Curiosity sigue rumbo a sus "7 minutos de terror" y la aventura en Marte

Con este explorador se iniciará un proyecto de dos años en busca de señales de vida

WASHINGTON.- El explorador Curiosity se aproxima hoy al fin de su travesía de más de 565 millones de kilómetros y a los "siete minutos de terror" de su complejo descenso sobre Marte, con el que iniciará un proyecto de dos años en busca de señales de vida.

La cápsula que transporta al vehículo explorador, lanzada el 26 de noviembre de 2011, debe llegar a las proximidades del planeta rojo a la hora 05:31 GMT del lunes, cuando Marte esté a unos 248 millones de kilómetros de la Tierra.

"La misión se desarrolla extraordinariamente bien", dijo en una conferencia de prensa este jueves Pete Theisinger, director en el Laboratorio de Propulsión en Pasadena (California), donde funciona el control de esta misión.

"Todo marcha según lo programado y estamos listos para el descenso en tres días", añadió. La misión tiene un costo de unos 2.500 millones de dólares y Curiosity es el robot explorador más complejo y avanzado construido hasta ahora.

En una metamorfosis desde que ingrese a más de 21.200 kilómetros por hora en la atmósfera marciana, la cápsula pasará en 420 segundos de cono envuelto en temperaturas de casi 900 grados Celsius, a grúa flotante sobre ocho cohetes, y a algo parecido a una araña mecánica cuando se pose suavemente en el cráter Gale.

Curiosity, cuya misión se ha programado para dos años, está diseñado y equipado para investigar si Marte es, o ha sido alguna vez, capaz de sustentar formas de vida.

España aporta a esta misión la estación medioambiental que medirá, entre otros, la temperatura del suelo, aire, presión, humedad y radiación ultravioleta, y una antena que facilitará el envío de datos y pondrá directamente en contacto el explorador con la Tierra.

"El descenso del Curiosity es la misión robótica más complicada jamás intentada por la NASA en la historia de exploración de Marte o en cualquier otra expedición con robots", indicó John Grunsfeld, del Directorio de Misión Científica de la agencia durante la rueda de prensa en Pasadena.

La atmósfera de Marte, compuesta mayormente de dióxido de carbono con trazas de nitrógeno y carbono, es cien veces menos densa que la de la Tierra, que es una mezcla de nitrógeno, oxígeno y otros gases.

La fricción atmosférica por sí misma no es suficiente para frenar el descenso, por lo cual a unos 11 kilómetros de la superficie marciana se desplegará el paracaídas supersónico de 16 metros de diámetro, el más grande que haya construido la NASA.