La avenida República de Colombia, entre la falta de memoria histórica y el caos del desarrollo urbano
Desde su construcción en 1976, la avenida se enfrenta a un crecimiento poblacional y comercial, que afecta la movilidad urbana y el Cinturón Verde de Santo Domingo.
SANTO DOMINGO. En 41 años de construida, la avenida República de Colombia, ubicada al norte del Distrito Nacional, ha recibido el impacto de la estampida poblacional a la que se ha enfrentado la ciudad de Santo Domingo en las últimas décadas sin un control de las autoridades.
Comprendida entre la avenida Los Próceres hasta la autopista Duarte, esta vía ha sido tan aprovechada para la edificación de viviendas y establecimientos comerciales, que a la fecha, urbanistas como Erick Dorrejo, recomiendan la detención de su urbanización.
Según censos realizados en el país, los seis sectores que circundan la avenida pasaron de tener en 1981 una población de 36,835 a 122,303 en 2010 y de 5,774 viviendas a 42,804, es decir, tres veces su cantidad inicial.
Un análisis de crecimiento en el uso de suelo urbano entre los años 2000 al 2015, que forma parte del estudio del Plan de Ordenamiento Territorial del Distrito Nacional, confirma que la zona norte del Distrito, ha sido la de mayor crecimiento, en especial, en los barrios Los Peralejos, Arroyo Manzano, Nuevo Arroyo Hondo, Viejo Arroyo Hondo, Cerros de Arroyo Hondo, Palma Real, La Isabela, Puerto Isabela, La Zurza y La Hondonada. Los primeros cuatro, parte de esta avenida.
La ocupación habitacional, generada a partir de 1976, año en que se estima se construyó la autopista, trajo consigo el dinamismo comercial de la una vez desértica carretera, que en la actualidad en sus 7.3 kilómetros, cuenta con estaciones de combustibles, establecimientos de comida y de salud, residenciales, bancos, plazas comerciales, supermercados, iglesias y su más reciente edificación: la embajada de Estados Unidos.
La Oficina Nacional de Estadísticas contabiliza en más de 1,800 los establecimientos comerciales registrados a lo largo de ella, entre 2014 y 2015.
Constructora Bisonó es una de las compañías que inició el desarrollo de esta avenida. Desde 1995 a la fecha, ha construido 5,900 apartamentos, 1,116 viviendas, tres locales comerciales y dos iglesias, distribuidos en 11 proyectos.
“La ciudad fue creciendo hacia esa zona y eso nos motivó a adquirir terrenos ahí. Iniciamos con la construcción de viviendas unifamiliares, porque el precio de la tierra como era una vía que estaba todavía virgen, se consiguió a precios muy razonables. Luego la tierra comenzó a subir y eso dio paso a la construcción de apartamentos”, indicó Juan Antonio Bisonó, vicepresidente de la constructora, quien además destacó la importancia de esta autopista.
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Movilidad, una dificultad de la Colombia
Quienes circulan por la avenida República de Colombia, se enfrentan al desorden vehicular que se ha generado en los últimos años, en especial, entre 6:30 a 9:00 de la mañana y a partir de las 4:30 de la tarde.
“Eso es eterno, hasta los domingos, eso es un caos a nivel de transporte. Conozco varias personas que han alquilado y otros que están vendiendo”, manifestó un residente en el lugar que debe transitar todos los días por el trayecto para llegar a su trabajo.
El mayor volumen de congestión vehicular generado en la ciudad de Santo Domingo, se ubica en la intersección que tiene la autopista con la avenida Sol Poniente, lo que provoca un consumo de combustible de 1,096 galones.
De acuerdo al estudio Volúmenes de Tráfico Vehicular y de Personas en Puentes publicado en 2014, a esta avenida entran unos 11,792 vehículos durante un día de semana y salen 7,239. Los fines de semana ingresan 9,483 y salen 5,379. Un 52% de estos son carros privados, 23% vehículos pesados, 17% microbús, 7% minibús, 1% autobús. Se estima además que en un día entran unas 40,438 personas y salen unas 18,596.
Para agilizar el tránsito en la carretera, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas contemplan en su intersección con la avenida Sol Poniente, hacer una trinchera (un túnel a cielo abierto) o ampliar los giros a la izquierda. Sin embargo aún no tienen definida qué tipo de solución van a dar en cada una de las intersecciones de la vía, por lo que se encuentran haciendo los estudios de lugar para resolver esa problemática del tránsito.
