Señora del sector San Carlos narra lo difícil de vivir en tiempo de coronavirus
El distanciamiento social es un poco más difícil para su familia, pues viven cinco personas en la misma casa y no tiene suficiente espacio para todos
Sentada en la sala de su humilde hogar y en compañía de sus tres nietas y su esposo, Ana Rita Marte Martínez relata como vive después de la llegada de la pandemia del COVID-19.
Tiene 20 años residiendo en la barriada San Carlos, en el Distrito Nacional. Se desempeñaba como vendedora de desayunos y debido a las medidas tomadas por el Gobierno ante la cuarentena ha tenido que dejar de vender, pues la clientela ha bajado considerablemente.
“Mi vida ha cambiado en muchas cosas, nosotros somos personas que nos buscamos el peso en la calle vendiendo desayunos, y mi esposo con su vitrina vende gomitas para peinar, gelatinas, cintillos y otras cositas más”, dijo a Diario Libre.
Explica que las personas tienen miedo de comprar y que debido a esto no pueden generar el dinero suficiente para mantener su hogar.
Es una mujer de creencias cristianas y destaca que todos los días realiza unas plegarias al Altísimo para que no los desampare y los ayude a conseguir algo para comer. Aunque es beneficiaria del programa “Quédate en Casa”, que ha implementado el Gobierno durante el tiempo que dure el estado de emergencia, Ana Rita destaca que aun así la ayuda a veces no resulta suficiente para ella, sus nietas y su esposo.
El distanciamiento social es un poco difícil para su familia, pues viven cinco personas en la casa y, al tener una adolescente, se tienen varias discusiones al día porque la joven no se quiere quedar trancada y desea salir, lo cual no se le permite.
La convivencia con sus nietos es toda una travesía ya que éstos están desesperados por salir, “Los niños al estar tanto tiempo encerrados se ponen hiperactivos, brincan mucho y pelean, ellos ya quieren que se acabe esto para salir a jugar”, comenta Ana Rita.
“Tengo tres hijas que me comparten de lo que consiguen y me dicen siempre que no salga, que de lo que piquen ellas me van a dar”, dijo.
Ana Rita explica que el camión de ayuda del “Plan Social” ha pasado en dos ocasiones y que la primera vez que llegó al sector cuando arribaba a su casa se terminaron las raciones, y en la segunda ocasión se tuvieron que devolver porque las personas se arremolinaron en el camión y ellos decidieron irse.
“Las personas de sus casa no pueden estar a las 12:00 am en la calle, eso no lo deben dar tan de noche”, es lo que el esposo de Ana Rita, Elpidio Núñez, de 70 años, dice sobre la manera de repartir las ayudas del Plan Social. Destaca no estar de acuerdo con que estas raciones se repartan de noche porque a la hora que el camión llega la mayoría de las personas ya están dormidas.
Someten proyecto para que legisladores solo importen un vehículo cada cuatro años a partir del 2028
Yeni Berenice Reynoso aboga por una política de acuerdos en los procesos judiciales
Una pareja de dominicanos en NY acusada de vender mercancía robada en República Dominicana
Promese/Cal dice colaborador detenido en Estados Unidos llevaba medicamento para uso personal
Electrolinera, pluviofobia y bot, candidatas a palabra del año 2024 en República Dominicana