Constanza y los ríos huérfanos de “La madre de las aguas”

Enclave agrícola de El Castillo dentro del Parque Nacional Valle Nuevo. (Foto: Héctor Vilorio)

Son innumerables los ríos que nacen en el Parque Nacional Valle Nuevo (Juan Bautista Pérez Rancier), los principales son: Nizao, Yuna, Blanco, Ocoa, Las Cuevas, Río Grande,Tireo y el Constanza.

Por esa razón, a esta importante área protegida y al conjunto de parques adyacentes se les ha denominado la Madre de las Aguas, sin embargo, múltiples problemas merman la capacidad de Valle Nuevo de bañar gran parte del país con las aguas que produce.

Durante décadas Valle Nuevo ha sido objeto de litigios por propiedad de tierras arrastrados históricamente desde que fue declarada reserva científica en 1983. Luego, en 1996, recibió la categoría de Parque Nacional.

Grandes terratenientes aún poseen títulos legales en terrenos del parque, entre ellos los Guzmán, Mera, Bermúdez y Mora. Algunos aún mantienen actividad dentro del área, como los Guzmán, dueños de Villa Pajón y con presencia agrícola, o las plantaciones de manzana de los Mora, que han estado inactivas desde hace algunos años y los terrenos de los Bermúdez, que han sido ocupados y explotados mayormente de forma ilegal, en donde se formó el enclave agrícola de El Castillo.

La sequía prolongada y como consecuencia los grandes fuegos forestales, entre ellos el de 2014 y el de 2015, han expandido drásticamente el daño sobre la superficie boscosa del parque.

En el gran fuego del 2014 el Ministerio de Medio Ambiente reportaba solo 5 mil tareas afectadas por las llamas, pero para activistas y organizaciones conservacionistas era evidente que el daño fue mucho mayor, lo cual es comprobable a través de información satelital de acceso gratuito y de gran exactitud. La misma historia se repitió en el incendio del 2015, cuando el Gobierno trataba de minimizar la extensión del daño.

Según ambientalistas que utilizaron herramientas satelitales y realizaron trabajo de campo para calcular el daño, ambos fuegos consumieron más de 100,000 tareas.

Según Global Forest Watch, de 2004 a 2014 se han perdido cerca de 2,400 hectáreas de bosque con una densidad superior al 30% de cobertura por hectárea, entre los límites oficiales del parque. Esto equivale a 24 kilómetros cuadrados y, dicho en buen dominicano, el equivalente a 38,000 tareas aproximadamente, sin contar el incendio de 2015. Debe notarse que esto no calcula hectáreas con densidad de bosque inferior a 30%. Solo se han ganado 61 hectáreas.

El administrador del parque, Julio César de los Santos asegura que gran parte de la zona quemada no es recuperable de manera natural porque el fuego de 2014 y 2015, en algunas zonas fue a nivel de la copa de los pinos, algo letal para el bosque.

Actualmente cuentan con 38,000 pinos en proceso de aclimatación que serán plantados en zonas que fueron afectadas por dichos incendios y la actividad agrícola.

En el siguiente mapa interactivo se puede comprobar la pérdida de bosque dentro del parque entre 2004 y 20014, incluido el gran incendio de ese año. Todo está calculado en hectáreas.

Troncos cortados para el contrafuego durante el incendio del 2014. Por (Foto: Marvin del Cid)
Las secuelas del gran incendio del 2014 permanecen. Por (Foto: Marvin del Cid)
Un árbol cortado queda como mudo testigo del fuego. Por (Foto: Marvin del Cid)

Los efectos de la deforestación y la agricultura

Deforestación por fuego, avance de la agricultura y el desvío de afluentes acuíferos para irrigación es, junto a la sequía, el gran dolor de cabeza para las autoridades, productores agropecuarios, ecologistas, conservacionistas y pobladores de Constanza.

La escasez de agua en esta zona tan importante para la agricultura del país quedó plasmada en una carta enviada al Presidente de la República, Danilo Medina, donde un conglomerado de instituciones comunitarias, personalidades y ciudadanos de la que ellos llaman la Mancomunidad Madre de las Aguas, enclavada en los valles intramontanos de Constanza, se muestran preocupados por lo que consideran un daño irreversible que sufre la zona.

En la carta, fechada el 31 de agosto del 2015, proponen al presidente Medina que se aplique con rigor la Ley 64-00 de Medio Ambiente dentro de los límites del parque Valle Nuevo. Además, que se controle la actividad agrícola intensiva en Los Bermúdez, Cruz de Cuaba y El Paraguas, hasta Manabao, por ser reservas de agua en extinción y por su alta vulnerabilidad, entre otras peticiones.