“En la intersección con la Sol Poniente, teníamos varias alternativas, inclusive está planteado hacer un par vial y en la intersección con Jacobo Majluta, un distribuidor, pero son soluciones que todavía nosotros no hemos seleccionado cuál vamos a aplicar, pero aseguramos que es uno de los temas que el presidente Danilo Medina, quiere que se le preste la atención debida”, explicó el viceministro Ramón Pepín.
El experto Erick Dorrejo recomienda gestionar la circulación de la carretera en función de modalidad y horario, y en términos estructurales, disminuir la velocidad, hacer carriles exclusivos para autobuses, poner áreas verdes y ampliar las ciclovías.
“La carga pesada o máxima no debería transitar por ahí, debe ser prohibido. Carga media para suplir los comercios, en horario de madrugada. Además esta no debería ser ya de conexión, sino local”. Aunque la avenida demanda una ampliación, Dorrejo indica que implicaría un costo muy alto para el Estado.
El Cinturón Verde, el más afectado
Conforme al estudio citado, la mayor parte del crecimiento poblacional en los sectores a los que la avenida da acceso, ha sido por la aprobación de proyectos urbanísticos en la zona y a la ocupación ilegal dada en el Cinturón Verde de Santo Domingo entre el 2000 y 2015.
“Todos los elementos vinculados al Cinturón Verde y La Isabela, que es lo que recoge el flujo que llega acá, tiene que ser declarado no urbanizable por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, de manera que se detenga la cantidad de habitantes que van a habitar a esa zona”, manifestó el urbanista Erick Dorrejo, quien estima el lugar seguirá siendo invadido mientras se continúe dando la oportunidad al mercado inmobiliario.
Esta invasión poblacional amenaza con erradicar la vegetación original del Distrito Nacional, que ya ha sido prácticamente eliminada por el desarrollo agrícola y el proceso de urbanización.
Los últimos reductos de la biodiversidad terrestre y acuática en términos de ecosistemas, hábitats (lagunas interiores, manglares y humedales), flora y fauna (especies nativas y migratorias) se encuentra en este Cinturón Verde, creado por el Decreto 183-93, el cual en su artículo 3, prohíbe los asentamientos y las actividades productivas en la franja.
A pesar de esta prohibición, en 2010, esta importante área de conservación había perdido cerca de dos tercios de su territorio debido a la agresiva e incontrolada expansión urbana.
Tres de los 14 barrios que hay en el Cinturón Verde, forman parte de las zonas con acceso a la avenida República de Colombia: Arroyo Manzano, Los Peralejos y Altos de Arroyo de Hondo, los cuales contaban con una población de 24,594 en 1993 cuando fue declarada zona de conservación y ya para 2010, había 39,790 personas.
El urbanista Erick Dorrejo considera que es propicio en término de uso de suelo, declarar como zona no urbanizable todos los ámbitos dentro del Cinturón Verde y próximos a la autopista que puedan ser declarados como tal por sus características ambientales.
Su origen perdido en el tiempo
Poco se conoce de la parte histórica de la avenida Colombia, pero con certeza se sabe que fue trazada en uno de los gobiernos del expresidente Joaquín Balaguer, se cree que en el año 1976 cuando Santo Domingo, Distrito Nacional, apenas contaba con 668,507 habitantes. Hoy son más de 3 millones.
“Fue creada como un punto de conexión que buscaba que la avenida Charles de Gaulle llegara a un destino, que fue la avenida República de Colombia, que daba salida hacia la ciudad y la autopista Duarte”, relata el arquitecto Rafael Tomás Hernández.
El Archivo General de la Nación, conserva una única foto que data del 21 de enero de ese año, sobre la inauguración de una avenida que por su ubicación y tras ser analizada por varios expertos del área pudiera corresponder a esta.
Un periódico de la época destaca que fue construida a un costo de RD$949,374.76, que revestía una gran importancia para el desenvolvimiento del tránsito en el sector Norte de la ciudad y para el desarrollo de las distintas actividades de las urbanizaciones que une. Las dos calles que la integran son de 7.30 metros cada una y tiene un ancho de explanación consistente en 24.00 metros.
El director de la obra fue el ingeniero Alberto Jana Tactuk. Hasta los años 90, esta carretera se conocía como Camino a la Yuca, por un sector próximo a la zona. Se ha perdido el rastro del momento en que la vía fue llamada República de Colombia.