Convenio 189 podría cambiar la protección social y laboral de las domésticas
SANTO DOMINGO. Las posibilidades de que algunas de las condiciones laborales y sociales de las trabajadoras domésticas dominicanas mejoren, se encuentran en torno al Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Trabajo Decente para las Trabajadoras y Trabajadores Domésticos, que actualmente estudia una comisión de la Cámara de Diputados y, que de aprobarse, abriría una brecha legal para que este sector de la economía acceda a mejores condiciones.
Actualmente estos servidores no "están sujetos a ningún horario", aunque el Código de Trabajo vigente establece que deben disfrutar de un reposo ininterrumpido de por lo menos nueve horas entre dos jornadas de labores.
La legislación tampoco establece salario mínimo para este sector, cuyos honorarios fluctúan entre RD$3,000 y RD$20,000, en el caso de las que practican el pluriempleo o están contratadas por familias de clase alta. El promedio es RD$5,000. Las domésticas tampoco están protegidas por el régimen de seguridad social.
Como "beneficios", el Código sólo les prevé dos semanas de vacaciones remuneradas, el salario de Navidad y permisos para estudiar y asistir a servicios de salud en caso de enfermedad.
Justamente suprimir estas desigualdades, es lo que persiguen los promotores del convenio, emanado por la OIT en junio de 2011, y aprobado ya por seis países, entre ellos Nicaragua, Bolivia y Paraguay, que fue el primero.
En el país, los sindicatos de trabajadores tradicionales como la Confederación Nacional de Unidad Sindical CNUS) y la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) son los que, junto al Ministerio de Trabajo han impulsado la aprobación del convenio, que tiene su principal oposición en los patronos.
Lo que trae el 189
Con el Convenio 189, la OIT busca dignificar el trabajo doméstico, el cual define como aquel que se realiza para o dentro de un hogar o varios hogares.
El organismo internacional indica que en los países subdesarrollados, dentro de los que está República Dominicana, el trabajo doméstico constituye una proporción importante de la fuerza de trabajo, y quienes lo desempeñan se encuentran entre los trabajadores más marginados.
Así que, de República Dominicana ratificar el Convenio, que tiene 27 artículos, se estaría comprometiendo a adoptar medidas para asegurar que estos trabajadores reciban un trato más equitativo y de que se beneficien de un régimen de salario mínimo.
También a asegurar la protección de los derechos humanos de éstos, garantizar la libertad de asociación y sindical, la eliminación de todas formas de trabajo forzoso u obligatorio, la abolición efectiva del trabajo infantil, y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.
Además, sostener la igualdad entre los trabajadores domésticos y los demás, la compensación de las horas extras, los períodos de descanso y las vacaciones pagadas de conformidad con la legislación nacional. Asimismo, tendrá que garantizar que los trabajadores sean informados de los términos y condiciones del empleo de manera fácilmente comprensible, de preferencia a través de contrato escrito.
Igualmente deberá adoptar medidas eficaces para asegurar la seguridad y la salud de los trabajadores de este sector. Y garantizar que disfruten de condiciones igualitarias respecto a la protección de la seguridad social, y en lo relativo a la maternidad.
El gobierno dice sí
Desde ya, el gobierno dio luz verde a la ratificación del Convenio, a través de la posición favorable emitida por el Ministerio de Trabajo a las comisiones permanentes de Trabajo, de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional y la de Seguridad Social de la Cámara de Diputados.
En el documento que envió la ministra Maritza Hernández, se indica que Trabajo está de acuerdo con que los trabajadores domésticos tengan un salario mínimo. Y, en el conflictivo punto del ingreso a la seguridad social, también considera "que la mayoría de las disposiciones del convenio 102, sobre normas mínimas de seguridad social, son aplicables a la República Dominicana".
La oposición de Copardom
Sin embargo, la Confederación Patronal de la República Dominicana (Copardom), no piensa igual. Aunque en principio favorece la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores domésticos, no cree que el país esté en capacidad de asumir el compromiso en este momento. "Consideramos que el país no está totalmente preparado para poder cumplir con todas las condiciones que tiene el convenio. Ese convenio tiene muchos artículos donde básicamente el país no reuniría las condiciones necesarias", explica Jaime González, presidente de la entidad.
La Copardom entiende que desde que se firme el convenio, todas las amas de casas y cabezas de familia pasarán a ser empleadores con toda la connotación que eso conlleva, en el plano jurídico y laboral.
"Entonces nosotros somos de posición de que una vivienda no genera riquezas, y tiene que haber una diferenciación muy clara respecto a un empleador de una oficina, empresa o industria", advierte el empresario.
Considera también que no está claro la parte del derecho a la intimidad, y hasta dónde llegaría. "¿Implicará que las domésticas u otros trabajadores que vivan en el lugar de trabajo puedan llevar a sus cónyuges?", se pregunta González, y señala que se violaría la Constitución en la parte que establece que los inspectores de trabajo supervisen el cumplimiento del convenio ingresando a los hogares.
No hay que temer
A las inquietudes de Copardom, los grupos que defienden la ratificación del convenio, le responden con un "no hay que temer". "El convenio no es un cuco, no hay que tenerle miedo", afirma Victoria García, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar.
Similar visión tiene Eulogia Familia, encargada de Políticas de Género de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), quien explica que el convenio es flexible, y da la oportunidad de aplicarlo progresivamente.
Familia destaca que una vez aprobado, su vigencia no es inmediata, ya que después de su registro en la OIT, las disposiciones entran en vigencia un año más tarde. Y agrega que el país tiene la oportunidad de someter al organismo internacional los plazos que requiera para cumplir.
"Todo es un proceso muy largo, no hay por qué tener ese temor", indica, pero enfatiza que "tenemos que ir creando las condiciones" para mejorar el trabajo doméstico.
En el caso de establecer un salario mínimo, Familia entiende que deberá hacerse a través de un diálogo tripartito, y desmitifica la inquietud de los empleadores en lo que respecta a la supervisión en los hogares, señalando que si un inspector se viera en la necesidad de ir a una vivienda, sería tras recibir una denuncia, y se auxiliaría de la fuerza pública, como se hace en todos los casos.
Mientras, García resalta que no habría problemas con las jornadas laborales, ya que el convenio cifró la mínima en 10 horas, a fin de que la doméstica llegue antes de que la empleadora salga a trabajar y la espere a su regreso. Si se pasa de ese lapso, entonces sí deberá pagar horas extra.
Pero la Copardom insiste en que el país debe primero conciliar los puntos, y comenzar a resolver las flaquezas, para en el mediano plazo, ratificar el convenio, con la garantía de que sí lo podrá cumplir, y de que no será sancionado en la OIT.
Aunque el convenio ya fue aprobado por el Senado y está en discusión en la Cámara de Diputados, bajo estudio de una comisión, todavía no existe la seguridad de que será aprobado. Los sindicatos esperan que pase en esta legislatura, que terminará el 16 de agosto próximo.
(Puede leer el convenio completo en www.ilo.org)