Cultura del ahorro, clave para la salud financiera

El desarrollo de la cultura del ahorro es fundamental para la estabilidad y la tranquilidad de las personas

Desarrollar la cultura del ahorro es un camino que inicia con la educación financiera

Casi todos los logros financieros comienzan con el establecimiento de metas de ahorro claras. Se trata de un hábito que, si lo incorporas a tu vida, tiene el potencial de abrirte muchas puertas hacia la realización personal y/o profesional.

De manera general, ahorrar consiste en “guardar dinero como previsión para necesidades futuras”, según una de las acepciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE).

Significa que, en aras de disponer de recursos suficientes para alcanzar una meta, satisfacer un deseo o cubrir una necesidad futura, debemos apartar consistentemente una parte de nuestros ingresos regulares, conformando un fondo que irá creciendo poco a poco, hasta permitirnos materializar ese objetivo específico. Como reza el adagio: grano a grano, la gallina se llena el buche.  

¿Cómo se desarrolla una cultura de ahorro?

Para construir la cultura del ahorro es recomendable que tomes en cuentas los siguientes aspectos: 

Establece un propósito. Se trata de la base de todo plan de ahorro. Te ayudará a enfocarte en ese proyecto al que quieres darle prioridad. Quizás tus necesidades y los deseos son muchos, y es preciso que tengas claro el orden en que los piensas atender. El ejercicio de establecer un propósito implica definir prioridades, y eso te ayudará a tener una perspectiva adecuada de lo que lograrás a corto y mediano plazo.

Fija una cantidad específica cada mes o período determinado. Debes establecer este monto en base a la posibilidad de tu bolsillo. Ten en cuenta que para que la operación sea exitosa, la meta debe ser realista.

Determina un plazo. Una vez que tengas claro tu objetivo de ahorro, establece los plazos y la fecha límite de tu proyecto, para que no se convierta en un camino de nunca acabar. Es importante ser cuidadoso/a y realista. Esto te permitirá saber dónde te encuentras y cuánto camino te falta. También, tener mayor control y realizar un monitoreo efectivo del nivel de avance en las distintas etapas del proceso.

Apóyate en un instrumento idóneo. A la hora de empezar un plan de ahorro, evita el riesgo de guardar el dinero “debajo del colchón”. Hoy en día el sistema financiero ofrece múltiples productos de ahorro adaptados a cada necesidad, permitiéndote incluso generar ingresos mientras completas tu fondo. 

En las entidades de intermediación financiera puedes encontrar instrumentos como las cuentas de ahorro programado, las cuentas libres de cargos, las cuentas en diferentes monedas, el débito automático desde la cuenta de nómina, entre otras alternativas que podrían serte de utilidad.

De igual forma está la opción de los certificados financieros, que permite obtener mayores beneficios por los recursos depositados. El plazo de tu plan de ahorro establecido previamente te ayudará a identificar cuál es el instrumento idóneo.

Lo ideal es que te inicies con instrumentos bancarios básicos. Más adelante, con mayor madurez y formación como inversionista, puedes explorar otras opciones del mercado de valores.

Toma nota de que…

Se recomienda que los ahorros estén en la columna de gastos del presupuesto personal. 

El monto a ahorrar debe ser realista, de manera que no implique un sacrificio insostenible. Por eso, la cantidad que apartarás para cada meta de ahorro tiene que determinarse de forma que no constituya un obstáculo para cumplir con los gastos básicos. 

Hay que evitar fijarse metas de ahorro basadas en expectativas de ingresos poco probables o inciertas. 

Recuerda que las necesidades nunca se terminan, y que siempre adaptamos nuestros gastos a los ingresos habituales. Esto plantea la necesidad de estar atentos a la estructura de nuestros gastos, a fin de descubrir cuándo podemos ahorrar más de lo que en efecto estamos ahorrando.

Un plan de ahorro indica que asumes el futuro con responsabilidad. Por eso debe ser el método idóneo para financiar los gastos extraordinarios o poco habituales que se pueden prever.

Si aún no lo tienes, tu primer proyecto de ahorro debe ser un fondo para emergencias. El ideal es hacer uno equivalente a tres meses de gastos fijos antes de iniciar con otro proyecto de ahorro importante. Te dará seguridad para tus otros planes financieros. 

Se recomienda establecer el ahorro para inversiones y celebraciones importantes, como estudios, viajes, la compra de una casa, vehículo, boda, cumpleaños o jubilación, entre otras. El ahorro contribuye a tu salud financiera y a tu tranquilidad.