Los nacimientos o belenes en la cultura popular del mundo
Los nacimientos, también conocidos como pesebres o belenes, son una de las tradiciones religiosas, artísticas y artesanales más relevantes del orbe cristiano. Con ellos se evoca el misterio de la Natividad. La llegada del Mesías, del Hijo de Dios hecho hombre, que ha venido al mundo con un mensaje de amor y redención.
Presentes ya en los capiteles, tablas y frescos románicos, los más consagrados artistas plásticos, como Botticelli, Durero, Rubens, Velázquez y El Greco, entre otros, han contribuido con sus magistrales creaciones a perpetuar esta manifestación del arte religioso cristiano, centrada en la alegría de saber que ha nacido el Salvador.
Simultáneamente, existe una basta producción de nacimientos populares realizados por modestos artesanos, quienes de manera sencilla reflejan con sus cándidas imágenes una religiosidad sincera y genuina, llegando a expresar una ilusión casi infantil, que las hace ser en su ingenuidad aun más auténticas y bellas.
Los creyentes, al rememorar la aparición del Niño Jesús en un establo en las afuera de la aldea palestina de Belén, manifiestan su regocijo por todos los medios expresivos disponibles a su alcance. Así, desde los tiempos paleocristianos se vienen representando las escenas de la Navidad y la Epifanía, inspiradas en los pasajes bíblicos que relatan el sencillo nacimiento divino, sobre un humilde lecho de paja en compañía de la virgen María y san José, colocando a ambos lados al buey y al asno. Imágenes con las que se combinan otros detalles que describen el evangelista san Lucas como la Anunciación del Ángel a los pastores o el dato que aporta san Mateo sobre los magos que llegaron de Oriente guiados por el brillo de una estrella.
San Francisco de Asís
Suele atribuírsele a san Francisco de Asís ser el iniciador de la representación viviente del nacimiento de Jesús cuando, al celebrar la misa de Nochebuena en el año 1223, dentro de la ermita de Greccio, en Umbría, Italia, montó una escena del pesebre con un asno y un buey vivos, junto a personajes adorantes. La gente del lugar, que asistió con reverencia y devoción al acto litúrgico, contaría cómo san Francisco sostuvo en sus brazos, hasta hacerlo dormir, a un niño que colocó cuidadosamente en la cuna mientras se cantaba la Epístola. Un fresco de Giotto di Bondone, pintado con exquisita sensibilidad en el interior de la catedral de Asís, rememora el humilde marco donde ocurrió el fervoroso acontecimiento religioso.
Con el tiempo, se van sustituyendo las representaciones teatrales con elementos vivos por imágenes de ingenua evocación piadosa, empleadas no solo dentro de las sedes parroquiales, sino también en el ámbito familiar o casero. Y aunque en un principio la instalación de la escena de Belén fue de uso exclusivo de la nobleza, pronto la costumbre pasaría a la burguesía acomodada que, a su vez, la transmitiría al pueblo, convirtiéndose en una masiva tradición seguida con gran entusiasmo y devoción.
Arte en miniatura
A partir del Renacimiento los nacimientos van ganando en calidad, meticulosidad y belleza, convertidos en verdaderas obras de arte en miniatura. Este arte fue creciendo y evolucionó sobre todo en Italia durante el Barroco tardío del siglo XVIII, especialmente en Nápoles y Sicilia, hasta extenderse por toda la cuenca del Mediterráneo, adquirió expresividad, minuciosidad y belleza. En la actualidad se ha ido generalizando la costumbre de dotar de una expresión localista al Nacimiento de nuestro Redentor, con el empleo de materiales y fisonomías propias de cada región que, más allá del espíritu religioso, evidencian los rasgos de la identidad nacional y permiten captar el alma de los pueblos.
Así, cada año la representación plástica del misterio de la Natividad, que envuelve al Niño en el pesebre, cobra forma en muchos de nuestros hogares para perpetuar una arraigada costumbre que se ha mantenido en el tiempo, adquiriendo los matices y estilos de cada época, al ir transmitiéndose de una a otra generación la conformación de las ideas y ejecución de los pesebres.
Precisamente, con motivo de las festividades navideñas el Centro Cultural Banreservas, en la Zona Colonial, exhibe en su sala de exposiciones Ada Balcácer una representativa selección de nacimientos o belenes procedentes de numerosos países que, con su diversidad y tipicismo cultural, revelan de modo místico y poético la manera en que el imaginario popular rememora el escenario donde ocurrió la encarnación de Jesús.
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