¿Es éste el escudo de Cristóbal Colón?
Puede aclarar las dudas sobre su origen Ha permanecido oculto durante siglos
Con el Almirante de la Mar Océana ... nunca se sabe. La historia se enreda en el mito, el mito con la maldición y ésta con lo que él nunca quiso que se supiera de su vida.
Pero poco a poco, la madeja se va desenredando.
Al pie de la Avenida del Puerto, en la capital dominicana, una pequeña edificación guarda un tesoro para los historiadores. Lo que se llamó Fuente de los Herreros o Fuente de Colón o Fuente del Almirante, es un modesto estanque/fuente cuyas paredes estuvieron por siglos recubiertas, empañetadas. Curiosamente, este “horror” lo protegió de ser destruido en las invasiones haitianas.
Hace un par de décadas, al descubrirse en uno de los procesos de restauración del patrimonio colonial, dejó ver en su frente los restos de un escudo. No llamó entonces la atención.
Ahora, dentro de los trabajos que realiza el Programa Fomento al Turismo Ciudad Colonial de Santo Domingo, con fondos del BID, la historia ha dado un vuelco.
Agua, siempre el agua
Dentro de este proyecto de recuperación de la Ciudad Colonial, los esfuerzos por mejorar la infraestructura de la Ciudad Colonial y conseguir que sus vecinos tengan el acceso al agua, la electricidad, el saneamiento adecuado y a la vez respetar los restos arqueológicos que se encuentran en las excavaciones, dieron lugar a un interesante estudio: La Arqueología del Agua en Santo Domingo, publicado por el arqueólogo español Ildefonso Ramírez que trabajó en estrecha colaboración con los responsables locales.
Rastreando la infraestructura de fuentes y acueductos que abastecían la ciudad de agua, concluyeron que esta modesta y elegante fuente era, por la evidencia encontrada, la que suministraba agua a la casa de los Colón.
Y en su frente... dañado pero firme estaba el escudo.
El origen
En la época, el escudo familiar era la seña más distintiva del origen. Y sobre el origen del Almirante Colón todavía hay dudas. ¿Genovés, español? Y dentro de España... ¿catalán?, ¿de Guadalajara? ¿Hijo del Príncipe de Viana (Navarra) y María de Andratx?
Para Ramírez este escudo humilde y elegante puede dar las pistas que los historiadores necesitan. Aunque desgastado por el tiempo, este escudo eminentemente medieval deja entrever sus partes fundamentales.
A su regreso a España, Cristóbal Colón recibió de manos de los Reyes Católicos un escudo mucho más “grandilocuente” que reflejaba ya los honores conquistados y las promesas reales. Tenía cuatro cuarteles: el león y el castillo, símbolos de los reinos de Fernando e Isabel. Las islas y tierras que conquistaría en un tercer cuartel y las anclas, como símbolo de sus armas de Almirante.
Y en la parte inferior, describen antiguos documentos, “una banda azul sobre campo de oro(...) las armas propias del linaje Colón”. Precisamente la que aparece en el escudo redescubierto en la Avenida del Puerto.
Desavenencias
La historia es conocida, a Colón no terminó de irle bien en tierras americanas y sus relaciones con los Reyes Católicos terminaron en pleitos. Siempre, de acuerdo con Ildefonso Rodríguez, soñó con volver y tenía planeada una vivienda que no alcanzó a construir.
Su hijo Diego, desde su casa, sí mantuvo una posición vigilante de la entrada y salida del puerto de la ciudad de Santo Domingo.
La ciudad
Entre los beneficios que el Programa de la Ciudad Colonial ha traído al viejo Santo Domingo está el del estudio del subsuelo. Este de la arqueología del agua (un problema recurrente, ya se ve) dibuja, a juicio de Ildefonso Ramírez, una ciudad renacentista, estructurada por Ovando bajo los cánones de la ciudad de Vitrubio. Con la exacta ubicación de sus facilidades, con los monaaterios fuera del centro (estamos ya en el Renacimiento), con las fuentes que tratan de responder a las quejas sobre la mala calidad del agua.
Pero ya habían sido descubiertos/encontrados Perú y México. La riqueza de estos nuevos destinos continentales opacaban lo que se podía obtener de Santo Domingo. Aquí no había oro y las pieles de su gran cabaña ganadera no competían con la plata de Potosí.
La isla entró en decadencia, pasando unos tiempos de pobreza terrible. Se cuentan historias de que la gente solo salía de noche para que no se apreciara el deterioro de su vestimenta.
En la segunda fase del proyecto de la Zona Colonial volverán a descubrirse tesoros de su historia. Como recalca Ramírez “mucho de estos deberán volver a ser tapados. Lo que se trata es de que la gente tenga los servicios que necesita. Y si podemos saber más del ayer, mejor”.
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