En febrero de este año el Ministro de Medio Ambiente, Bautista Rojas, negó que se produzcan nuevas agresiones en Valle Nuevo, pero a la vez admitió que hay comunidades como los Bermúdez y El Paraguas que por décadas son explotadas, y que por la sequía que ha afectado al país, productores desaprensivos, irresponsables e inconscientes se han conectado y afectado algunos manantiales que son las fuentes que crean los ríos.

En el siguiente mapa proporcionado por Grupo Jaragua se puede ver la pérdida de bosque dentro de los límites reales del parque, sin tomar en cuenta las causadas por los fuegos del 2014 y 2015. El bosque perdido sobrepasa las increíbles 504,000 tareas convertidas en terrenos agrícolas.

Diario Libre visitó el enclave agrícola de El Castillo y conversó con agricultores de la zona que aseguran que la sequía ha afectado los manantiales de donde toman el agua para regar sus cultivos, pero afirman que no han aumentado la cantidad de tomas y tuberías.

Al ser consultado el administrador del parque sobre esta afirmación, confirmó a Diario Libre que el jueves 17 de marzo, miembros del Ejército de la República Dominicana fueron movilizados a la zona para desmantelar tuberías que se habían colocado de manera irregular en dicha comunidad, sin embargo, la cantidad de tuberías a lo largo del parque sigue afectando sus aguas.

Dichos manantiales son afluentes del río Aguas Blancas, el cual se ha visto afectado en los últimos años en su volumen de agua.

En la carretera que conduce de Valle Nuevo a San José de Ocoa, las tuberías que salen de manantiales dentro del parque son más que evidentes desde la misma carretera, afectando principalmente los afluentes del río Las Cuevas.

De los Santos, como administrador del parque se siente presionado por todos estos problemas. Entiende que debe haber un plan de Gobierno para sacar a las personas que realizan actividades de manera ilegal, y regularizarse y controlarse cualquier actividad agrícola allí para los que poseen títulos de propiedad. Considera que incluso debe regularizarse el tipo de insumo agrícola que se utiliza para reducir el impacto que puedan causar en el parque.

Todo esto ha ocasionado que con el paso del tiempo el manejo del agua en el valle de Constanza se saliera de control. Se pasó de un plan de riego organizado a la construcción indiscriminada de pozos tubulares, lo que ha originado diferentes conflictos entre productores, comunitarios y autoridades.

Luego de algunas denuncias por diferentes medios el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en conjunto con del Consejo Ambiental de este municipio, acordó designar un equipo de técnicos para aplicar medidas de prevención y protección del área boscosa de esta localidad.

Dicho plan fue ofrecido para ser entregado al Consejo en el lapso de 90 días a partir de la fecha, lo cual causó cierto malestar por considerarse largo para la urgencia que demanda el problema.

Por lo tanto, dieron prioridad a algunas medidas para ser ejecutadas en lo inmediato y en el lapso de 90 días tener un plan completo de solución definitiva a los problemas de la zona.

Entre esas medidas están: Paralización de pozos tubulares, regular la instalación de invernaderos en el valle de Constanza y aplicar la Ley 64-00 de Medio Ambiente en todo el parque aumentando la vigilancia.

En un documento publicado por la Academia de Ciencias de la República Dominicana titulado: “Cordillera Central: las montañas de Constanza camino a la desertificación”, elaborado por la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de esta Academia y por la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo reflejan la profunda preocupación por la crisis severa del agua que se manifiesta en el Municipio de Constanza.

En este dramático documento se explican los diferentes factores que afectan la zona y sus consecuencias.

Entre las demandas en este documento sobresale el llamado a la Dirección Nacional de Bienes Nacionales, al Instituto Agrario Dominicano y a la Dirección General de Mensuras Catastrales para que colaboren con la Suprema Corte de Justicia y la Dirección General del Catastro Nacional para esclarecer con meridiana claridad, el estatus legal o régimen de tenencia de las Tierras Cordilleranas afectadas, muchas declaradas de Dominio Público (Ley N°627 de 1977) y otras por tratarse de tierras comuneras, no mensuradas o que pertenecieron al régimen trujillista y que actualmente son ocupadas por personas sin títulos, ni cartas constancia, ni ninguna disposición o documento administrativo que les adjudique o les brinde algún soporte legal a la posesión que ostentan.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua el 22 de marzo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD) y Justicia Climática, a través de una nota de prensa, asumen y hacen propia la denuncia que la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

“Lamentablemente, lo que el estudio de estas dos prestigiosas instituciones científicas de nuestro país está denunciando es que por lo menos en el municipio de Constanza nos estamos encaminando hacia una situación de no retorno”, expresaron.

Luis Carvajal, biólogo de la Academia de Ciencias, denunció el miércoles 23 en un programa de televisión que en Constanza, por la falta de agua, se riegan cultivos con agua cloacal reciclada. La denuncia la hizo en compañía de miembros del Consejo Ambiental de Constanza.

