con líderes de organizaciones terroristas con las que mantenían contacto a través de la internet.
El juez ordenó también a los fiscales entregar en noviembre de este año los informes con resultados de exámenes sicológicos a los que fueron sometidos ambos imputados. El caso ha estado en el limbo durante meses y el abogado de Alessa viajó a Jordania y Palestina para entrevistar a familiares del presunto terrorista.
Los especialistas examinaron a los reos para ayudar al juez a dictar una sentencia acorde con el nivel del caso. Los dos son ciudadanos de Estados Unidos y Almonte llegó pequeño al país.
Fueron capturados a través de un agente federal encubierto de Nueva York quien grabó a los dos hombres hablando de decapitar a soldados norteamericanos y enviar los cadáveres en bolsas a Estados Unidos desde el Medio Oriente.
En las grabaciones se escucha a Alessa amenazando con asesinar a estadounidenses en territorio norteamericano, si no podía lograrlo en el extranjero. Es hijo de inmigrantes palestinos nacido en New Jersey y Almonte se naturalizó norteamericano para luego convertirse al Islam.
Los acusados admitieron en marzo del 2011 planear los viajes a Somalia para unirse a la líderes de la organización terrorista Shabaab a sabiendas de que la misma estaba planificando ataques contra el gobierno de Washington y contra las fuerzas multinacionales de paz.
La admisión de culpabilidad de Almonte y Alessa, fueron incluidas en un acuerdo propuesto a los fiscales para que se declararan responsables.
El acuerdo establece que pueden apelar si son sentenciados a más de 30 años en la cárcel, mientras que los fiscales apelarían si son sentenciados a menos de 15.
El juez puede imponerles penas de hasta cadena perpetua, pero los abogados de la defensa esperan que el magistrado sea indulgente y los condene a sentencias cortas, tomando en cuenta que ninguno de ellos tenía récord criminal en Estados Unidos.
Los especialistas examinaron a los reos para ayudar al juez a dictar una sentencia acorde con el nivel del caso. Los dos son ciudadanos de Estados Unidos y Almonte llegó pequeño al país.
Fueron capturados a través de un agente federal encubierto de Nueva York quien grabó a los dos hombres hablando de decapitar a soldados norteamericanos y enviar los cadáveres en bolsas a Estados Unidos desde el Medio Oriente.
En las grabaciones se escucha a Alessa amenazando con asesinar a estadounidenses en territorio norteamericano, si no podía lograrlo en el extranjero. Es hijo de inmigrantes palestinos nacido en New Jersey y Almonte se naturalizó norteamericano para luego convertirse al Islam.
Los acusados admitieron en marzo del 2011 planear los viajes a Somalia para unirse a la líderes de la organización terrorista Shabaab a sabiendas de que la misma estaba planificando ataques contra el gobierno de Washington y contra las fuerzas multinacionales de paz.
La admisión de culpabilidad de Almonte y Alessa, fueron incluidas en un acuerdo propuesto a los fiscales para que se declararan responsables.
El acuerdo establece que pueden apelar si son sentenciados a más de 30 años en la cárcel, mientras que los fiscales apelarían si son sentenciados a menos de 15.
El juez puede imponerles penas de hasta cadena perpetua, pero los abogados de la defensa esperan que el magistrado sea indulgente y los condene a sentencias cortas, tomando en cuenta que ninguno de ellos tenía récord criminal en Estados Unidos.
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