Enclave agrícola de El Castillo, al fondo. Abajo, parte de los terrenos agrícolas de los Guzmán. Por (Foto: Héctor Vilorio)
Motellano y los terrenos agrícolas dentro del parque. Por (Foto: Marvin del Cid)
Personas cargan lechugas en El Castillo para llevarlas a Santo Domingo. Por (Foto: Marvin del Cid)
El enclave agrícola de El Castillo, arriba. Abajo, a la derecha, parte de la zona reforestada durante la gestión de Jaime David Fernández Mirabal en el Ministerio de Medio Ambiente. Por (Foto: Héctor Vilorio)
En esta imagen se puede ver parte de los cultivos de manzana abandonados en los terrenos de la familia Mora. Por (Foto: Marvin del Cid)
Tuberías de agua que salen dentro del parque recorren kilómetros hacia la zona sur también. Por (Foto: Marvin del Cid)

El turismo como motor de conservación en Valle Nuevo

Lisette Fernández, de la Fundación Propa-Gas conversó con Diario Libre en el centro de visitantes de La Pirámide, en Valle Nuevo, sobre los esfuerzos de conservación de la Fundación desde 2009, a través de su presidenta, Rosa Margarita Bonetti de Santana (Doña Pirigua), quien también es la actual directora del parque.

Desde el citado año se han emprendido acciones a favor de esta área protegida, junto al Consejo de Cogestión del parque, para administrar las visitas y las áreas para fines turísticos, además de fomentar la educación ambiental.

Como parte de los programas de conservación y educativos, la Fundación Propa-Gas trabaja en el estudio y conservación de golondrinas verdes para aumentar la población dentro de Valle Nuevo. Además, han producido una serie de materiales escritos y audiovisuales para concienciar a la gente sobre la importancia esta área protegida y cómo cuidarla.

Andrés Ferrer, como parte del Consejo de Cogestión, afirma que trabajan fuertemente en conservar el potencial hídrico del parque, ya que este suple el 70 % de agua que se consume en el país, tanto para el consumo como para la actividad agrícola, ganadera, comercial y energética.

Este esfuerzo se centra en la protección de los principales objetos de producción de agua, como son sistemas acuáticos, los humedales de alta montaña, los bosques nublados y latifoliados, bosques de pino y sabanas de pajón.

Conservando los bosques se obtienen beneficios que se extienden fuera de los límites de la República Dominicana, evitando el arrastre de sedimentos al Mar Caribe, que afectaría los arrecifes de coral de Cuba y Jamaica, entre otros efectos, explicó Ferrer.

Todo este esfuerzo tiene como visión también convertir a Valle Nuevo en “la Meca” de turismo de montaña en El Caribe.

En tal sentido, la Fundación Propa-Gas está potenciando el turismo invirtiendo cerca de ocho millones de pesos en señalización y adecuación de los puntos de interés, además de la infraestructura adecuada para comodidad de los campistas.

Rafael Collado, presidente del Clúster Turístico de Constanza, al ser consultado sobre su postura ante la situación que afecta al municipio, expresó que esa entidad, al igual que las demás organizaciones involucradas en buscar soluciones al problema ambiental, se identifica con la necesidad de reunir a todos los actores involucrados (agricultores del Valle de Constanza y de las montañas, instituciones del Estado, Sociedad Civil) para determinar acciones que garanticen la preservación de las zonas boscosas y con ello la disponibilidad de agua para el territorio nacional.

Entiende que se trata de un territorio eminentemente agrícola y que es necesario garantizarle a los agricultores el derecho a producir, pero defendiendo que se haga dentro de los parámetros universales, respetando la normativa y la legislación vigente, así como el principio de la sostenibilidad ambiental, como una forma elemental de conservar recursos que son cada vez más escasos y necesarios para la vida del planeta “y que nosotros tenemos la fortuna de poseer”.

“Desde el inicio de nuestra existencia hemos estado solicitándole a las autoridades locales que formalicen un Plan de Ordenamiento Territorial que defina los usos de la tierra en cada zona del Valle, y buscando junto a las autoridades nacionales de Medio Ambiente, la forma de que se haga lo mismo en las zonas de montaña”, agregó.

Andrés Ferrer, director de la Fundación Moscoso Puello, comentó a Diario Libre que dicha organización tiene 30 años de trabajo en Valle Nuevo y que los límites actuales del parque son los que propuso al Estado y la sociedad civil. Precisó que el compromiso de la entidad es con la conservación y uso sostenible de este recurso, bajo el entendido de que reúne las condiciones para dinamizar la economía de las comunidades locales mediante actividades sanas que lo conviertan en un destino de primer orden de turismo de naturaleza.